Pasarela ecológica encara la contaminación de la industria textil

DEOM. Diseño, Escena y Otras Materialidades, proyecto de ciencia, moda y producción escénica del Festival El Aleph

Foto: Barry Domínguez.

Un tutú que tiene fluorescencia a partir de la acción de bacterias. Una Turandot, la fría princesa de la China imaginada por Puccini, ataviada con un majestuoso traje confeccionado a partir de naranjas…

Materiales reciclados y sustratos naturales como fibras de alcachofa, fécula de maíz, hongos, gelatina o tallos de flor son materia prima para vestuarios de ópera, danza y performance que despliegan su capacidad estética en DEOM. Diseño, Escena y Otras Materialidades, pasarela ecológica que planta cara a la segunda industria más contaminante del planeta, después de la petrolera: los textiles.

Y es que 85 por ciento de los desechos de telas se envían a rellenos sanitarios, es decir, 21 mil millones de toneladas al año, advierte en entrevista la diseñadora industrial Cecilia Cuéllar, académica de la Universidad Iberoamericana, y una de las invitadas a comentar, desde su expertise, en innovación textil y los trajes presentados en el Palacio de la Escuela de Medicina.

El proyecto multidisciplinario de DEOM, en el que participan especialistas en distintas disciplinas científicas, diseño y producción escénica, exhibe propuestas en biotextiles que resultan sustentables y compostables, que pueden regresar a la tierra; o bien reciclados, con vistas a disminuir la carga de desechos, en consonancia con el hilo conductor de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, que dedica su sexta edición a Las fronteras del medio ambiente.

Alternativa natural

El biocuero, una alternativa natural al leather, las telas negras de piel animal o plastipiel que imperan en las escenas del rock, el metal y el gótico, se presenta en Plenilunio, bajo la inspiración del grupo de metal sinfónico Epic. Se explica desde los micrófonos, que cuentan con los comentarios de expertos en artes escénicas y de los propios diseñadores y diseñadoras que firman las propuestas.

Inspiradas en dos óperas, La Cenerentola, de Gioacchino Rossini, y Lucía di Lammermoor, de Gaetano Donizetti, Métamorphose y Moglie Ephemeral hacen uso de agua, fécula de maíz, glicerina, grenetina y semillas de diente de león. El traje de Cenicienta narra una versión actual del personaje, como una mujer independiente y sensual, a través de una tela vaporosa, dotada de movilidad y transparencias, que también se aprecian en el traje de Lucía, personaje trágico, en el que la locura, cierta rigidez y el deseo sexual se ponen de manifiesto.

Ambas propuestas son realizadas por un grupo de diseñadores y diseñadoras de Colombia quienes se dedican a hacer vestidos de novia –cosidos a mano–, una industria que genera 700 toneladas de dióxido de carbono al año y representa, en el uso de sus productos, una de las más efímeras.

El diseño Odilette propone una economía de recursos en la creación de un mismo traje para la interpretación de los cisnes negro y blanco en el ballet El lago de los cisnes: un tutú hecho con bioplásticos de gelatina y glicerina, cuya blancura se torna fluorescente al arrojarles luz negra, gracias a la actividad de bacterias luminiscentes, que así permiten dar vida a la antagonista de esta obra musicalizada por Tachaikovski.

Entre las 12 propuestas desplegadas en la pasarela, Turandot, de la ópera homónima de Giacomo Puccini, viste una armadura imponente, en la que se advierte el fuego interior de la princesa de hielo de la China, que se derrite ante la llama del amor del príncipe Calaf: un colorido en tonos candentes, del amarillo al rojo, logrado mediante el uso de desechos como naranjas, mandarinas y melón.

Fast fashion

La textil es una industria del desperdicio, en la que –dice Cuéllar– los consumidores pierden cada año 460 mil millones de dólares, pues se estima que hay prendas que sólo se usan entre siete y 10 veces. Según cifras de la Comisión Europea, la región descarta anualmente 5.8 millones de toneladas de textiles al año, reciclando sólo 26 por ciento.

De manera crítica a este escenario, Ciclos. El decrecimiento, la lógica del caracol y moda sustentable, de Montserrat Palacios, es una apuesta contra el fast fashion, la moda rápida cuya producción se torna residuo en menos de un año.

En esta pasarela ecológica no podía faltar la mezclilla, una de las telas más populares y “democráticas”, pero también de las más contaminantes, sobre todo de los ríos: para hacer unos jeans se requiere, en todo el proceso, tres mil 371 litros de agua aproximadamente.

El desfile contó, en la parte musical, con las sopranos Cecilia Eguiarte y Marcela Robles León, así como el compositor Diego Lozano y el DJ AAAA.

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