Pieza en proceso, obra que expande el territorio estético

En la docuficción escénica participan artistas con ceguera

Foto: Teatro UNAM / José Jorge Carreón.

Son cuatro performers en el escenario. Cuatro cuerpos vibrantes. Son cuatro cuerpos vibrantes que carecen del sentido de la vista. Pieza en proceso desafía a cuatro actores que, desde su silencio visual, retan al público a asomarse a intersticios, innombrados aún, del acto escénico. Una invitación a extender los límites de nuestro entendimiento del rol que desempeñan el arte y la creación en la vida de los seres humanos, más allá de cualquier condición física.

Después de cinco años de trabajar en laboratorios creativos con artistas que viven con ceguera, la productora transdisciplinaria Myrna Moguel profundiza en la apertura de un territorio que llama escena expandida: la creación de un discurso que permita a públicos diversos –ciegos, sordos y personas normovisuales o normoacústicas– experimentar una obra escénica.

Es así que el 4 de agosto, TransLímite [alternativa-escénica] –compañía que Moguel fundó y dirige– y Teatro Ciego MX estrenaron en el Teatro Santa Catarina la puesta en escena de Pieza en proceso, una producción de Teatro UNAM.

“La investigación que está tornando mi vida es la expansividad, un tema muy interesante que tiene bastantes retos”, comenta en entrevista la directora, quien también es actriz y docente. “Para mí ha sido la obra con más desafíos hasta ahora, porque tuve que deconstruir mi mirada de raíz; también lo fue para los performers el trabajar escénicamente con personas normovisuales”.

No se trata de una obra incluyente, pues la misma noción implica una hegemonía de lo normal o cuando menos invita a preguntarse: ¿quién incluye a quién? En este sentido, uno de los mayores retos en este montaje ha sido que las distintas capacidades de percepción sensorial del público no sean una limitante para tener una experiencia potente y conjunta, sin que la atención a condiciones específicas resulte tediosa o excluya al resto.

“Algo que manejaba Teatro Ciego es la microdescripción: se colocan micros entre el público, en un área específica, con una descripción de lo que está sucediendo; pero estos son dispositivos añadidos para acercar a ese espectador. Lo que nosotros queríamos era mantener el interés generado desde la escena. No es teatro de ciegos para ciegos, o de personas no ciegas que toquen temas para ciegos”, explica Moguel.

“El reto ha sido entrelazar esos sistemas dentro de la acción. Para ello es fundamental la fisicalidad de los actores, desde sus propios instrumentos, con el equipo y las herramientas de vida que tenemos. Esos han sido los desafíos de Pieza en proceso, porque no hay mucha información sobre el tema. Hay que decidir qué lenguajes, dónde y cómo generar el ritmo, que no se agote; experimentar con el sonido para lograr decir lo que queremos decir a todos.”

Desarrollada con un elenco integrado por personas normovisuales y cuatro performers ciegos, Pieza en proceso es resultado de un trabajo de largo aliento en la línea que define las investigaciones de TransLímite. Desde 2011, la compañía crea piezas interdisciplinarias basadas en la investigación y la pedagogía, la experimentación y el diálogo, para resultar en obras de docuficción, con una vocación comunitaria que busca extender linderos culturales, sociales, políticos y estéticos.

Fue esa vocación la que propició el acercamiento con Teatro Ciego, compañía fundada en 2007 por Juan Carlos Saavedra. Integrada por actores ciegos y débiles visuales, tiene como característica que sus montajes se despliegan en total oscuridad.

“Se hicieron en las tablas, en el trabajo día a día, y es una compañía muy importante en México, pues no sólo la atraviesa la discapacidad visual, sino que es arriesgada en sus procesos, y ahí se hermana mucho con TransLímite”, dice Moguel sobre la compañía que dirigen Erika Bernal y Marco Antonio Martínez, quienes también son performers en Pieza en proceso, con Alejandro Rojas y la violonchelista Maricarmen Graue, encargada asimismo de la estereofonía.

Con movimiento y coreografía a cargo de Yadira Salvador, el trabajo espacial con personas ciegas ha sido otro reto para ambos equipos: el manejo de la espacialidad para los actores, la compenetración con sus ritmos, el desarrollo de códigos nuevos, conjuntos para crear la acción. “La gente ha dado todo, han querido preguntarse y entender desde un lugar emocional”.

La pieza, que integra una narrativa visual concebida para el público hipoacústico, está estructurada en cuatro manifiestos escritos por los actores desde su experiencia artística a partir del trabajo de laboratorio.

La obra tiene temporada hasta el 14 de septiembre, jueves y viernes a las 20 horas, sábados 19 horas, y domingos 18 horas en el Teatro Santa Catarina, en Coyoacán.

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