¿Por qué conmemoramos el 11F?

La finalidad de tener un día para celebrar que las niñas, jóvenes y mujeres participen en las ciencias es para hacer un balance colectivo sobre lo que todavía nos falta para lograr la igualdad de género dentro de todas las áreas de la educación

Por tercer año consecutivo, la UNAM conmemora el 11F Día Internacional de las Mujeres, Jóvenes y Niñas en las Ciencias. Si bien esta fecha, decretada en el año 2016 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, es oficialmente nombrada por este organismo como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, desde la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM queremos incluir a las jóvenes que tal vez ya no se sienten convocadas por la palabra “niñas”, y cuyo desarrollo en estas disciplinas requiere políticas especializadas que promuevan su acceso.

Esta pequeña insurrección lingüística invita también a pluralizar todos los sustantivos que componen el título de la conmemoración. Así, el uso de “ciencias” en plural, en lugar de “ciencia”, da cuenta de la diversidad de saberes que existen y hace contrapeso a la idea de universalidad que jerarquiza, esencializa e impide tejer colaboraciones entre disciplinas. Además, hablar de “las mujeres”, “las jóvenes” y “las niñas” en plural permite habitar esta categoría en un sentido amplio, que abarque todas las experiencias, todas las formas de ser, transitar e, incluso, disentir y distanciarse de “lo femenino”. Conminamos, pues, a usar los apelativos en plural como una postura política y epistemológica desde la cual se reconoce la falibilidad y complementariedad del conocimiento científico, es decir, desde una perspectiva que admite mejoras y reconoce la necesidad y validez de cada forma de saber.

La finalidad de tener un día para celebrar que las niñas, jóvenes y mujeres participen en las ciencias es para hacer un balance colectivo sobre lo que todavía nos falta para lograr la igualdad de género dentro de todas las áreas de la educación, trazar planes para alcanzarla y transformar las narrativas de exclusión de las mujeres en estos campos, basadas en estereotipos de género, que redundan en injusticias históricas.

Desde los feminismos universitarios buscamos crear correlatos justos y dar cuenta de la importante presencia femenina en la construcción del conocimiento. Resaltamos que las mujeres de todas las edades no sólo han hecho grandes aportes técnicos y descubrimientos hacia la comunidad científica, sino que también han incluido un ángulo de análisis crítico. Es por ello que el hashtag elegido para este año es #CienciasFeministas.

Las primatólogas son un gran ejemplo de cómo las mujeres pueden extender los horizontes de una ciencia mediante la rigurosidad y la eliminación de sesgos androcéntricos. Sus esfuerzos desmintieron los estereotipos de género que se extrapolaban al estudio de estos mamíferos; mismos que aseguraban que las hembras de todas sus especies, incluyendo la humana, poseen características esenciales tales como la pasividad, la monogamia o la predisposición a los cuidados. Investigaciones como las de la científica Claudine André nos abren horizontes hacia otras realidades, puesto que muestran la existencia de sociedades matriarcales entre los primates, como los bonobos, cuyas hembras comparten la crianza, y tienen prácticas lésbicas de manera normalizada.

Sin la perspectiva que aportan las niñas, adolescentes y mujeres a las ciencias, la sociedad permanecería en la carencia de soluciones novedosas; además, sería muy difícil que la investigación dedicara esfuerzos a solucionar las problemáticas a las que se enfrentan ellas como grupo social, por ejemplo los padecimientos ginecológicos como los fibromas uterinos o la endometriosis, de los que se desconocen todavía las causas y, más aún, tratamientos efectivos para las millones de ellas que los padecen.

En este 2024, la Coordinación para la Igualdad de Género invita a promover la vocación científica entre las mujeres y a erradicar los estigmas sociales que les impiden insertarse a este campo, a profundizar en las teorías feministas de las ciencias y también a reconocer las alianzas con áreas del saber fuera de las CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

“Conjuntar la visión de las mujeres y la de los hombres amplía las posibilidades para entender y redefinir los propósitos y metas de las ciencias y las tecnologías, permite contar con nuevos elementos de análisis y métodos diferentes para interpretar y entender mejor la naturaleza, y nuestra especie como parte de ella” (Norma Blazquez Graf, titular de la CIGU).


*CIGU

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