Prende alertas la polio: reaparece en EE. UU.

La vacuna es bastante efectiva y por lo tanto este padecimiento puede prevenirse.

El jueves 21 de julio, las autoridades de salud del estado de Nueva York informaron del caso de un joven que desarrolló parálisis después de que se infectó con el virus de la polio. Este caso, el primero en Estados Unidos desde 2003, encendió las luces de alarma en las autoridades de salud de todo el mundo porque la aparición de un sólo caso de polio en un país en el que se pensaba que la enfermedad estaba erradicada significa un brote por la facilidad con la que ésta se propaga, contra la que no hay una cura o tratamiento.

La persona contagiada es un habitante del condado de Rockland, al norte de la ciudad de Nueva York, donde sólo 60 por ciento de sus habitantes están vacunados contra el padecimiento. En el condado contiguo, Orange, la población vacunada es apenas el 59 por ciento, y en todo el estado es el 80 por ciento, que tampoco es muy alto.

“La poliomielitis es muy contagiosa y está causando problemas en algunas naciones del mundo. Por esta razón, el caso de Estados Unidos encendió las luces de alerta en ese país y en otros de la región”, dice Guadalupe Soto Estrada, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

“Es importante disminuir el riesgo de la transmisión, sobre todo en los niños menores de cinco años, que deben contar con su esquema completo de vacunación. La vacuna contra la polio es muy segura y es la forma más eficaz de evitar la forma más grave del padecimiento: la parálisis y sus secuelas, especialmente en este sector de la población”.

“En 1994 se declaró erradicada la polio en las Américas, y antes de este caso no se habían identificado brotes en otras naciones del continente”, dice la epidemióloga.

En 2020, al inicio de un brote de sarampión en México, se tenía una cobertura de alrededor de 80 por ciento, un poco más alta que en 2019, que era de aproximadamente 78 por ciento.

“Ochenta por ciento de vacunación es muy preocupante porque se considera que, para garantizar que una enfermedad ya erradicada no regrese, se debe tener una cobertura de al menos 95 por ciento de la población, que en el caso de la polio son los niños menores de cinco años con las dosis completas”, explica la investigadora.

La Organización Panamericana de la Salud reporta que la actual cobertura de vacunación contra la polio en México es de 78 por ciento. Ésta es muy baja, pues condiciona un riesgo muy alto de brote del padecimiento.

“Durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, los índices de vacunación han sido muy bajos, quizá porque la gente no quiere llevar a sus niños a vacunarse o bien porque no había vacunas. El caso es que en este momento tenemos una cobertura bastante baja, pero no sólo de polio, sino de otras enfermedades prevenibles por vacunación”, explica.

Si bien la polio es muy contagiosa, la mayor parte de las personas infectadas no va a presentar síntomas. De éstas, entre diez y quince por ciento va a tener problemas respiratorios leves, parecidos a los del catarro común.

Pero una de cada 200 personas infectadas, o un poco más, dependiendo de la cobertura del país, tendrá daño en el sistema nervioso y puede presentar parálisis; los niños menores de cinco años que no estén vacunados son los que están en mayor riesgo, pues podrían tener una parálisis permanente en brazos y piernas.

En una proporción muy pequeña de estos pacientes, el daño al sistema nervioso puede alcanzar al respiratorio, el centro que controla la respiración, y causar la muerte.

“Debemos dejar muy claro que una vez que el niño se enferma y presenta parálisis no hay ningún medicamento que cure la poliomielitis; sólo se le brinda tratamiento de sostén”, advierte Guadalupe Soto.

Si en otras naciones americanas también hay bajas coberturas de vacunación, como en México, entonces, tenemos un problema de salud pública muy grave que se puede transmitir muy fácilmente.

“Hay algo que se llama vigilancia activa. Yo aplicaría este concepto a la vacunación, es decir, no esperar a que vengan, sino buscar a los menores no vacunados”, comenta.

“Creo que se tiene que retomar este sistema porque funcionó; fuimos un ejemplo en toda América porque alcanzamos coberturas muy altas contra enfermedades prevenibles por vacunación”. Ésa fue una de las estrategias más efectivas, porque no todos los niños son llevados por sus padres a vacunar.

“Una vez que se les ofrece vacunar a los niños, la mayoría acepta; a pesar de que hay muchos frentes contra las vacunas, en México todavía hay buena aceptación y se tiene que retomar esa parte activa de las acciones para prevenir estas enfermedades”.

La investigadora de la UNAM considera que en este momento la polio está en foco rojo, es uno de los padecimientos latentes y puede regresar. “Incluso, no sabemos si ya está aquí. Se tiene que reforzar la vigilancia seroepidemiológica para ver si hay gente recién contagiada y ver qué tanto está afectando, porque la mayor parte no va a presentar síntomas”.

“Lo más doloroso es que es una enfermedad perfectamente prevenible. A diferencia de la vacuna contra la Covid u otras que no son tan eficientes para prevenir la enfermedad, ésta es bastante efectiva; ha evitado que millones de niños desarrollen parálisis y sus secuelas”, finalizó la profesora de la FM.

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