Proyectan observatorio mexicano de monitoreo satelital

Busca generar datos de contaminantes y calidad del aire

Al unir esfuerzos en torno a la observación del clima y el monitoreo satelital para medir la calidad del aire, la Universidad Nacional, a través del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), trabaja en una iniciativa conjunta con instancias gubernamentales como la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).

Se trata de un observatorio mexicano de monitoreo satelital, que tiene entre sus planes aprovechar el lanzamiento al espacio exterior del satélite TEMPO para generar datos de contaminantes y calidad del aire, los cuales podrán ser analizados por instancias académicas y gubernamentales que nutran la vigilancia detallada y el análisis científico sobre este tema.

Durante la inauguración virtual del proyecto, el director del ICAyCC, Jorge Zavala Hidalgo, aseguró que la percepción remota es una de las actividades de mayor importancia que siguen desarrollándose en su medio académico. “Cada vez tenemos satélites más complejos, con más resolución, con más bandas y algoritmos que nos permiten identificar mejor los distintos componentes de la atmósfera”.

Dijo que el ICAyCC tiene mucha tradición en torno a estos temas a través de varios de sus investigadores, como Michel Grutter de la Mora, y la tiene además en la formación de profesionales, de capacitar gente especializada en esta materia.

Indicó que en el Instituto se realiza muestreo tradicional, modelación, meteorología y clima, lo que da una visión integral que debe madurar. “La idea de este evento es estrechar vínculos entre la academia y el gobierno para formalizar la colaboración”, señaló.

Víctor Hugo Páramo Figueroa, coordinador ejecutivo de la CAMe, destacó la positiva colaboración entre gobierno y academia, pues las perspectivas que se abren con la puesta en operación de tecnologías satelitales son alentadoras para mejorar la calidad del aire.

Subrayó la importancia del monitoreo atmosférico con satélites, en especial el geoestacionario TEMPO, de la NASA, que iniciará funciones el próximo año.

TEMPO estará barriendo la región norteamericana una vez cada hora, y permitirá ver cómo se genera la contaminación y se transporta en una zona dada”

El nuevo satélite TEMPO estará barriendo la región norteamericana una vez cada hora, y permitirá ver cómo se genera la contaminación y se transporta en una zona dada, indicó.

Marina Robles García, secretaria del Medio Ambiente de Ciudad de México, destacó que el sistema de monitoreo de la capital del país es uno de los sistemas más robustos a nivel nacional e internacional.

“Actualmente esta red de monitoreo cuenta con 34 estaciones automáticas, además de alrededor de 10 manuales, que permiten estar informando a la población cada hora sobre las condiciones de la calidad del aire en el conjunto de estaciones de esta red.”

Permite, también, tener un registro minuto a minuto, de lo que está ocurriendo con la calidad del aire en esta región del país, aseguró.

En el primer bloque del simposio, Ana Prados, de la NASA y la Universidad de Maryland en Baltimore, detalló que los satélites llenan los vacíos donde las mediciones del suelo son escasas, y proporcionan datos (sin procesar) para los modelos. En tanto, los datos terrestres sirven para validar los datos satelitales y proporcionan datos para los modelos; mientras que los modelos llenan los vacíos en las mediciones terrestres, mejoran datos satelitales y tienen capacidad predictiva.

La especialista destacó que los satélites ofrecen una vista global de la Tierra, y consideró que la cobertura espacial es la ventaja principal de los datos satelitales.

En tanto, Gonzalo González Abad, del Centro de Astrofísica Harvard Smithsonian, detalló que el objetivo del satélite TEMPO, que será lanzado por la NASA en 2023, es proporcionar observaciones diurnas con alta frecuencia (cada hora) para estudiar las emisiones de gases y la química atmosférica relacionadas con la calidad del aire. El equipo cuenta con un espectrómetro diseñado para operar con luz solar en el ultravioleta y el visible reflejada por la superficie del planeta y su atmósfera.

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