Proyecto para acercar a jóvenes y niños a la microtecnología

El objetivo, crear desarrollos tecnológicos eficaces, de menor tamaño y peso; participan cerca de cien alumnos de diversas licenciaturas

Foto: Francisco Cruz.</span<

Para que niños y jóvenes de las alcaldías de Ciudad de México se acerquen al mundo de la microtecnología “y averigüen cómo convertirse en la próxima generación de microtecnólogos”, la UNAM desarrolló el proyecto Microfascinantes.

Luis Agustín Álvarez Icaza, investigador del Instituto de Ingeniería (II), explicó que el objetivo de la microtecnología es crear dispositivos muy pequeños y más complejos; nuevos desarrollos tecnológicos eficaces, de menor tamaño y peso. “Es una tecnología que empieza a ser importante y el II la ha enfocado fundamentalmente a la salud”.

La entidad universitaria, en colaboración con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (Sectei) del gobierno de la Ciudad de México, desarrolló cuatro talleres científicos, diseñados por estudiantes del Instituto, bajo la tutela de Álvarez Icaza y Laura Oropeza, investigadora de la Facultad de Ingeniería (FI).

Los cursos están dirigidos en especial a quienes acuden a los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saber (Pilares), espacios donde habitantes de zonas marginadas tienen acceso a la educación, capacitación y desarrollo.

Microfascinates es una iniciativa de divulgación y difusión de la ciencia, cuya fase piloto arrancó el pasado 11 de noviembre y se extenderá hasta el día 29 en 10 sitios Pilares. En este proceso participan cerca de cien estudiantes (monitores) de diversas licenciaturas de la UNAM, que se encargan de apoyar y guiar a niños, jóvenes, e incluso adultos mayores.

Adelantó que probablemente la Sectei lleve esta experiencia a escuelas secundarias, “por lo que además de los videos que explican la iniciativa y talleres, elaboramos manuales, instructivos y procedimientos de manejo”.

El papel de los Pilares es tejer comunidad, que los chicos que por alguna razón no acuden a la escuela formal tengan otras opciones, y en este contexto, “Microfascinantes tiene mucho que ver con la idea de restaurar el tejido social”.

Laura Oropeza destacó la necesidad de interesar a los niños en la ciencia, “romper esa barrera que hay entre la sociedad y la tecnología”.

La titular del Laboratorio de Microsistemas BioMEMS de la Facultad de Ingeniería dijo que esta experiencia está diseñada para personas de todas las edades.

Los universitarios indicaron que durante la fase piloto el II proporcionará los materiales correspondientes para cada uno de los talleres, pero, una vez que pase a la escala masiva, la Sectei se encargará de elaborarlos o financiarlos. Como parte del proyecto, expusieron, “verificamos que los talleres y experimentos funcionen y que sean de utilidad”.

Microfascinantes tiene presencia en Facebook e Instagram, además de un centro de divulgación permanente (www.microfascinantes.iingen.unam.mx), en el que los desarrolladores han colocado el material didáctico de la iniciativa. Quienes estén interesados podrán capacitarse con estas herramientas y reproducirlas.

Cuatro talleres constituyen Microfascinantes. Uno es Microfluídica, papelito habla, coordinado por Óscar Pilloni Choreno, del Instituto de Ingeniería, cuyo objetivo es mostrar a los niños la tecnología de micromanipulación de diminutos volúmenes de fluido en un sustrato de papel.

Un segundo taller es Expedición al micromundo, a cargo de Aldo Romero, en donde los participantes arman, en forma sencilla, su propio microscopio de bolsillo, inspirado en el primero construido, de Antonie van Leeuwenhoek (1680), el padre de la microbiología.

En otro, Microplomería, laboratorio en miniatura”, a cargo de Josué Ramírez, el propósito es que los asistentes construyan un mecanismo con piezas de lego, cada una con un microcanal en su interior por donde corran microfluidos.

Finalmente, en el Taller de tatuajes inteligentes, desarrollado por Roberto Ramírez, los participantes hacen uso de la microelectrónica para diseñar un circuito eléctrico en una hoja de papel bond, programar un sensor inalámbrico para crear un tatuaje inteligente que se adhiera a la piel y contenga información personal.

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