Análisis de especialistas universitarios

¿Qué está pasando en Perú?

La crisis del país sudamericano se debe a la fragmentación y confrontación política, un fallido diseño institucional, inestabilidad económica y confrontación social

Hay legítimas demandas de la sociedad en la mejora de niveles de vida. Foto: Reuters.
La llegada de Pedro Castillo, un maestro rural y líder sindical, a la presidencia de Perú en junio de 2021 fue una sorpresa –incluso para quienes lo apoyaban–; no obstante, su destitución y posterior arresto es resultado de una crisis que ha experimentado el país sudamericano en años recientes, un lustro en el que seis personas diferentes han ostentado el cargo.

“Lamentablemente no es algo nuevo en Perú. El país sudamericano se destaca en la región por su inestabilidad política en los últimos años. Castillo, desde 2018, es el tercer presidente que se destituye por vías similares. Definitivamente no es algo nuevo”, subrayó Carlos Torrealba, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).

Por su parte, Yadira Gálvez Salvador, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, opinó:

“El gobierno del presidente Castillo había estado marcado por una serie de diferencias entre la presidencia y el Congreso. Su gobierno fue una especie de crisis permanente, de la que el Congreso es corresponsable. Por un lado, enfrentamiento entre poderes, cuestionamientos y bloqueos. Por ejemplo, cuando el Congreso le negó el permiso de viajar a México para su participación en la Cumbre de la Alianza del Pacífico. Por otra parte, las decisiones del presidente, los múltiples problemas con sus ministros y la alta rotación en su gabinete, la caída en su aprobación y las investigaciones de corrupción en su contra.”

“Es importante señalar que Castillo acudió a la Organización de los Estados Americanos (OEA) en octubre pasado pidiendo activar la Carta Democrática Interamericana para ‘preservar la institucionalidad democrática’. La OEA acordó establecer un Grupo de Alto Nivel que visitó Perú en noviembre, y cuyo informe nos da referentes sobre la crisis política. Además del tema de la fragmentación política, el informe preliminar habla de la confrontación entre poderes, que incluye la desconfianza y la demora del Congreso para legislar. También de la prácticamente nula relación del presidente con los medios de comunicación y de la profunda crisis social del país. Al final, fue Castillo quien llevó adelante un autogolpe de Estado, que resultó fallido. Fue él quien quebrantó el orden constitucional”, señaló Gálvez Salvador.

Una de las recomendaciones en el informe de la OEA estaba ligada a la necesidad de establecer un diálogo entre las diversas facciones políticas que se disputan el poder en Perú con el fin de evitar profundizar los problemas que afectan a la nación andina y que se mantienen en el horizonte aun con la llegada de Dina Boluarte, vicepresidenta del gobierno encabezado por Castillo, a la presidencia.

Vacancia

Carlos Torrealba apuntó que es necesario recordar que el llamado a disolver el Congreso e instalar un nuevo gobierno de emergencia emitido por Castillo, se dio tras el tercer intento de los legisladores por destituirlo. “Él se adelanta al debate sobre la tercera moción de vacancia. Desde el inicio, han intentado destituirlo con dicha moción; era el tercer intento y Castillo había perdido mucho respaldo de su partido en la propia izquierda por conflictos, por las concesiones que tuvo que hacer con la derecha para, justamente, evitar la vacancia”, describió.

El investigador del IIS añadió: “puedes decir que hubo un error de cálculo, pero diría más bien que era esperable. Tenía denuncias de corrupción en su contra, un tema muy rentable políticamente en Perú. Desde que se volvió moda el repertorio de la vacancia, esta ha sido el arma: corrupción, corrupción, corrupción. Más allá de si sea verdad o mentira, ha sido el instrumento de ataque de las oposiciones”.

La visión a mediano plazo, consideró Yadira Gálvez, debe estar puesta en las medidas que implemente la presidenta Boluarte para reformar las estructuras políticas de su país: “Hay diversos estudiosos y analistas peruanos que señalan que debe haber una profunda reforma política, tanto en la parte electoral como en el diseño institucional”.

“Es un país, al igual que muchos de América Latina, que está afrontando una agenda muy compleja. Hay legítimas demandas de la sociedad en torno a la mejora en los niveles de vida, la atención de las necesidades de amplias capas de la población que viven en condiciones de pobreza y exclusión, la lucha contra la corrupción y las crisis de seguridad. Cualquier proyecto político en la región pasa por la atención de esto y, necesariamente, por el respeto a la institucionalidad, a los derechos humanos, a las libertades. Debemos tener muy en cuenta que la democracia en América Latina ha costado mucho tiempo construirla”, finalizó la académica.

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