Sara Sefchovich integra su obra a la Biblioteca Casul

Foto: Francisco Parra.

Con una colección de 19 libros, la socióloga, historiadora y escritora Sara Sefchovich, se sumó a las creadoras Elena Poniatowska, Margo Glantz, Cristina Pacheco, Elsa Cross, Alma Guillermoprieto, además de la Colección Vindictas editada por la UNAM, que han integrado su obra publicada al acervo de la Biblioteca Casul de Escritoras.

La autora de Demasiado amor (1990), La suerte de la consorte (1999), Vivir la vida (2000), La señora de los sueños (1993) y ¿Son mejores las mujeres? (2011), asistió a la Casa Universitaria del Libro (Casul) para convivir con sus lectores y contestar las preguntas de la periodista Guadalupe Alonso Coratella, titular del recinto.

“Ya no hago planes a futuro. Escribo lo que tengo ganas, lo que tenía pendiente. Los cursos, conferencias, presentaciones, viajes a las ferias, todo lo corté de tajo hace dos años. Prácticamente ya no salgo de mi casa. No sé si lo que escribo lo voy a acabar, si se va a publicar. Ya viví lo que tenía que vivir, y ahora vamos a ver qué pasa”, señaló la investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales.

Recalcó que la UNAM es una universidad pública, que atiende a alumnos de todas partes y de todos los niveles económicos y sociales; “en la pandemia, cuando las clases eran por zoom, me conmovió ver la pobreza de algunos de mis estudiantes y me sentí orgullosa de ser parte de ella”.

Habló de lo polémico de su trabajo, por ejemplo, “en mi libro de crónica empiezo diciendo que ése es el mejor género de la literatura mexicana y eso a mucha gente no le gusta”. Está por publicarse otro libro, sobre ensayo, para completar los géneros que trabajo, junto con la novela. En cambio, reconoció, “no puedo con el teatro y soy muy mala lectora de poesía”.

“El género que más disfruto es escribir. No sé por qué lo hago. Me tocó nacer en una familia de clase media, ir a una buena escuela y entrar a trabajar a la UNAM; todo cuajó para ese destino, no sé si tuve algo que ver con lo que pasó, pero lo aproveché”, indicó.

Sefchovich consideró que cuando los escritores reciben premios o críticas, empiezan a cuidarse, a tener miedo de decir ciertas cosas, por eso la crónica puede ser el género más libre. Por supuesto, hay cronistas buenos y malos, “pero hay muchos y dijeron lo que quisieron”, en diversidad de temas y de modos de escritura, presentes en periódicos o revistas desaparecidos. “Para mí ha sido un descubrimiento ir a los pueblos y ver que hay grupos de cronistas que todo el tiempo quieren que la gente recuerde lo que es la vida en esos lugarcitos que uno ni siquiera sabe que existen. Ello me emociona y me conmueve, y creo que eso no lo tienen los géneros serios”.

Luego de aclarar que no le gusta hablar de su vida, sino de sus libros, apuntó que tiene la absoluta certeza de ser feminista y de haberlo sido toda la vida. Pero “cuando veo a mis hijas o mis nietas, veo que me han superado de una manera impresionante, y es emocionante, porque mi generación es la que abrió esa puerta”.

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