Tendencia radical social del cabaret

Gastón Alzate, catedrático de Literatura y Teatro Latinoamericanos en la Universidad Estatal de California, afirmó que el género teatral del cabaret es el vehículo adecuado para conducir al espectador hacia una reflexión crítica de su esfera social.

“El arte debe de estar comprometido con una lucha particular por cambiar la realidad, empezando por la forma de percibirla (…) El teatro debía transformar la vida porque si no estaba condenado a repetir las estructuras de poder que la constituían”, dijo durante la conferencia Benjamin y Brecht: El Pensamiento Antidogmático en el Arte (Explorando los Límites del Cabaret y del Teatro).

Esta actividad formó parte del Maratón Internacional de Cabaret, en el que participaron exponentes nacionales e internacionales del género con el fin de promover y hablar sobre las vanguardias en las artes escénicas. El evento fue transmitido por Teatro UNAM y El Aleph. Festival de Arte y Ciencia.

El profesor explicó que parte de la tendencia radical del cabaret se nutre del pensamiento del escritor Walter Benjamin y de la acción artística del dramaturgo Bertolt Brecht, pues ambos experimentaron con géneros híbridos tanto en la literatura como en el teatro, en los que combinaron la transgresión con la sensualidad.

En este sentido, señaló que la experimentación por parte de estos creadores alemanes devino en un desafío que consiguió una profunda calidad poética y dramática al servicio de una relación teatral dialéctica con el espectador, esto es, un ejercicio artístico que permitió generar un estremecimiento ante los prejuicios del público.

Crítica social

Por ello, apuntó, toda aquella persona interesada en dedicarse al cabaret siguiendo lo establecido por Brecht debe pensar en la constante oscilación entre actor y personaje, combinando la seducción y el erotismo del género en textos cruzados por una crítica social.

“Pensar en la desnudez del objeto escénico y en la ruptura de la cuarta pared como materiales diseñados para el extrañamiento, como detonadores de un teatro dirigido a crear un colapso en el espectador que conduzca a la reflexión crítica.”

Por último, Alzate mencionó que para hacer uso correcto y armónico de los elementos necesarios para la sátira cabaretera se requiere de una extraordinaria sensibilidad para la cultura popular, al tiempo que se debe ser más receptivo ante nuevas posibilidades que posibiliten la expresión del potencial revolucionario de las artes escénicas.

“Los cabareteros del siglo XXI deben también desvincularse de lo dogmático del arte y del teatro. La ruptura de la cuarta pared es un choque brutal. Un combate con el espectador no es una conversación; es un altercado con las viejas formas”, expresó.