“Teníamos la ambición de sacar el torneo adelante”

La selección sub-23 se sobrepuso a unos primeros resultados adversos (derrota y empate) para conquistar al fin el bronce

Foto: Club Universidad Nacional.
La sonrisa en la cúspide al observar el brillo de su medalla, luego de obtenerla tras una experiencia única en su vida, que fue ganar el bronce con la selección mexicana sub-23 en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Alfonso Monroy nunca lo imaginó, pero cumplió el sueño de su infancia.

“Lo que viví es fruto del trabajo a lo largo de todos estos años de sacrificio, dedicación y disciplina. Viví una experiencia muy linda. En mi vida había imaginado alguna vez estar en unos Juegos Panamericanos representando a Pumas y a mi país. Cuando era niño tenía el sueño de jugar para la selección, por eso me llena de alegría.”

Los primeros días no fueron sencillos para el canterano de Pumas ni para el grupo de futbolistas del combinado nacional. Emprendieron un largo vuelo a Chile con las maletas cargadas de ilusiones y ante un escenario desconocido en sus trayectorias.

“No nos conocíamos, nos hacían falta entrenamientos para acoplarnos. Al final se hizo un gran grupo, lo que se demostró en los partidos. El viaje fue difícil, nunca había volado tantas horas y me costó porque no pude dormir bien. Desde las concentraciones se notaba un equipo que quería ganar, luchar por el oro y con muchas ganas de competir ante los equipos que íbamos a enfrentar”, reconoció.

México perdió el partido inaugural ante Chile y empató sin anotaciones frente a República Dominicana en el segundo duelo del grupo, lo que los dejó en una situación crítica.

“Los primeros resultados generaron que nos uniéramos más. Al ver que la gente dejaba de confiar, nosotros nos volvíamos más fuertes en el vestidor. Teníamos la ambición de sacar el torneo adelante, nadie de nosotros quería irse con las manos vacías. Nunca dimos por terminada nuestra participación, luchamos hasta el final. Nos la teníamos que jugar a matar o morir en el último partido ante Uruguay”, añadió el lateral universitario.

El último duelo de la fase de grupos ante los uruguayos se tornó un enfrentamiento ríspido y combativo. Ambas selecciones se jugaban el pase a la siguiente ronda. “Fue un partido muy lindo. Con mucho choque, disputa e intensidad. Sabíamos que debíamos sacar el resultado, no por nosotros, sino por nuestros seres queridos. No les podíamos dar menos que pelear por una medalla. Somos mexicanos y por el país, el corazón que tenemos y nuestra identidad, teníamos que ganar”.

La selección mexicana venció a Uruguay por la mínima y clasificó a las semifinales. Estaban a un juego de pelear por el oro panamericano. El siguiente rival fue Brasil, una de las selecciones candidatas desde el inicio del campeonato.

“Cuando supimos que nuestro rival era Brasil, me sorprendí. Todos sabemos lo que representa, es una selección conocida mundialmente por los jugadores que tiene en América y en Europa. Intentamos hacer lo que sabíamos y disfrutamos el juego. Sobre todo fuimos con mucha garra, esa que nos caracteriza a los mexicanos y a los jugadores de Pumas”, sentenció.

Brasil aprovechó un gol tempranero para quedarse con la victoria. Pese al resultado, México tuvo una nueva oportunidad para despedirse de Sudamérica en el podio panamericano. El tercer puesto por la medalla de bronce se jugó ante Estados Unidos, el eterno rival.

“Teníamos en mente que no podíamos regresar a México sin nada. Estábamos cansados y agotados, enfrentar partidos seguidos nos desgastó. Pero como equipo sabíamos que era el último paso. Esa medalla la quisimos más y así fue. Contra Estados Unidos es un clásico, esos partidos no se juegan, se ganan. Salimos al campo con toda la convicción de vencerlos. Sabíamos que teníamos que dar ese último gran esfuerzo para ganarnos la medalla y así lo hicimos”, agregó.

Después de una experiencia con muchas emociones y altibajos, Monroy se muestra agradecido con Pumas, ya que ha sido una gran vitrina que lo colocó en el radar de la selección, le dio la oportunidad de competir en unos Juegos Panamericanos y de escuchar el himno nacional mexicano en otro país, con el orgullo y la frente en lo más alto.

“Significa que la cantera de Pumas está trabajando bien. Los chicos de fuerzas básicas aún somos jóvenes, pero nos dedicamos al 100 por ciento a estar a la altura de la institución. Representar a Pumas es algo muy lindo. Estoy agradecido por portar este escudo que defenderé con mi alma y mi vida. Es el ADN que tenemos todos aquí y que puedo compartirle a mis compañeros en la selección”.

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