Un material que ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes

“Está más presente en nuestra vida cotidiana de lo que realmente pensamos”: Antonio Zarco, responsable del Taller de Soplado de Vidrio Científico de la Facultad de Química

Foto: Juan Antonio López.
Este 2022 ha sido declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el Año Internacional del Vidrio. Con ello se pretenden resaltar las múltiples contribuciones de este elemento en la vida cotidiana, el arte, la ciencia y el desarrollo de las comunicaciones.

De acuerdo con el organismo internacional, los objetos de vidrio han proporcionado una base firme para el desarrollo de la ciencia moderna, desde la astronomía hasta la biología; desde las lámparas básicas hasta las lentes para los faros, y desde las válvulas hasta las fibras ópticas en las comunicaciones y la electrónica. Mientras que en arquitectura se utiliza desde la época romana.

Antonio Zarco Reséndiz, responsable del Taller de Soplado de Vidrio Científico de la Facultad de Química, destacó la importancia de esta efeméride, pues se trata de un material que ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes.

Señaló que, por su versatilidad y beneficios, el vidrio seguirá entre nosotros, no desaparecerá, puesto que sus aplicaciones son múltiples. Se emplea en diversas áreas o campos, así como en numerosas actividades diarias. “Sería imposible dejar de utilizarlo, por el contrario, se trata de un material que está más presente en nuestra vida cotidiana de lo que realmente pensamos”.

Es uno de los materiales que se puede producir en múltiples variantes con usos totalmente distintos uno de otro; su utilidad y aplicaciones son variados, ya sea para decorar, construir, fabricar objetos e incluso para nuestra misma protección.

Zarco Reséndiz indicó que se trata de uno de los materiales más reciclables y menos contaminantes que existen y una vez transformado puede aplicarse sin haber perdido sus propiedades en la industria, la investigación, la arquitectura y el arte. No obstante, no hay las suficientes plantas para ello, como sí las hay para transformar el plástico.

Desde hace algunos años en todos los sectores el plástico ha sido un gran sustituto del cristal por la facilidad del manejo de los productos terminados y lo práctico de su uso. Sin embargo, “nos dimos cuenta de que ésa no era la solución y se ha regresado al uso del vidrio. Incluso, dentro del ámbito científico, en algún momento se temió una posible desaparición del área, pero años después se notó que eso era imposible”.

Especificó que el vidrio es un material inorgánico, duro, frágil, transparente y amorfo, y se encuentra en la naturaleza, aunque también puede ser producido por el ser humano en diferentes tipos o clases que se emplean en múltiples ámbitos, incluso en la nanotecnología.

Por otra parte, Antonio Zarco dijo que el material que se utiliza en el Taller de Soplado de vidrio es una composición denominada borosilicato 3.3, con el que elaboran y reparan materiales y equipos de este material que se utilizan en laboratorios de enseñanza y de investigación, tanto para los alumnos como para profesores o investigadores que los requieren.

Detalló que, de acuerdo con su uso, el vidrio tiene diferentes composición y formación químicas, además de capacidades físicas como color, resistencia o dureza. Por ejemplo, está el que se utiliza en el taller, cuyo grado de fundición es arriba de los mil grados centígrados; mientras que en el caso del denominado cuarzo se funde a los dos mil 100 grados centígrados, el cual se puede tener al rojo vivo y meterlo al hielo y no le pasa nada; a diferencia del de borosilicato 3.3 que durante este proceso se rompe en automático.

Cada uno de ellos posee diferentes características, desde su composición y formación químicas, hasta sus capacidades físicas como color, forma, resistencia o dureza.

Aunque también hay materiales mucho más sencillos y suaves, por ejemplo, el vidrio común, que se utiliza en botellas, vasos, adornos, etcétera, que se funde a más baja temperatura. Eso sí, muchos de éstos no soportan choches térmicos muy fuertes.

Recalcó que, indiscutiblemente, el vidrio continuará entre nosotros toda vez que por sus propiedades no puede ser sustituido por otro material, al menos en el ámbito de la ciencia.

Piezas de calidad

Subrayó que en la Facultad de Química se elaboran piezas de calidad, equiparables a las producidas por empresas externas, incluso las más prestigiadas del mundo. Se fabrican y reparan matraces, refrigerantes, pipetas, probetas, buretas, vasos de precipitado, líneas de destilación y de alto vacío, entre otros instrumentos, además de equipo de uso frecuente en laboratorio.

Para ello se requieren herramientas como oxígeno, gas butano, sopletes, boquillas, un torno y un horno para templado. Trabajar este tipo de material es complicado y son pocos los sopladores de vidrio científico que hay en el país. La Facultad de Química es uno de los sitios en los que se forman estos profesionales.

Se da servicio a estudiantes, profesores e investigadores para la reparación de material o elaboración de equipo sobre diseño. Se han hecho algunas cosas que no se encuentran en el mercado, además de piezas elaboradas con bocetos que realizan los propios investigadores o modificaciones que éstos solicitan, explicó el universitario. También se apoya a otras entidades de la UNAM, del sector salud y a empresas.

El vidrio es un material básico y, junto con la cerámica, es el más antiguo y conocido. Por tanto, el hombre lo ha utilizado a lo largo de la historia para almacenar y proteger sus productos.

Según información publicada por Libbey México, principal productor de vidrio, la evidencia arqueológica indica que este material se elaboró por primera vez en el Medio Oriente, durante el tercer milenio antes de Cristo; los primeros objetos fueron perlas. La producción de vidrio floreció en Egipto y Mesopotamia hasta el 1200 antes de nuestra era, y para el siglo noveno de la misma Siria y Mesopotamia surgieron como centros de fabricación y la industria se extendió en toda la región mediterránea.

En la época helenística, a causa de la fábrica de vidrio en Alejandría, Egipto asumió un papel de liderazgo en el suministro de cristal de lujo hacia las cortes reales. Sin embargo, en la costa fenicia se hizo el importante descubrimiento del soplado de vidrio hacia el siglo primero antes de Cristo.

La estructura del Imperio romano fomentó sin duda los avances extraordinarios en la fabricación de vidrio que se produjeron en este periodo. La mayor parte de las técnicas decorativas conocidas fueron inventadas por los artesanos de la época romana.

En la Edad Media se le consideró un producto sólo al alcance de los más privilegiados, y el oficio del vidriero fue el único al que la nobleza podría dedicarse en Francia en esa época. Entonces era un objeto de lujo para decoración y envases. No obstante, en el siglo XVII comenzó a generalizarse su uso.

Sus combinaciones y derivados forman parte de vajillas, botellas, frascos, tarros y botes de conservas. Su impermeabilidad, resistencia a las bacterias y su falta de reactividad –que evita alteraciones en el olor, sabor o composición de alimentos y bebidas– lo convierten en el material más adecuado para este tipo de usos.

Además, su maleabilidad en el proceso de fundido permite la versatilidad de formas en envases y contenedores, así como cambios en la coloración del vidrio, que pueden mejorar su resistencia a la luz exterior. Ello también ha fomentado innumerables avances culturales y científicos como las fibras ópticas de vidrio que han dado lugar a una revolución mundial de las comunicaciones y constituyen la columna vertebral de Internet.

Las composiciones de biovidrio han permitido avances en el cuidado de la salud por la capacidad para integrarse al hueso humano o ayudar en el diseño y regeneración de tejidos, entre otros usos.

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