UNAMSAT-B, un referente de la exploración del espacio

Ese equipo demostró al país y al mundo que esta casa de estudios se encuentra en la vanguardia en proyectos de impacto social

Lección de perseverancia y constancia, trabajo en equipo y coordinación. Foto: Archivo de Gaceta UNAM.

Equipos satelitales como el K’OTO, el KuauhtliSAT, y las instalaciones de primer nivel que forman la Unidad de Alta Tecnología, son hoy una realidad que posiciona cada vez mejor a la UNAM en la carrera espacial. Y todos tuvieron su origen hace un cuarto de siglo, en el lanzamiento exitoso del satélite UNAMSAT-B, que hace 25 años viajó al espacio.

La historia de este equipo es un importante antecedente para la continuidad en el desarrollo de tecnología espacial y demostró al país y al mundo que la Universidad de la Nación tiene grandes proyectos de impacto social por ofrecer en este campo.

Además, dejó a sus creadores, a la UNAM y al país, una lección de perseverancia y constancia, trabajo en equipo y coordinación.

José Alberto Ramírez Aguilar, jefe del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Unidad de Alta Tecnología de la Facultad de Ingeniería de la UNAM en Juriquilla, y José Francisco Valdés Galicia, actual coordinador del Programa Espacial Universitario (PEU), recuerdan con orgullo la puesta en órbita del primer satélite hecho en esta casa de estudios y sus implicaciones.

El 5 de septiembre de 1996, a las 07:48 horas, tiempo de México, despegó a bordo del cohete Cosmos 3M Polyot, desde el cosmódromo de Plesetks, Rusia, el equipo universitario. Casi nueve horas después Gianfranco Bisiacchi, director del entonces Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial (PUIDE), dio a conocer el éxito del lanzamiento, informó en su momento Gaceta UNAM.

Apoyados por el entonces rector José Sarukhán Kermez, Bisiacchi y David Liberman se comprometieron con este trabajo y lo llevaron hasta el final. En este proyecto participaron estudiantes que dejaron su alma y corazón en él, y algunos de ellos, ya como doctores, impulsan esta área de estudio en la Universidad, enfatiza Ramírez Aguilar.

“UNAMSAT dejó los cimientos y el mensaje al mundo de que la Universidad no se detiene y está en la vanguardia de la tecnología espacial. Seguimos avanzando”, comenta el especialista, quien en 1995 elaboraba su tesis en el PUIDE.

Ramírez Aguilar rememora especialmente a Saúl de la Rosa Nieves, hoy profesor de la Facultad de Ingeniería, con quien posteriormente colaboró en otro proyecto satelital dentro de un programa técnico entre México y la Federación Rusa; y también a Luis Bustamante y José Luis García.

Hace un cuarto de siglo los jóvenes vieron a UNAMSAT como una gran oportunidad para participar en planes espaciales. Desafortunadamente, UNAMSAT-1, punta de lanza, se perdió cuando el cohete que lo transportaba explotó y eso fue un golpe duro para el equipo de trabajo, expone el universitario.

El exmiembro del PUIDE asegura que 18 meses después, con el lanzamiento de UNAMSAT-B, la situación cambió pues entró en órbita y revistas como QST Amateur Radio International avalaron que el satélite universitario enviaba datos a la tierra y aplaudieron el éxito de la UNAM por ser parte del desarrollo espacial.

Capacidad universitaria

A su vez, José Francisco Valdés Galicia acentúa que UNAMSAT demostró las capacidades universitarias.

Actualmente la UNAM cuenta con la carrera de Ingeniería Aeroespacial y posgrados, la participación en concursos nacionales e internacionales para el diseño de satélites o aplicaciones y es un ejemplo, pues en sus diferentes instalaciones se desarrollan seis proyectos satelitales con diferentes propósitos que mostrarán, una vez más, las condiciones que la Universidad tiene.

Precisa que el PUE participa en proyectos dirigidos a resolver problemas relacionados con los Objetivos del Desarrollo Sostenible, de gran beneficio para la humanidad y relacionados con temas de medicina y ciencias.

En su momento, subraya Valdés Galicia, UNAMSAT fue un antecedente importante para lo que hoy es la Agencia Espacial Mexicana y trabaja con al menos una docena de universidades (como el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Iberoamericana y universidades en Estados Unidos) en diversos proyectos espaciales.

“Estamos en un buen momento para desarrollar constelaciones de satélites que nos ayuden a la observación de la Tierra, de las telecomunicaciones o la salud en algunos de los ámbitos en los que es pertinente hacerlo en este país”, recalca el experto en Ciencias Espaciales.

Al concluir, menciona que actualmente está abierta la convocatoria para que estudiantes aporten ideas a fin de generar aplicaciones orientadas a proyectos espaciales que resuelvan un problema concreto, por lo que invitó a la comunidad universitaria a enviar sus propuestas a través del sitio http://peu.unam.mx.

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