Urgente, reducir la emisión de contaminantes

El evento fue organizado por el Instituto de Ingeniería.

De no reducirse en la próxima década las emisiones contaminantes hasta en un 45 %, el planeta alcanzará temperaturas extremas y las condiciones de habitabilidad para los seres humanos serán muy malas y complicadas en la segunda mitad del siglo, advirtió el director ejecutivo de la organización Iniciativa Climática de México, Adrián Fernández Bremauntz.

Al dictar una ponencia magistral, durante el ciclo Nuestro futuro común: Lo que el tiempo se llevó, organizado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el especialista destacó que, sin ser catastrofistas, ya estamos padeciendo los impactos de un aumento en el calentamiento global del 1.1 %, por lo que de continuar como vamos, las consecuencias serán brutales.

Insistió en que el objetivo es bajar esta década al menos 45 % de las emisiones lo que representa un esfuerzo draconiano, pero apenas es el comienzo de lo que tendríamos que hacer para llegar a la deseada neutralidad, para a mediados de siglo.

“Si no hacemos todo de manera congruente y consecuente, estaremos aceptando que nos vamos a ir a 2.5 o 3 grados de aumento en la temperatura y eso significa que va a ser muy difícil la vida para los seres humanos en el planeta; la gran mayoría de las personas la van a pasar muy mal. Esto representa un desafío que nadie está atendiendo adecuadamente.”

Recordó que el Acuerdo de París para reducir la brecha de emisiones fue suscrito por 196 países con el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados; sin embargo, el compromiso que asumió cada nación fue voluntario por lo que el pacto quedó muy lejos de cumplirse con las metas que demandaba la ciencia.

Aun actualizando las metas y compromisos asumidos por las naciones en la COP27 para reducir las emisiones contaminantes, seguimos en trayectoria de que para 2030 la temperatura aumentará hasta 2.6 grados con los impactos que ya se observan en todo el planeta con récords de temperaturas extremas, resaltó.

Limitar el calentamiento global a no más de 1.5 grados es posible dentro de las leyes de la química y la física, pero para hacerlo se requieren cambios muy rápidos sin precedentes, aseguró.

“Si bien México lógicamente emite mucho menos emisiones que Estados Unidos o China, ha ingresado de manera preocupante al top 10 de países que emiten más emisiones contaminantes y antes del 2030 ya habrá rebasado a naciones como Australia, Reino Unido, Alemania y Japón que ya están bajando sus emisiones en términos absolutos”, alertó.

En ese sentido, Fernández Bremauntz resaltó la necesidad de tender puentes de colaboración y establecer alianzas estratégicas entre científicos, académicos y grupos de la sociedad civil para impulsar una agenda climática en México e incidir más activamente en las políticas públicas y para que se mueva con mayor rapidez la toma de decisiones.

Comentó que un caso de éxito derivado de este tipo de alianzas sin fines de lucro se consolidó con la creación y aprobación de la Ley de Transición Energética, que a pesar de muchas resistencias entró en vigor a finales del sexenio pasado gracias al impulso de organizaciones sociales y el apoyo decidido de la comunidad científica y de manera destacada en su momento del Premio Nobel de Química Mario Molina.

En dicha ley, subrayó, se establecieron metas obligatorias progresivas de energía limpia: 25 % para 2018, 30 % en 2021 y 35 % en 2024. Es un avance que hoy se encuentra amenazado porque en los últimos años fuertes intereses siguen presionando para cambiar las reglas, por lo que hay que trabajar para que nuestro país ratifique esos compromisos de progresividad.

Finalmente destacó que México, de la mano de sus científicos y académicos, acompañado por las organizaciones de la sociedad civil debe asumir metas mucho más ambiciosas en materia de emisión de contaminantes, pero sobre todo debe cambiar la narrativa a fin de que dichos compromisos deben ir acompañados de estrategias para optimizar el desarrollo social y económico con equidad, maximizando la generación de empleos y el combate a la pobreza.

En su oportunidad Rosa María Ramírez Zamora, directora del Instituto de Ingeniería, destacó la importancia de las acciones que se puedan impulsar desde la academia y la investigación científica para frenar el deterioro del planeta.

“Debemos tomar acciones para cuidar nuestro ambiente con el objetivo de fomentar la conciencia global y la acción en favor de nuestro hábitat natural, y en este Instituto gran parte de la actividad académica está relacionada con la defensa y la protección del medio ambiente.”

Añadió que desde 1987, la Organización de las Naciones Unidas en su informe sobre nuestro futuro común se planteó una serie de objetivos y metas para lograr un desarrollo sostenible formulando propuestas y explorando nuevas formas de cooperación internacional que permitan atender tres crisis principales: cambio climático, contaminación y disminución de la biodiversidad en todo el planeta.

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