“No tengo la verdad absoluta, es una invitación al debate”

 

Foto: Benjamín Chaires.

Con presencia del Estado y de la sociedad en todas las regiones del territorio nacional, con programas de mejor educación, clínicas, escuelas, infraestructura y cultura, se barrería paulatinamente a la delincuencia en los territorios que ahora controla, así lo expuso Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, exaspirante a la Presidencia de la República, en la Facultad de Derecho (FD).

Adusto y atento, Cárdenas volvió a Ciudad Universitaria para presentar su más reciente publicación: Por una democracia progresista. Debatir el presente para un mejor futuro. Hace 65 años realizó su examen de grado como ingeniero civil, bajo la tutela de Heberto Castillo y avalado por el entonces director de la Escuela Nacional de Ingenieros, Javier Barros Sierra.

Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la UNAM, comentó la publicación de Cárdenas Solórzano, y dijo que pasa revista a lo que ha sido el proyecto de la Revolución mexicana.

“En los dos siglos de vida independiente que tenemos podemos decir que el siglo en el que se lograron avances más significativos fue en el XX, y lo fue gracias a la Revolución mexicana, coincido con Cuauhtémoc Cárdenas”, agregó Lomelí.

Como anfitrión del evento, Raúl Contreras Bustamante, director de la FD, subrayó que las grandes banderas de la Revolución mexicana siguen pendientes, siendo motivo de lucha social. “El derecho a la educación ya no debe ser visto como un derecho social, sino como un derecho humano, fundamental”.

Cárdenas presentó su nuevo trabajo editorial, del que enfatizó: “Contiene en su última parte una propuesta de cómo resolver los principales problemas que hoy tiene nuestro país. No se trata de que considere tener la verdad absoluta; al contrario, lo dice el título, es una invitación a debatir nuestro presente para poder construir un mejor futuro”.

Existen sectores, señaló Cuahtémoc Cárdenas, que rechazan que se siga hablando de la Revolución mexicana. “Yo simplemente he tomado esta idea de que hay muchos objetivos de ésta que no se han cumplido. Durante mucho tiempo no tuvimos una democracia electoral, era muy limitada, y fue hasta 1997 cuando alcanzamos una elección donde el voto fue totalmente respetado”.

No obstante, atajó: “Esto no quiere decir que tengamos elecciones sin defectos, perfectas en nuestro país, porque si bien los votos se han contado de 1997 en adelante, tenemos reclamos porque ha habido dinero sucio en las elecciones, así como intromisiones de altos funcionarios. Son dos problemas a los que no hemos encontrado solución”.

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