“Aspiramos a domesticar al crimen organizado, pero estamos lejos de lograrlo”

En 2006 había seis cárteles –del Golfo, del Milenio, de Sinaloa, de Tijuana, de Juárez y Familia Michoacana–, además de bandas especializadas; en 2023 hay dos organizaciones nacionales: Cártel Jalisco Nueva Generación y Cártel de Sinaloa

Uno de los temas más relevantes y urgentes de la agenda nacional es el crimen organizado. No se trata de pandillas o ladrones, sino de grandes grupos que han intensificado su portafolio de negocios ilícitos, y han pasado de la violencia y la venta de drogas a la extorsión presencial, el cobro de derecho de piso y el asesinato con un alto rango de víctimas, afirmó Eduardo Guerrero Gutiérrez, director de la plataforma digital Lantia Intelligence.

Invitado a la UNAM para ofrecer la conferencia “Panorama de la seguridad y el crimen organizado en México”, dentro del Seminario Universitario de la Cuestión Social del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), el consultor independiente y colaborador del diario El Financiero consideró que el crimen organizado “es una enfermedad que se ha ido expandiendo en el país, para la que los médicos han tenido estrategias contrastantes. En algunos Estados del interior se resuelve bien, pero en otros es una amenaza para la gobernabilidad de las regiones”, aseguró.

Ante Luis Enrique Provencio Durazo, coordinador del PUED, Guerrero Gutiérrez aseguró que en 2006 había seis cárteles en el país –La Familia Michoacana y los cárteles del Golfo, del Milenio, de Sinaloa, de Tijuana y de Juárez–, además de bandas especializadas; mientras que en 2023 existen dos organizaciones nacionales (el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa), además de al menos 420 células criminales o mafias locales.

“No podemos suprimir al crimen organizado. En otras naciones lo han domesticado y puesto límites, por ejemplo en zonas de tolerancia para venta de droga y prostitución, pero han controlado la violencia. Ellos controlan sus ingresos hasta un límite que no amenace al Estado. En México aspiramos a domesticar al crimen organizado, pero estamos lejos de lograrlo”, consideró.

Guerrero Gutiérrez dijo que las cifras de violencia venían bajando en el país desde la década de 1990, pero en mayo de 2008 se dispararon. “En cuatro años (entre 2007 y 2011) México triplicó sus tasas de homicidio, lo que tiene que ver con una mala estrategia de los gobiernos”, señaló.

En 2006 el presidente Felipe Calderón Hinojosa los enfrentó, pero “con la cabeza caliente”, recordó. El mandatario lanzó dos operativos iniciales muy exitosos en Michoacán, pero otros operativos, que no tuvieron la contundencia inicial, dispararon el homicidio y la extorsión presencial. “Para 2011 Juárez era la ciudad más violenta del mundo, con 12 ejecuciones diarias”, añadió.

Dijo que Enrique Peña Nieto recibió la violencia a la baja, fue pasivo y dejó intacta a la Policía Federal, mientras que el tema de seguridad se politizó y dejó de ser un asunto técnico, pues se fusionó con la Secretaría de Gobernación. “Con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa comienza un aumento de la violencia”, indicó.

A decir del analista, el presidente actual, Andrés Manuel López Obrador, recibe a la nación “hecha trizas”. Percibe una gran complicidad de varios mandos policiacos y destruye a la institución, creando la Guardia Nacional con el traslado de soldados al nuevo organismo.

En el actual gobierno, dijo Guerrero Gutiérrez, los homicidios dolosos han bajado siete por ciento de 2021 a 2022, pero ha subido en ocho estados y bajado en 24.

Opinó que actualmente, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantiene su estrategia agresiva en las zonas turísticas del país y gana fuerza porque es el mayor exportador de fentanilo.

En su prospectiva para 2023, el analista consideró que se privilegiarán las capturas de alto perfil del CJNG y del Cártel de Sinaloa por presiones de Estados Unidos y por su rentabilidad político-electoral.

Previó que la Nueva Familia Michoacana podría convertirse en la cuarta organización criminal más violenta del país; que las condiciones de seguridad en Chiapas, Colima, Guanajuato, Nuevo León, Tamaulipas y Zacatecas podrían deteriorarse; mientras que hay una perspectiva favorable de seguridad en Ciudad de México y Chihuahua.

Exceso de violencia

Al comentar la conferencia, Mario Luis Fuentes Alcalá, investigador del PUED, aseguró que el XX y XXI son siglos de barbarie, pues los problemas más graves no son solamente desigualdad y pobreza, sino también un exceso de violencia, una barbarie social y la debilidad del Estado por una crisis civilizatoria.

Consideró que existe una erosión y destrucción cultural profunda con las narcoseries de televisión y los narcocorridos, que hacen apología de los grupos criminales, mientras permanece un profundo deterioro social que impacta en las estructuras sociales de base. “La violencia está moldeando todos los espacios sociales”, concluyó.

También podría gustarte