Día Internacional de la Juventud
El objetivo de la efeméride es “situar en primer plano y ante la comunidad internacional los problemas de los jóvenes”, afirma la UNESCO
El 12 de agosto de 1999 la Organización de las Naciones Unidas instauró dicho día el Día internacional de la Juventud, conmemoración que se celebra desde entonces alrededor del mundo y que perdura hasta nuestros días.
El objetivo de la determinación de la ONU, según explica la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) en un comunicado, es “situar en primer plano y ante la comunidad internacional los problemas de los jóvenes y celebrar el potencial de la juventud como socios indispensables de la construcción de nuestra sociedad mundial.”
“Este día sirve para celebrar anualmente el papel de los jóvenes como agentes indispensable de cambio, así como también para sensibilizar a la sociedad de los desafíos y problemas que éstos deben enfrentar… para lograr que tanto los Estados Miembros como el público en general comprendan las necesidades de los jóvenes, implementen políticas que les ayuden a superar los desafíos que enfrentan y les alienten a formar parte de los procesos de toma de decisión”, añade la institución.
La ONU calcula que alrededor del mundo “existen en el mundo 1800 millones de jóvenes entre los 10 y 24 años de edad”, de ahí la importancia de una efeméride como ésta. Tan sólo en México, actualmente hay poco más de 39 millones de jóvenes, que rondan entre los 12 y 29 años, de los cuales 44.3% vive en situación de pobreza, según cifras reveladas en el Congreso “Jóvenes en movimiento, realidades, acciones y proyecciones”, celebrado en la UNAM en marzo pasado.
José Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud, apuntó durante dicho congreso que los jóvenes son considerados una población vulnerable porque, aunque son el 31 por ciento de la población total, sólo 50.6 por ciento de ellos obtiene ingresos menores a la línea de bienestar al mes.
Esos números provocan que la gran mayoría no tenga medios para comprar una canasta alimentaria o servicios básicos; 41.2 por ciento no tienen ninguna prestación laboral; y 64 por ciento carece de seguridad social, según cifras publicadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.