Egresados universitarios realizan curaduría de exposición en Oaxaca
Se exhibe en el Centro de las Artes de San Agustín
Como parte de sus estudios de maestría, Luis Abel Bastida Medina, Martha Paola Calatayud Gómez, Ana Leticia García Rodríguez, Ricardo Malagón Borges, Priscila Páez Sánchez, Cindy Teresa Peña Vela, Nidia Casandra Rosales Moreno y Nahui Marie Twomey Jiménez hicieron dicha labor con el apoyo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), la asociación civil Amigos del IAGO, el Posgrado en Historia del Arte de la UNAM y el Instituto de Liderazgo en Museos, además de un apoyo para la investigación de la Fundación Jumex.
La muestra reúne video, fotografía, instalación, pintura, grabado, dibujo y escultura de la Colección Toledo-INBAL; la Colección Toledo del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), fundado por el artista oaxaqueño; y de la colección privada de Francisco Toledo, “en diálogo con nueve artistas y colectivos contemporáneos”. El ejercicio curatorial de los universitarios sugiere reflexiones en torno a los temas de territorios, aprendizajes y memorias: ejes que continúan configurando una serie de imaginarios presentes en el escenario del arte en Oaxaca.
En el programa de la exposición, los universitarios consideran que los ecos son sonidos que al impactar una superficie regresan y se propagan en el espacio. “Cuando hablamos de reverberaciones, hacemos referencia al efecto sucesivo del eco, a la reflexión y permanencia del sonido, pero también a la capacidad que tienen de existir más allá de su fuente de origen”.
La labor de Toledo
Luis Abel Bastida señaló que la propuesta curatorial se guio por intentar “darnos cuenta de cómo se tejió y configuró un universo bastante complejo y extenso en todo el estado, que no sólo incluyó la labor de Toledo como coleccionista ni persona preocupada por el acontecer cultural de Oaxaca, sino también como un intelectual, interesado en la difusión de otras disciplinas, entre ellas la literatura”.
Detalló que el título de la exposición responde al apremio de mostrarla de tal manera que no se enfocara en una cronología o una cuestión de escuelas e influencias, “sino en las obras seleccionadas de las colecciones institucionales y privada, así como el diálogo con las producciones de los artistas contemporáneos que en Oaxaca han establecido, de una u otra manera, una conversación con las instituciones fundadas por Toledo”.
El equipo curatorial indicó que la metáfora del eco les pareció idónea porque es algo que propiamente no se controla, ya que una vez que un sonido se emite se va expandiendo. “Esta referencia permitió establecer un diálogo mucho más dinámico, sin que nos pusiéramos una línea de continuidad”.
Ana Leticia García indicó que a la par de los dos años en que cursaron la maestría, desarrollaron la investigación que dio pie a la muestra. “Al principio tuvimos varias ideas que originaron diversos borradores, porque tuvimos que explorar las distintas colecciones que conforman al IAGO, ver con qué piezas podíamos trabajar”.
En su oportunidad, Nahui Twomey dijo que fue un proceso complejo, que al final –con la investigación, las visitas a Oaxaca y la interacción que mantuvieron con agentes culturales de Oaxaca– culminó con esta exposición: “logramos inmiscuirnos bastante en la vida cultural del estado que es sumamente compleja en muchos sentidos, desde la diversidad cultural, hasta la forma en la que operan las instituciones, que es muy diferente a las de Ciudad de México”.
Finalmente, Paola Calatayud opinó que la experiencia permitió al grupo aprender a tratar y gestionar con las instituciones, “que no siempre es fácil, pero sí satisfactorio cuando se logra establecer un puente de comunicación, pese a retos como la pandemia y el trabajo a distancia que realizamos como grupo, además de los lazos que se formaron con los artistas contemporáneos para lograr una curaduría colectiva”.
