El Banco de México garantiza la estabilidad económica y financiera de la nación

Eje transversal de la estructura económica del país, el Banco de México desempeña un papel fundamental para garantizar la estabilidad económica y financiera de la nación, así como el desarrollo de los sistemas de pagos.

“Es la institución encargada de proveer a la economía del país de una moneda nacional. Su principal herramienta es la tasa de interés interbancaria a un día, con la cual busca influir en el comportamiento de las demás tasas de interés de la economía a través del consumo, la producción, la actividad económica y, finalmente, en la inflación”, explicó Galia Borja Gómez, subgobernadora del Banco de México.

La funcionaria ofreció la conferencia magistral El papel y el futuro de la banca central en un entorno de incertidumbre financiera, con la que se inauguró el tercer conversatorio Banca, moneda y medios de pago: una mirada global, evento virtual organizado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la Facultad de Economía (FE) de la UNAM y la Universidad Anáhuac.

Como adelanto, mostró con gráficas que, con una tendencia a la baja, la inflación general del país se mantiene en 5.7 % y aseguró que el porcentaje seguirá bajando, para ubicarse en el primer trimestre de 2024 un poco arriba del 3 % según las proyecciones.

En su ponencia en línea, Borja Gómez, egresada de la carrera de Matemáticas en la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, detalló que el objetivo del banco central del país está plasmado en el artículo 28 Constitucional, el cual señala:

“El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con ello la rectoría del desarrollo nacional que corresponde al Estado. Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento.”

En el evento moderado por Antonio Ibarra Romero, profesor de Historia Económica en el posgrado de la FE, la especialista comentó que la importancia de cumplir los objetivos del Banco de México hacen posible proteger el poder adquisitivo, particularmente en los hogares con menores ingresos; generar un ambiente propicio para la planeación de mediano y largo plazo; coadyuvar a la asignación eficiente de recursos; y contribuir al desarrollo del sistema financiero.

“Un ambiente de inflación baja y estable constituye un bien público que contribuye al desarrollo económico y bienestar de la población”, indicó.

Borja Gómez recordó que el Banco de México obtuvo su autonomía en 1994, cuando implantó un tipo de cambio flexible; en 1999 se fijó la primera meta inflacionaria y en 2003 se estableció la primera meta oficial de 3 %. “Esto significó una transición hacia un régimen de metas de inflación, que con los años se fue haciendo más flexible”, señaló.

Mencionó que, desde 2020, se vive un entorno de incertidumbre mundial, que tuvo como condiciones prexistentes el Brexit y el conflicto entre China y Estados Unidos. “En 2020 se declaró la pandemia y el gran confinamiento ocupó 2020 y 2021, mientras en 2022 estalló el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y en 2023 la quiebra de bancos regionales de Estados Unidos. “Para 2024 se prevén episodios de volatilidad global y ya existen cambios en el mercado laboral”.

Explicó que en estos últimos años han ocurrido disrupciones en las cadenas de suministro y cambios en los patrones de consumo, irrupción de nuevas tecnologías y la incertidumbre ante el cambio climático global.

En sus consideraciones finales, la funcionaria dijo que la Junta de Gobierno del Banco de México seguirá determinando su postura monetaria con el firme compromiso de promover un ajuste ordenado de precios relativos, de los mercados financieros y de la economía en su conjunto que conduzca a la inflación a su meta y preserve el anclaje de las expectativas de inflación. Además vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como los factores que inciden en su trayectoria.

Por último, expresó que para impulsar un mayor desarrollo económico es primordial mantener un entorno propicio para generar mayor inversión y una adecuada asignación de recursos. “Ello cobra urgencia y relevancia para enfrentar el entorno complejo y para aprovechar las oportunidades de inversión ante fenómenos como el de la reconfiguración de las cadena globales de valor”, finalizó.