Esférico y ovoide: historias paralelas

Sincretismos del deporte universitario: quarterback goleador, portero receptor y otras combinaciones en el Olímpico Universitario

Foto: Francisco Parra.

La pausa de los dos minutos fue tan extensa que transcurrieron meses, pero volvió el cromatismo identitario: azul, oro y blanco, por tierra y aire, defensivos que dominan un esférico, el quarterback que grita gol desde los once pasos, y el portero bajo los tres postes, ahora los invierte para anotar un gol de campo de casi 35 yardas. Es la convivencia entre integrantes de Pumas CU y el Club Universidad Nacional.

Aquí en la esmeralda alfombrada, se celebró lo lúdico del deporte: los más de 90 integrantes del futbol americano, y los 22 del futbol soccer no pararon de reír durante 45 minutos, sin rivalidades, entregados al compañerismo y a la diversidad como esencias de la Universidad de la Nación.

Se organizaron seis dinámicas físicas de integrantes combinados por disciplina. Había que tirar penaltis desde el manchón, dominar el esférico, impedir que cayera, pero también taclear una llanta de hule gigantesca, o bajo una carrera explosiva hacia el tiro de esquina atrapar el ovoide y cruzar las diagonales imaginarias.

En otro extremo de la cancha, los participantes requirieron fuerza y puntería para anidar el ovoide para seis puntos sobre la red de la portería, pero además practicaron los tiros hacia gol de campo, donde refrendaron que se necesita más que una extremidad educada.

Abrazo colectivo

Las decenas de jugadores se ungieron en el centro de la cancha o en la yarda 50, según sea la preferencia. Ahí se unieron en un abrazo colectivo e intercambiaron indumentarias: de los capitanes, Alejandro Prado Zendejas se atavió de futbolista, y Alfredo Talavera de corredor.

Unos bajo el expertis del pie, otros con la precisión de las manos, todos ejercitaron la empatía deportiva, unos con más fortuna que otros. Se revelaba la vocación original, aun sin las evidentes diferencias de estatura, talla y masa corporal.

Ahí la línea defensiva cargó en hombros a Marco Antonio García, y esta vez el delantero brasileiro Diogo de Oliveira, con su 1.95 metros, no fue el más alto en el campo, pues compartió su estatura con por lo menos otras cuatro “torres” de Pumas CU.

Así, entre productos lávicos y basálticos de El Xitle, la Universidad ha robustecido su filosofía formadora e integral de deportistas que la ha caracterizado.

Como epílogo la foto oficial con todo el roster de Pumas CU, acompañados de Patricia Dávila Aranda, secretaria de Desarrollo Institucional, quien los instó a seguir trabajando en equipo, hacia el próximo kick off, el sábado 6 de noviembre, mientras las sombras de voces invadían las gradas con las cuatro letras sonoras: ¡Goya!

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