Evitar el colapso de inmuebles, reto primordial de la ingeniería sísmica

Primero hay que remediar que los edificios no caigan, y después hablar de niveles de desempeño o de recuperación de su funcionalidad, señaló Sergio Alcocer Martínez de Castro, investigador del Instituto de Ingeniería

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Estamos lejos de considerar la resiliencia en los inmuebles, cuando todavía no resolvemos el problema del colapso. Tenemos que remediar el hecho de que los edificios no se nos caigan, y después hablar de niveles de desempeño o de recuperación de la funcionalidad en menos tiempo, expuso Sergio Alcocer Martínez de Castro, investigador del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.

“Mientras no resolvamos el problema del colapso, simplemente estaremos engañándonos sobre lo que realmente son los alcances de la ingeniería sísmica mexicana”, puntualizó el experto en ingeniería estructural y sísmica, recientemente recipiendario de la primera edición de la Medalla Roberto Meli Piralla, que otorga la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS).

Al intervenir en la presentación del libro Los sismos de septiembre de 2017. Informe de la SMIS, el cual coordinó a la par con Darío Rivera Vargas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, Sergio Alcocer informó que en la publicación participaron alrededor de un centenar de expertos, quienes desentrañaron desde diversas áreas del conocimiento en más de 400 páginas lo ocurrido con los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 en nuestro país.

En el Auditorio Enrique Lona Valenzuela del Colegio de Ingenieros Civiles de México, dijo en las conclusiones que: “el 19 de septiembre de 2017, puede considerarse el sismo intraplaca más cercano y más dañino para Ciudad de México en los últimos cien años”.

Sobre el comportamiento de algunas cimentaciones en Ciudad de México, aseguró que se deben revisar periódicamente los cambios que pueda sufrir la zonificación geotécnica y sísmica, porque los daños estuvieron concentrados en la autoconstrucción.

“Necesitamos profesionalizar a la industria de la construcción, no sólo desde el diseño sino en el uso adecuado de los materiales para las condiciones que se requieren. Evitar concretos de menor resistencia, más porosos, y con menor vida útil para evitar el comportamiento sísmico pobre.”

Existe además, una falta de protocolos en la evaluación postsísmica. “En estos sismos, los cuerpos de emergencia fueron superados y como en otras ocasiones tuvieron que ser apoyados por la sociedad y la iniciativa privada”.

“Tenemos que avanzar en la zonificación sísmica, Ciudad de México es la zona más estudiada, pero no es el caso de las zonas costeras. Además, debemos tener mayor participación de especialistas en ingeniería sísmica en los medios de comunicación con objeto de dar información objetiva y orientar a la población en diferentes momentos, es una tarea urgente”, destacó.

Intervenciones

Mario Ordaz Schroeder, investigador del II, preguntó en su presentación si el movimiento del 19-S en 2017 había sido un sismo inesperado: “la respuesta es no. Viéndolo desde varios puntos de vista, por un lado, empíricamente se sabía que la frecuencia de aceleraciones producidas por estos temblores intraplaca es parecida a las frecuencias de ocurrencia de las aceleraciones producidas por los temblores de subducción”.

En su oportunidad, Jorge Pérez Gómez, académico de la FES Acatlán, aseguró que el vacío comunicativo provoca desinformación, por lo que en estos eventos debe disponerse de una comunicación de emergencia.

“La comunicación también opera en catástrofes y crisis, no sólo es un asunto técnico, tiene capacidad estratégica para la creación de buenas prácticas periodísticas”, indicó.

En la presentación de la publicación estuvieron también del II: Héctor Guerrero Bobadilla, Efraín Ovando-Shelley, y Juan José Pérez- Gavilán Escalante.

Hans Israel Archundia Aranda de la UAM Azcapotzalco; Carlos Méndez Galindo, consultor técnico en el diseño y aplicación de dispositivos sísmicos; así como Karla Méndez Estrada, subdirectora de Estudios Económicos y Sociales de la Coordinación de Políticas Públicas para la Prevención de Desastres del Cenapred; y Roberto Arroyo Matus, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Estado de Guerrero.

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