Explotación laboral y violencia en el desarrollo de la inteligencia artificial

Ingeniera en computación doctorada en la Universidad de Stanford. Foto: El Aleph.

La ética y la multiculturalidad son dos ejes fundamentales que deben incluirse siempre en el desarrollo tecnológico, aseguró Timnit Gebru, ingeniera especialista en computación doctorada en la Universidad de Stanford, quien a través de sus investigaciones promueve la diversidad en la creación de los algoritmos que gobiernan la inteligencia artificial (IA).

La cofundadora de Black in AI (Negros en Inteligencia Artificial) y del Instituto de Inteligencia Artificial Distribuida (DAIR, por sus siglas en inglés) ofreció la conferencia La inteligencia artificial inclusiva. Investigación independiente y comunitaria, como una de las últimas actividades de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia edición 2023.

La especialista originaria de Etiopía y radicada en Estados Unidos desde la adolescencia comentó que siempre está buscando sumar nuevos aliados y experiencias en sus proyectos, los cuales se centran en beneficiar a comunidades locales.

Reconocida entre las personas más influyentes en el mundo en 2022 por la revista Time, Gebru consideró que la IA puede ser una tecnología productiva e inclusiva que beneficie a las comunidades, y por ende sugirió que no se le vea como perjudicial; aunque, advirtió, no es la solución para todos los problemas ni tampoco es algo inevitable.

Indicó que en el DAIR pretenden ser proactivos con respecto a dicha tecnología, por lo que procuran continuamente identificar la mejor manera de usarla en beneficio de las personas, sin descartar sus posibles daños o incluso bloquearla si es necesario.

“En el Instituto tenemos dos pilares sobre los que estamos trabajando. El primero es mitigar los impactos de los actuales sistemas de IA; eso significa que cuando surgen problemas y alarmas en su uso, nosotros recurrimos a una advertencia temprana. El segundo pilar consiste en imaginar y ejecutar un futuro distinto; es decir, nos esmeramos en que siga avanzando nuestra visión de un futuro tecnológico positivo, lo que desde luego no es nada fácil.”

Afirmó que les interesa guiar el camino de la IA para que no sea extractiva ni explotadora, “de ahí que escuchemos a las personas que han sido más impactadas por este tipo de tecnologías”.

Sobre la filosofía de investigación que marca el rumbo del DAIR, comentó: “Lo primero que pensamos fue reducir la distancia entre los investigadores y los colaboradores en las comunidades. Queríamos elevar a la gente que tiene muchos conocimientos sobre su propio hábitat y problemas. La idea era alentarlos a trabajar en cosas que supieran directamente y que se atrevieran a imaginar una mejor tecnología y futuros más deseables”.

Planteó que la tecnología debe ayudarnos a ser mejores seres humanos. Desde su punto de vista, nos están vendiendo un futuro utópico en el que no hay humanos. Gebru responsabilizó a los grandes empresarios tecnológicos de no estar siendo sinceros sobre lo que hay detrás de sus sistemas y de explotar a los trabajadores que desarrollan las IA.

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