Jóvenes artistas desvanecen las fronteras entre realidad y ficción

Exposición del Museo del Chopo refleja un imaginario generacional inundado por iconografía fantástica

Hay ciertas realidades que son difíciles de distinguir de la ficción debido a que estamos cada vez más inmersos en un flujo de imágenes y de contenido audiovisual, asegura la investigadora Karol Wolley, curadora de la exposición colectiva El fin de lo maravilloso. Cyberpop en México, la cual se inauguró en el Museo Universitario del Chopo.

“En la exposición buscamos reflejar un imaginario generacional inundado por la iconografía fantástica que tiene que ver con productos del entretenimiento como películas, videojuegos, imágenes publicitarias, dibujos animados y memes”, explicó en entrevista.

En la muestra participan jóvenes artistas de entre 25 y 36 años de edad. Desde el punto de vista de la curadora, esta generación representa un parteaguas en el sentido de que es completamente digital, dado que creció con las herramientas que provee el internet y utiliza hábilmente las computadoras en sus procesos artísticos. Para ella, esta nueva visualidad tiene que ver con cómo representan esa visión en sus obras a partir, por ejemplo, de ciertos productos digitales como los renders o las inteligencias artificiales.

La exposición incluye varias pinturas, esculturas de gran formato, una instalación, videos y una pieza sonora. “Las obras aquí reunidas dan cuenta del desvanecimiento de fronteras entre la realidad y la ficción, lo cual propicia un vaciamiento de lo maravilloso”, considera la entrevistada, quien afirma que la exposición plantea diferentes métodos y formas de uso del arte pop.

“Algunas de las piezas construyen discursos que son lecturas paralelas a las históricas. Los artistas incorporan muchas imágenes de la cultura popular que nos son muy cercanas, lo cual permite que el público tenga una conexión más sencilla con lo que está viendo, ya que son símbolos reconocibles”.

Lo cibernético

La muestra se organiza en tres secciones y una introducción que agrupa varios de los temas más relevantes que se exploran en las salas posteriores, y que exploran cómo se ha introyectado este imaginario cibernético. La primera sala, denominada Desolación, conjunta obras que apuntan críticamente hacia algunas distorsiones y atajos de sobrevivencia de la sociedad de consumo.

La segunda, Recuerdos, reúne iconografía pop a manera de fantasmas remasterizados por estrategias como el circuit bending, programas de inteligencia artificial, el render, la impresión 3D y un juego de barajas tipo Pokémon.

La tercera sección, Bucle, hace referencia a problemáticas presentes en la historia del arte. En ésta dialogan temáticas como la tropicalización de los memes, la globalización de productos culturales en las redes sociales y la autogestión colectiva en la hiperconectividad.

Wolley comentó que el título de la exposición lo retoma de un capítulo del libro Constructos Flatline, de Mark Fisher. “Aquí el autor utiliza la metáfora del fin de lo maravilloso para referirse a cómo la historia de la humanidad se ha desarrollado, hasta llegar a un punto en el que hemos absorbido de cierta manera lo que podríamos considerar como irreal o fantástico, e incluso surreal”.

Los artistas

En la muestra participan Leonardo Ascensio, Marco Aviña, José Eduardo Barajas, Wendy Cabrera Rubio, Luis Campos, Paloma Contreras Lomas, Andi García, Julio García Aguilar, Fernando Gress Muñoz, Mariana Ledesma, Ileana Moreno, Luis Fernando Muñoz, Guadalupe Salgado, Israel Urmeer, Alicia Valladares, el colectivo Biquini Wax EPS y los miembros del colectivo Yope Project: Kasser Sánchez, Jou Morales, Vidal Martínez, Gibrán Mendoza, David Zafra y Andy Medina.

El día de la inauguración algunos de ellos estuvieron presentes para hablar de su trabajo. Karol Wolley sostuvo una charla con Paty Siller, curadora y productora artística cuyas investigaciones se centran en prácticas digitales y artistas emergentes de América Latina.

El propósito de esta conversación fue reforzar esta lectura “tecnocrítica”, como llaman a la postura que tiene la exposición. El fin de lo maravilloso. Cyberpop en México ofrece un panorama muy fresco y cercano a nuestra cotidianidad, de igual modo responde a cómo se integran las tecnologías e imágenes enmarcadas en el imaginario popular.

“Lo maravilloso, con su actual iconografía de lo fantástico, ha quedado absorbido por el flujo de contenidos audiovisuales que producimos y consumimos”, remató Wolley en la presentación de la exposición, que estará abierta hasta el 26 de mayo de 2024.

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