La concentración de su sintaxis, la mayor virtud de la poesía de Glück

La poeta y traductora Pura López Colomé y David García, profesor de la FES Aragón, comentan la obra de la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2020

La poeta y traductora mexicana Pura López Colomé conoció la poesía de Louise Glück, flamante Premio Nobel de Literatura 2020, a finales de la década de los 80 del siglo pasado, cuando preparaba una antología para la UNAM.

Después de traducir poemas de Robert Hass, quien es muy amigo de Glück, López Colomé le pidió a éste sus datos para ponerse en contacto con ella y proponerle hacer la traducción de dos de sus libros: Ararat y El iris silvestre.

“Solicité una beca al entonces Consejo Nacional para las Cultura y las Artes (CONACULTA) y la obtuve, gracias a lo cual pude viajar a Massachusetts, donde Glück vive desde los años 80. Yo ya había traducido algunos poemas de esos dos libros y me quedé con ella una semana para seguir trabajando, pero las cosas se complicaron porque no conoce bien el español. Me quedé un poco frustrada y regresé a México. Posteriormente, ella me escribió varias cartas en las que me decía que había vuelto a leer lo que yo había hecho y a celebrarlo”, recuerda la autora de Santo y seña, libro por el que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 2007.

A final de cuentas, las traducciones de Ararat y El iris silvestre hechas por López Colomé nunca se publicaron y, más adelante, ésta se enteró de que alguien más ya había traducido esos libros y los había publicado en otro lado.

“En ese momento perdí el interés en Glück, pero luegó volví a ella y a su poesía, y leí todos sus libros, de cabo a rabo, hasta que, con el apoyo de una beca del Sistema Nacional de Creadores, me puse a escribir un ensayo sobre su obra, que incluye muchas de mis traducciones de sus poemas, junto con los originales. Este ensayo forma parte del libro Imperfecta semejanza II. In nomine vocis. Ulteriores meditaciones en torno a la traducción poética, publicado en 2018 por la Dirección de Literatura de la UNAM, en la colección de ensayo literario Diagonal.”

De acuerdo con López Colomé, la poesía de Glück está basada en la concentración de su sintaxis.

“Ésa es su mayor virtud. Por otro lado, Glück no busca hablar de la circunstancia, lo cual es muy favorecido en la poesía norteamericana, sino va directamente a las causas. Su poesía parte de la metáfora, del símbolo y de una excitación de la infancia y de la vida individual, y luego la lanza al mundo como un paradigma para que todos nos lleguemos a reconocer en ella. En ese sentido se acerca a Pessoa, quien escribió: ‘Las cosas son el único sentido oculto de las cosas’. Versos de Glück como ‘Al fondo de mi sufrimiento/había una puerta’ tienen una complicidad, una pluralidad de significados porque toda la gran poesía es eso: una pluralidad de significados”, añade.

En opinión de la poeta y traductora mexicana, la poesía de Glück puede estar hablando de algo propio, de algo que le ocurrió a ella, de su propio sufrimiento, pero eso es lo de menos.

“Lo que importa en realidad es la intimidad de cualquier ser humano. Ahora bien, ella siempre ha insistido que el tono es importantísimo en su poesía. El tono como la manera que tiene la mente de mover sentimientos y emociones para encontrar la voz apropiada que permita decir lo que se quiere decir. Glück ha domesticado absolutamente ese tono. Y respeta dos procedimientos poéticos: el del orfebre que se las ve directamente con las palabras y decide de qué manera las maneja: si con mayor o menor delicadeza, si con mayor o menor rigidez; y el del dueño y señor que se apropia de lo que ha hecho el orfebre.”

Cabe señalar también que, como profesora –actualmente lo es de literatura inglesa en la Universidad de Yale–, Glück ha formado a diversas generaciones de jóvenes poetas. Al respecto, López Colomé apunta: “A Glück le gusta más tener contacto con ellos que con sus contemporáneos. Dice que esos jóvenes son los que mejor la han leído.”

También ensayista

David García, profesor de la licenciatura en Relaciones Internacionales, en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, comenta sobre Glück. “Es una poeta con una trayectoria muy sólida en las letras estadounidenses. Antes del Nobel recibió varios premios, como el Pulitzer en 1993 por su poemario El iris salvaje. Sus temas son la infancia, el amor, la soledad, el deseo, la vejez, la maternidad y la vida familiar, pero vistos con un toque reflexivo que nos acerca a lo filosófico, y tratados con toda la carga musical de la poesía.”

Para el profesor universitario, el hecho de que una poeta haya obtenido este año el Premio Nobel de Literatura es de resaltar: “La anterior fue Wislawa Szymborska, pero lo obtuvo en 1996, es decir, hace mucho tiempo: 24 años. En cuanto al género literario en sí, premiar a una poeta o a un poeta significa celebrar las letras en el más amplio sentido de la palabra. La poesía es la palabra vuelta arte, la forma más pura de expresión literaria. Con todo, los poetas no cuentan con tantos lectores como los novelistas; sin embargo, son los encargados de recordarnos el acontecer cotidiano y los grandes problemas de la vida, y de exponerlos con musicalidad y reflexión, y esto es justo lo que Glück hace en su obra.”

García informa que, además de escribir poesía, Glück ha abordado el ensayo literario: “En 1994 publicó el libro Proofs and theories: essays on poetry, que aún no está traducido al español. En él habla de la labor y del oficio de los poetas. Ella dice: ‘Escribir poesía es lo más milagroso que se puede hacer, pero mucha gente no está ni remotamente interesada en la poesía’.”

Finalmente, el profesor de la FES Aragón invita a todos a leer la obra de la Premio Nobel de Literatura 2020: “Es un buen momento para conocerla. Los reflectores están puestos sobre ella. Con este premio gana la poesía, gana el verbo, el verbo hecho música, y ganamos todos los que amamos la musicalidad, el ritmo y la reinvención del lenguaje que tiene la obra de Glück.”

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