La Escuela Nacional de Ciencias Forenses, una vía para la justicia

La licenciatura impartida en la UNAM forma profesionales que ayudan a tratar de resolver el problema de las desapariciones

Las primeras horas son clave para encontrar con vida a un desaparecido y así se ha demostrado alrededor del mundo. Pero en México –como denuncian familiares de las víctimas y organizaciones sociales– las autoridades comienzan a actuar tres días después, lo cual entorpece la búsqueda e impide echar mano de herramientas útiles cuando se usan de inmediato, como la geolocalización en tiempo real.

“Esta modalidad de esperar 72 horas nace en Reino Unido y Australia a partir de estudios que señalaban que, en dicho lapso, cuatro de cada cinco individuos regresan a casa por pie propio. Las autoridades mexicanas adoptaron tal esquema sin considerar los altos niveles de violencia que imperan en la nación ni que aquí después de tres días únicamente reaparecen el 30 % de las personas”, refiere el profesor Mirsha Quinto Sánchez, de la Escuela Nacional de Ciencias Forenses (ENaCiF).

Al respecto, el académico explica que, por ley, en México, cualquier víctima de desaparición debería ser buscada en cuanto se da parte a las autoridades, pero esto sólo ocurre cuando se trata de infantes, mujeres, periodistas y defensores de derechos humanos, por considerarlos grupos vulnerables.

Tras constatar que el modelo de las 72 horas no funciona en México, el profesor Mirsha Quinto se dedicó a analizar –de 2020 a 2022– la base de datos de personas desaparecidas del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, que de 2006 a 2018 registró más de 90,000 casos en México.

“Hicimos investigación basada en evidencia para entender el patrón, sus tendencias, si hay algún tipo de agrupación por entidad federativa o, si a través del tiempo, ha evolucionado el fenómeno, todo ello a fin de ofrecer pautas y proponer políticas públicas de seguridad en la materia”.

En resultados preliminares, la investigación confirma que cualquier búsqueda debe iniciar en menos de 24 horas, sin importar las circunstancias, pues ello eleva drásticamente las posibilidades de que instancias como la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB) encuentren a más desaparecidos con vida.

Foto: Erik Hubbard.

Apuesta académica

Hace 10 años se creó la licenciatura en Ciencia Forense con la finalidad de atender uno de los problemas más serios del país: la desaparición de personas. A fin de avanzar en esa dirección, la Universidad Nacional, a través de su Consejo Universitario, constituyó la ENaCiF.

“A nivel académico se trabajará para tener más alumnos de licenciatura y posgrado, así como un mayor número de líneas de investigación. La envergadura del proyecto crece porque nuestro compromiso es formar profesionistas éticos y capaces de ayudar a la procuración de justicia en México”, expone el profesor Mirsha Quinto.

Esta licenciatura –indica– se encuentra a la vanguardia en cuanto a los programas educativos de ciencia forense. Es un modelo tomado de países anglosajones y adaptado a lo local para formar profesionales capaces de manejar una escena del crimen o coordinar la búsqueda de un sujeto.

A decir del responsable del Laboratorio de Antropología y Odontología Forense de la UNAM, la carrera ofrece diversas materias que permiten a los estudiantes participar en procesos de investigación preliminar, en búsquedas reales, en identificación de individuos vivos y fallecidos, en la planeación de salidas de campo y en la documentación de procesos.

“Deseamos seguir trabajando con instancias gubernamentales dedicadas a los desaparecidos con el fin de complementar su quehacer diario en campo con el conocimiento generado aquí, pero también queremos seguir en contacto directo con familiares o colectivos de búsqueda para conocer su día a día e integrarlo en nuestras investigaciones, lo cual repercutirá en mejoras en materia de seguridad ciudadana”, subraya.

La ENaCiF es un espacio multidisciplinario y por ello espera recibir a estudiantes de facultades como Ciencias, Ingeniería, Filosofía y Letras, Derecho y Psicología, entre otras, algo que a decir de la comisionada nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana Osuna, será de gran ayuda para atender esta crisis de derechos humanos.

“En la CNB necesitamos jóvenes con compromiso y vocación que se sumen a nuestro trabajo, pues contar con gente de todas las áreas, desde las científicas hasta las sociales, ayuda a construir nuevas respuestas”, agrega.

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