Produce bienestar y júbilo

La euforia, más que una alegría extrema

Trasciende a un gran gozo, y si se presenta sin motivo o se prolonga, puede ser síntoma de trastornos psíquicos y desórdenes anímicos

Se manifiesta como una exacerbación del estado de ánimo.
La euforia es un estado mental y emocional en el cual se manifiesta exacerbación del estado de ánimo, que proviene de un sentimiento de alegría o de sensaciones placenteras. Dado que su duración es breve, la mayoría de las veces se puede entender como una condición de reacción natural a los estímulos.

El origen etimológico de la palabra proviene del griego euphoría y quiere decir “fuerza para soportar”; es por ello que se puede entender también como la capacidad que tienen las personas para resistir y tolerar dolor en situaciones adversas.

Con respecto al campo semántico de los conceptos de emociones, hay relaciones de similaridad por una superposición de significados en sus diferentes grados formando constelaciones afectivas, así “alegría”, “contento”, “felicidad”, “euforia” forman la constelación Alegría.

A pesar de que se tienen antecedentes en los que se le da una connotación con tendencia positiva, dependerá de la manera en que se gestiona la emoción, debido a que los sentimientos positivos que se generan pueden desencadenar un desequilibrio emocional, ya que al ser una exacerbación de la sensación de bienestar y un estado alterado de la consciencia, los individuos pueden ponerse en riesgo a sí mismos y a los demás.

Descripción (psicológica y corporal-fisiológica-neuronal)

La persona experimenta alegría intensa, bienestar, júbilo y excitación, la cual trasciende a un gran gozo, motivada por alguna situación en la que se presentan otras emociones positivas, pero también se manifiesta por ingerir algún tipo de sustancia.

Cuando se presenta la euforia como producto de alguna medicina o droga, es muy frecuente que la persona, en lugar de recibir algún beneficio, sufra daños en el cuerpo, tanto físicos, como psicológicos y emocionales, como pueden ser ansiedad, depresión y paranoia. Es común que el estado de euforia lo exprese con risas, palabras, gritos y movimientos acelerados.

Cuando sentimos alguna emoción, ésta se refleja en nuestro cuerpo y cerebro. La euforia está muy relacionada con la alegría, y su efecto en el cerebro es similar, donde se involucran diversas estructuras: el lóbulo frontal realiza un monitoreo del estado emocional, el tálamo regula la consciencia y participa en cómo se ejecutan las respuestas emocionales. Al mismo tiempo se liberan dos tipos de neurotransmisores: dopamina y serotonina. Además, se presentan cambios no sólo en el sistema nervioso central, también se acelera el ritmo cardiaco, la respiración aumenta, se modifica la digestión y las pupilas se dilatan.

¿Cómo se identifica?

Por lo común, la euforia es transitoria y puede caracterizarse por prepotencia, escasez de sueño, ignorar las consecuencias de acciones, aumento de la actividad sexual y cerebral, agitación rápida, movimientos repetitivos, aumento del tono de la voz, rapidez en la articulación de las palabras, desinhibición, dispersión de la atención, pensar las mismas cosas y llegar a las mismas conclusiones, abuso de drogas y alcohol, megalomanía, compulsión por gastar dinero e indiscreción.

Sin embargo, cuando se presenta sin motivo o se prolonga, la euforia es síntoma de trastornos psíquicos y desórdenes anímicos. Dependiendo, entonces, de su duración y sus motivaciones, puede comprenderse como un estado alterado de la consciencia. En ese lapso, los individuos pueden ponerse en riesgo y a los demás.

Los límites entre la euforia y la alegría no siempre son fáciles de identificar. Para algunas personas la segunda es más frecuente y continua, mientras que para otras es más aguda y eventual: todo depende de las condiciones internas y externas de existencia de la persona. Es por eso que no se puede diferenciar rápidamente.

En todo caso, el criterio médico interpreta como síntomas de euforia la pérdida del contacto afectivo con la realidad, es decir, la aparición de picos de alegría y excitación inmotivados, persistentes y sobre todo capaces de conducir a las personas a emprender acciones más atrevidas o arriesgadas de lo que normalmente las harían.

Asimismo, se activa por diversos motivos, algunos de ellos son:

  • Consumo de drogas
  • Felicidad en extremo
  • Actividades de riesgo
  • Consumo de alcohol
  • Actividad sexual

¿De qué forma se presenta?

Por lo general, aparece como consecuencia de una buena noticia o de una experiencia muy positiva, y puede considerarse como una forma de pérdida del control. El estado eufórico también puede ser en ocasiones contagioso, dado que se caracteriza por la aceleración y la extraversión.

Un ejemplo claro de eso ocurre en las competencias deportivas, cuando millones de personas se reúnen en torno a tal certamen para disfrutar del espectáculo y apoyar a su equipo, dejando que los invadan emociones que pueden desencadenar la euforia. Otro, son los conciertos o festivales musicales. Los asistentes y fanáticos del artista en el escenario gritan, ríen, cantan, bailan y experimentan una sensación de felicidad muy intensa; muchos de ellos refieren tener la sensación de la piel erizada e incluso presentar llanto. En ocasiones, la euforia puede ser empleada como método de manipulación, tal es el caso de eventos de magia, donde se usa para distraer a la audiencia y evitar que ésta ponga su atención en los detalles que pueden delatar al mago.

Función o utilidad

Ya sabemos que la auténtica alegría y felicidad reside en nuestro interior y, es precisamente esta emoción la que nos da las fuerzas para salir adelante ante cualquier adversidad. La que nos impulsa a “sacar fuerzas de donde no tenemos” y nos hace superarnos y sentirnos bien. Pero no siempre la euforia es positiva, de hecho, conlleva grandes peligros. Nos impide pensar con claridad y trabajar eficientemente. El ejemplo es claro: piensa en ese momento en el que se te da una buena noticia, o cuando te encuentras en plena fase de enamoramiento. Concentrarse se hace mucho más complicado.

Además, la euforia nos impide descansar debidamente por las noches, debido a ese estado exagerado de alegría. Se trata de una circunstancia que puede acarrear otros sentimientos, como irritación o malestar.

Otra característica de la euforia es que nos produce un importante desgaste emocional, y es que suele ir acompañada de picos: de subidas y bajadas. Pasar de la alegría al llanto y viceversa; puede suponer un gran peso en nuestras emociones.

¿Cuándo se necesita atención especializada?

En el momento que sentimos euforia no logramos ver las amenazas y, en realidad, nos encontramos en una situación en la que no queremos ser conscientes de ellas, porque nos gusta mantener ese estado disparatado. Por lo anterior, sucede que no veíamos que esa oferta de trabajo tan cautivadora escondía mentiras y toxicidades, o tampoco que ese enamoramiento sólo ocultaba una necesidad de ser querido y nos hizo elegir a la persona más inconveniente. Tus anhelos no pueden ni deben ser colmados desde fuera. Una persona con tendencia a la euforia difícilmente puede tener paz interior. Si se presenta constantemente e interfiere con la vida cotidiana, tenemos que tomar en cuenta la opinión de un profesional.

En algunos casos, de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V), se encuentra a la euforia como desencadenante de otro tipo de alteraciones, como los trastornos del estado del ánimo o la fase maníaca en el trastorno bipolar, en la cual se considera “euforia inadecuada”. También en el trastorno psicótico inducido por sustancias o medicamentos.

  • La euforia impide ver los riesgos o amenazas y, por tanto, nos hace abrirnos y exponernos a peligros indeseables.
  • Refleja una huida de la realidad a la que antes o después habremos de enfrentarnos. Es una forma de evasión que procura una distracción momentánea, por la que debemos pagar un alto precio.
  • Conlleva un importante desgaste emocional en tantos picos de subidas y bajadas.
  • Crea adicción por las hormonas placenteras que libera, pero, al ser falsa y extrema, te engancha en la huida de la realidad. La persona eufórica no vive en la vida real; vive en sus fantasías. Esto también es peligroso.
  • Limita la creatividad, porque te hace creer reales situaciones que no lo son.

Referencias culturales

  • Serie: Euphoria (2019). Es una reflexión sobre la adolescencia a través de un grupo de estudiantes que tienen que hacer frente a temas recurrentes de su edad como las drogas, el sexo, la violencia, los problemas de identidad, traumas, redes sociales, amor y amistad.
  • Película: Euphoria, (Lisa Langseth, Suecia, 2017). Es la historia de dos hermanas que después de un tiempo sin verse, se van de viaje a Europa, donde Emilie le dice a su hermana menor Inés que tiene una enfermedad terminal y quiere pasar con ella sus últimos días.
  • Canción: Crowd control por Dimitri Vegas & Like Mike vs W&W (2016). Los DJ, al interpretar esta canción, buscan controlar a los presentes: todos brincan, bailan y se mueven de manera eufórica para seguir las indicaciones de los músicos. Pueden observarse a todos disfrutando de la interpretación.

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