La identificación genética no resolverá la crisis forense

Ante el grave problema de personas desaparecidas y cuerpos sin identificar que vive el país, se ha generado una falsa expectativa sobre la identificación genética por medio del ADN, la cual, por sí misma, no resolverá la crisis que enfrentamos, afirmó la investigadora de la Facultad de Ciencias (FC), Vivette García Deister.

La especialista comentó que en los últimos años se ha tenido la idea entre la población, sobre todo entre las madres buscadoras, de que la investigación genética y las pruebas de ADN podrían ayudar a identificar de manera más rápida a los cientos de restos humanos que se sigue encontrando; pero las cifras dicen lo contrario.

“Lo que vemos a lo largo de más de 10 años de prometer y no cumplir con la creación de esta base de datos es que muy pocas identificaciones se han hecho a partir de la confronta de perfiles genéticos respecto de la proporción de cuerpos sin identificar que tenemos y que, más bien, se ha hecho otro tipo de trabajo político: la promesa y la petición de datos, en lo que yo llamo la administración de la esperanza.”

Durante el conversatorio sobre su libro ADN, protagonista inesperado. Promesas y realidades de la investigación genética ante nuestra crisis forense, García Deister manifestó que gran parte de las esperanzas de las personas que buscan a algún familiar desaparecido se encuentra en la creación de una base nacional de datos genéticos y se han dejado a un lado otras herramientas de investigación científica, las cuales son complementarias y valiosas para la identificación.

“Percibimos al ADN como una herramienta, una solución, como algo que se puede hacer muy fácilmente en tres pasos al modo de las de las series televisivas en las que se ingresan algunos datos y automáticamente aparece una imagen, con un rostro de una persona y su nombre.”

Insistió en que las pruebas genéticas de ADN son una herramienta útil, pero no es la única ni está siempre disponible o es factible utilizarla, además de que hay otras formas complementarias de arribar a una identificación científica correcta, por lo que es importante ponerla en contexto respecto del universo de herramientas.

Lucrar con la información

La académica externó su preocupación y extrañeza por el hecho de que gran parte de los esfuerzos y promesas del Estado estén centrados en generar una base de datos genéticos nacional, como una necesidad y una demanda que han hecho suya las organizaciones de la sociedad civil.

Al respecto, advirtió que con ese proceso se ha abierto la puerta para traficar la información del ADN de las personas. “Se puede lucrar directamente con la posesión y la oferta de esas bases de datos, que supuestamente son federales, y también con la esperanza de quienes buscan, de cualquier manera, poder realizar una confronta para arribar a una identificación.”

También, alertó que ya hay varias empresas privadas que han encontrado un nicho de mercado en la identificación genética forense y están buscando reclutar a científicos, investigadores que saben de ciencias forenses para legitimar su trabajo y ofrecer sus servicios como outsourcing y hacer las tareas de búsqueda e identificación de personas que el Estado obviamente no ha podido realizar.

La experta contó que ella misma ya fue contactada en dos ocasiones por este tipo de empresas que quieren lucrar y hacer negocio a partir de la tragedia que viven miles de personas que buscan a sus desaparecidos.

Agregó que hay graves deficiencias en la elaboración de la mencionada base nacional de datos genéticos, debido a que en la mayoría de las fiscalías estatales no se tiene la voluntad ni el interés para recabar y compartir la información; además, no cuentan con las herramientas metodológicas para capturar los datos y muchas de las tareas las siguen recopilando a mano o en documentos Excel.

¿Sinónimo de justicia?

Finalmente, Vivette García Deister destacó, como parte de las conclusiones de su libro, algunos de los riesgos de darle un papel tan central a la genética forense y no ponerla en el contexto de todas las demás metodologías:

“El adaptarnos a la idea de que una prueba genética, ya sea que la tome el Estado o un laboratorio privado, es sinónimo de justicia corre el riesgo de alimentar la impunidad, pues desune la pérdida de una vida o la de la persona identificada de la configuración sociopolítica que hizo posible su muerte”.

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