La Paloma y el Lobo, de la UNAM, compite en #LosCabosFilmFestival

La película producida por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM, y dirigida por el cineasta Carlos Lenin, es parte de la selección oficial del Festival.

La octava edición de Los Cabos International Film Festival dio inicio este 13 de noviembre, con una programación que busca mostrar lo mejor de la producción mexicana, canadiense y estadunidense. Dentro de su sección México Primero, donde participan trabajos hechos por cineastas nacionales, competirá La paloma y el lobo, cinta producida por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) que a principios de año obtuvo el Swatch Art Peace Hotel en el Festival de Locarno.

Para Carlos Lenin, la presentación de la película en Locarno y su posterior triunfo fueron un premio para todo el equipo involucrado en la filmación, además de que ésta les ayudó a procesar mejor su trabajo. “La experiencia fue muy bella porque todo el tiempo dialogabas con los espectadores, los críticos y el equipo de programación del festival, hay un diálogo constante, nos hizo sentir bienvenidos y valorar de otra perspectiva nuestra película, marcando un poco de distancia, además de dialogar con las otras propuestas cinematográficas que estaban ahí”, agregó.

La ENAC detalla en su sitio web que la La paloma y el lobo sucede “en un barrio popular rodeado por industrias abandonadas, Carlos y Paloma han olvidado cómo quererse. Entre la nostalgia y la melancolía por las promesas de un futuro que quizá no les pertenece, lucharán por recuperar el amor que se ha diluido.”

El director

El realizador nativo de Linares, Nuevo León, explicó en entrevista que las experiencias que vivió en su ciudad natal ayudaron a conformar la película, asimismo buscó junto con Diego Tenorio, fotógrafo del largometraje, la manera en que los paisajes del lugar dieran forma a la estética del proyecto.

“Es por eso que llegué ahora en La paloma y el lobo a este relato en específico, una historia de amor que sucede en esos paisajes que yo crecí. Parte de situaciones que mis personajes viven en la película y que no me son ajenas, para bien o para mal conforman quién soy hoy” precisó Lenin y añadió: “me interesa compartir, como aspirante autor cinematográfico, las experiencias que viví en mi tierra, las situaciones y sensaciones que he vivido.”

“Fue una vereda que creamos, un camino que decidimos andar y que nos llevó al relato. Tiene resonancias con mi vida, porque estoy hablando de mi región y experiencias. Me corresponde contar estas historias y permitir que la forma cinematográfica emane de estos espacios y lugares, no sólo limitarme a contar lo pasado. Como cineasta tercermundista latinoamericano debo intentar que la forma transforme el relato, hay que apropiarla desde la región, desde lo vivido.”

Esto también llevó a que el equipo de La paloma y el lobo plasmará la violencia que se vive en el país como un personaje más dentro de la trama, nunca es explícita porque sus consecuencias son palpables a lo largo de su duración. “Queremos que la violencia entendida como un personaje, una atmósfera permanente que envuelve todo. No es un golpe, un chisguete de sangre o una cicatriz. A mí no me interesa mostrar eso”, comentó Lenin.

La película emanada de la ENAC se distingue así de otras ficciones sobre el narcotráfico que han llegado a la pantalla chica y grande en los últimos años y que sólo muestran una parte del fenómeno, los sucesos observados por el cineasta en su tierra natal le impiden seguir por ese camino.

“Tener de frente todo el tiempo las consecuencias y la brutalidad a la vuelta de la esquina, creo que es un incidente muy brutal, una circunstancia muy difícil, creo que como cineasta sería un error limitarme a sólo contar lo que ha pasado, a retratar la violencia explícita y decir: esto pasa. No creo que sea lo que tengo que compartir, sino mis miedos más profundos, las sensaciones encima de mi, que me han envuelto durante años y cada que regresó a casa y recuerdo lo que a mi me ha sucedido”, mencionó.

“A mi no me parece que estas películas (las dedicadas al entretenimiento), me representaran. No me parecía que tuviesen claro el punto de vista del relato, más allá de que fueran buenas o malas. Yo traté de ser lo más honesto con mi película y, como equipo, intentamos posicionarnos frente a la violencia”.

Lenin espera que a futuro el cine mexicano siga explorando las consecuencias de la guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón durante su mandato, así como las razones por las que el tejido social se desgarró hasta el punto que nos encontramos actualmente, ensimismados por la violencia cotidiana, sumidos en la insensibilidad, justo como el protagonista de La paloma y el lobo.

“Se ha hecho mucho cine alrededor de esto, pero no sé si las imágenes han logrado profundizar en las consecuencias de la violencia. En el tiempo y cómo andamos por ahí caminando por vida como seres incompletos, incapaces de sentir. A eso hay que sumarle todas las implicaciones que hay, hablando de mi género, de lo que significa ser hombre en México, criado y construido con conceptos violentos, arcaicos. Somos una sociedad violentada por las reglas económicas, políticas y sexuales, además tenemos que cargar con una autocensura permanente, lidiar con el miedo a hablar, a decir las cosas. Se nos educa como si no merecieramos decir las cosas, hay que cuestionarnos eso desde el miedo y no de las imágenes violentas.”

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