Las humanidades acompañarán el futuro incierto de la humanidad

Marcela Terrazas, Guillermo Hurtado, Olga Elizabeth Hansberg y Pablo Mora. Fotos: Francisco Parra.

En todo el mundo, y no sólo en México, las humanidades, su enseñanza y su cultivo, están en peligro. Existe el prejuicio de que no sirven para “gran cosa”, que son una especie de “ornato cultural” innecesario para los ciudadanos de hoy en día, porque lo que necesitan saber es matemáticas, computación e inglés, y que, por lo tanto, el aprendizaje de la historia, las letras, la filosofía o la estética es un plus que se puede eliminar, se expuso en la mesa redonda Humanidades hacia el futuro.

Esa visión negativa, “le resta” no sólo a las personas que se forman en las instituciones educativas, sino a la cultura de cada país, “que se va perdiendo cuando se angostan o eliminan los espacios donde se pueden cultivar” tales disciplinas, afirmó Guillermo Hurtado Pérez, investigador y exdirector del Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs) de la UNAM.

Durante su participación en el evento mencionó que el porvenir “nos causa inquietud: no sabemos lo que vendrá para las humanidades. Algunos pintan escenarios oscuros, tenebrosos, fundados en algunos aspectos que vemos en el presente, como un abandono e incluso desdén por esas disciplinas, el cual se hace patente en recortes de presupuesto en algunos centros universitarios, o la disminución en el número de alumnos que entran a estudiar las carreras”.

No obstante, las humanidades buscan conocer no sólo el fenómeno humano, sobre todo la cultura humana, sino comprender el sentido y el valor mismo de la existencia humana. Eso las distingue de otras ciencias sociales.

Ellas pueden acompañar a la humanidad en ese camino por venir del que no tenemos certeza alguna, y quizá en el cultivo de esas disciplinas podamos seguir encontrando respuestas, aunque también sean inciertas, a las preguntas que hoy nos planteamos, opinó Guillermo Hurtado.

En el marco de la Exposición 10 en Humanidades en Universum, el filósofo concluyó que se debe hacer divulgación de las humanidades, de calidad, desde la Universidad. “Un museo sería increíble; ahí se podrían integrar las disciplinas de manera creativa. Es una asignatura pendiente”.

Pablo Mora Pérez-Tejada, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, sostuvo que la función que tienen las humanidades desde siempre es buscar no solamente el conocimiento, sino entender y darle sentido a la vivencia y transformación humanas; ellas “dan sentido a las cosas en momentos cruciales y definitivos de transición y de cambio”.

Hoy estamos en una especie de transición de la formación de recursos humanos “para integrarnos al mundo de la interdisciplina, donde la tecnología y la ciencia desempeñan un papel importante”. Las humanidades deben tener más presencia; el ejercicio de la Exposición 10 en Humanidades en un museo de ciencias es un ejemplo, opinó.

Dentro de la Universidad, señaló el director, se ha evaluado hacer en el ex-Templo de San Agustín, que está en restauración, un centro de humanidades, junto con la Biblioteca Nacional de México; es un proyecto que se está trabajando.

Esta casa de estudios debe focalizar, integrar y colegiar una serie de objetivos humanísticos que permitan tener esa instancia de divulgación de las humanidades en el Centro Histórico de la ciudad, así como la vinculación con museos. “Los beneficiarios serían todos los ciudadanos”, concluyó.

Marcela Terrazas y Basante, del Instituto de Investigaciones Históricas, reconoció que los humanistas “debemos hacer una autocrítica porque no hemos sabido llevar lo que nos apasiona al resto de la gente. Hay un Museo de las Ciencias, pero ¿dónde está el de humanidades? No hemos logrado hacer esa tarea”.

Por ejemplo, detalló, el historiador está acostumbrado a un lenguaje crítico, y aunque no llega a ser incomprensible, “a veces no nos leemos ni entre nosotros mismos, y eso es preocupante. Menos aún llegamos a la gente”.

Cuando se hace divulgación, si el lector no entiende, el incapaz es el autor. Debemos tomar esa tarea, en especial porque hay un sustrato natural de gusto de la gente por las humanidades, por la literatura, por la historia. “En la difusión de las ciencias ‘duras’, que podría parecer menos atractiva, cuentan con actividades como la Noche de las Estrellas. Nosotros necesitamos algo así”, opinó.

En la sesión, efectuada en el Teatro Dr. Jorge Flores Valdés de Universum, la moderadora, Olga Elizabeth Hansberg Torres, del IIFs, consideró que las humanidades son un tema que queda pendiente, al cual no se le da la importancia que tiene, a pesar de que ellas “nos van a permitir navegar al futuro y comprenderlo. De alguna forma serán nuestra guía, como lo han sido siempre”.

Aunque las humanidades se han “escondido” en los cubículos, y eso es grave, en muchos sitios se han dado cuenta de que esas materias deben ser parte de la educación. La difusión humanística es esencial si queremos seguir siendo seres humanos y buenos ciudadanos, finalizó.

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