Los rostros del éxodo mexicano hacia Estados Unidos

Narrar lo propio. Migrantes de México en Chicago fue presentado por Sylvia Aguilar Zéleny, Eduardo Cerdán, Alberto Foncerrada y Anel Pérez

Foto: Literatura UNAM.
Guadalajara, Jal.- Narrar lo propio. Migrantes de México en Chicago es un libro desarrollado por la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura (DLFL) junto con la sede UNAM-Chicago (Escuela de Extensión Universitaria). “Con la guía de la escritora y tallerista Sylvia Aguilar Zéleny, nueve migrantes de México en Chicago –mujeres y hombres relacionados con el arte, el periodismo, la enseñanza, el activismo y la gestión cultural– se valieron de la palabra literaria para contar con arrojo sus propias historias”, señala en el prólogo Anel Pérez, titular de la DLFL.

Antes de conocer a los estudiantes y de saber lo que iba a pasar en el taller, Sylvia Aguilar ya tenía claro que estas historias debían recopilarse. Era la oportunidad de contar con el testimonio de los migrantes mexicanos desde su propia voz, dice en entrevista.

Sus alumnos eran del área de las artes, educación. “Pero no tenía idea de que iba a participar un muralista. Fue muy interesante conocerlos y ayudarles a sacar sus historias. Tenemos la idea de que al ser un texto debe ser organizado, pero no le damos valor a la experiencia personal”.

Profundizaron en sus experiencias y, por otro lado, reconocieron su nostalgia por México, porque dos de los autores no han podido regresar, agregó. “Fue como ponerle rostro, ponerle voz a sus experiencias. Mi misión, antes de que empezaran a escribir, era darles herramientas, la oportunidad de decidir y asegurarme que estuvieran contando algo, que hubiera una organización, una estructura cronológica”.

Las historias

En el libro hay ejemplos de resistencia, solidaridad y cuidados, escribe Anel Pérez en la introducción. “Pienso en el texto de Margarita Moreno, quien, al contarnos sobre cómo hace tamales con sus hijas, nos recuerda también la importancia de mantener viva la herencia mexicana. Carlos Arango, Alejandro Romero y Nora Sotelo comparten ejemplos conmovedores de apoyo en la difícil tarea de hacer un nuevo hogar en otro país. Juan Díes, Héctor García Chávez y Olivia Maciel nos permiten observar las diferencias culturales entre un país y otro. Maya Piña y Gissel Escobedo nos internan en lo que significa luchar por mantener su lugar en el país de adopción”.

Una de las narraciones que más conmovió a Sylvia Aguilar fue la de una alumna que no hablaba español, “su primer idioma después del purépecha era el inglés”. Como abandonó el taller ya no pudo terminar su historia”.

De Alejandro Romero recuerda que es un hombre mayor que se pelea con el internet. “Yo le decía que me contara y yo lo escribía a mano. Me pareció importante porque tenía ahí una figura para relatar sobre un momento interesante entre México y Estados Unidos. Hacer que alguien que no escribía, que pintaba, y que lograra escribir su historia me enorgullece mucho”.

El texto de Margarita, añade, “era tan sencillo y hermoso, este acto de hacer tamales con las hijas como una manera de honrar la herencia, una forma de decir: no puedo ir a México, estamos en pandemia, no puede venir mi familia, pero vamos a hacer lo que haríamos en familia”.

En el caso de Gisel, “representa a una generación de niños que fueron llevados a Estados Unidos sin que pudieran opinar. Creció con el inglés y el español es su segunda lengua y se dedica a dar clases a comunidades bilingües”.

Aguilar Zéleny concluye que los relatos del libro son historias sencillas, “puntas de iceberg, porque los que no hablan están ahí también. Es un texto muy importante que necesita al lector para hacer la otra parte, porque al contar esta historia personal nos está diciendo lo que pasa en México: la familia que llega cuando ocurre la crisis del 94, del estudiante que quiere aprender sobre música africana y alguien le sugiere que mejor el huapango y al final es lo que le cambia la vida. Esto es microhistoria y está un nivel arriba de la historia oficial”.

Narrar lo propio. Migrantes de México en Chicago fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por Sylvia Aguilar Zéleny, Eduardo Cerdán, Alberto Foncerrada y Anel Pérez.

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