Los Song books, de Cage, toman Casa del Lago

Foto: Karen Tovar.
Foto: Karen Tovar.

¿Qué son los Song books de John Cage? ¿Quién es él? ¿Por qué es necesario un curso para saber cómo interpretar o leer estos textos? Durante el Festival Vértice 2018, la soprano Susan Narucki impartió un taller en Casa del Lago Juan José Arreola con el objetivo de acercar a los artistas interesados en la propuesta del compositor, instrumentista, teórico musical, poeta y filósofo estadunidense (1912-1992), siempre experimental y vanguardista.

Con el mismo carácter disruptivo y libre de Cage, Narucki arrancó el taller. “Todos afuera de la sala”, dijo. “Vamos a los jardines a escuchar música”. ¿La instrucción? Cierren los ojos y abran sus oídos. De inmediato, las notas musicales del entorno empezaron a fluir como cascada.

Primero fue el silbido de un pájaro, enseguida el sonido del agua en movimiento del Lago de Chapultepec, el de las hojas de los árboles agitadas por el viento y, a lo lejos, el de un claxon, dos cláxones, un autobús y el arranque de motor de una motocicleta. Luego tocó el turno, por unos breves segundos, del silencio. Ese silencio que da paz y tranquilidad, pero también te enfrenta a la vida o, incluso a la muerte, compartió Narucki. De repente, como si se tratara de los cañonazos de la Obertura 1812, de Chaikovski, el instrumento más estruendoso que podía presentarse en el Taller lugar hizo su aparición: un avión con su explosión sónica de más de 800 kilómetros por hora secuestraría los oídos de todos.

Para Cage, cualquier sonido es música, desde el sonar de un teléfono hasta el golpeteo de las olas en el mar. Y también lo es el silencio, pues puede generar tantas emociones y llegar a ser tan estruendoso y comunicativo como los cañonazos de Chaikovski. Basta con escuchar su famosa pieza 4:33, para entenderlo.

Los Song books (1970) compilan, en dos volúmenes, 92 piezas de Cage, 92 solos para voz que no pueden interpretarse de forma convencional. Algunas son pequeñas obras de teatro, pero aquí los actores tienen que decidir sus gestos, tonos o palabras. “John Cage es un hombre que se planteó preguntas profundas sobre el papel de la música y el arte en nuestras vidas. Sobre qué significa ser un performer (intérprete) en el siglo XX. Sobre lo que significa alinear tu propuesta como creativo a los principios con los que decides vivir (…) Su trabajo es una pequeña intersección entre la música y la filosofía”, destacó Susan Narucki.

Finalmente, el taller de dos días concluyó con la ejecución performática de los alumnos, quienes escogieron alguna de las obras de los Song books.

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