Margo Glantz, transmisora ejemplar del conocimiento

La profesora emérita de la UNAM cumplió 90 años de fructífera vida

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Soy una joya arqueológica, estoy lúcida, escribo, y pienso que quizá, a lo mejor, les doy lata hasta los 100 años; ojalá”, expresó Margo Glantz Shapiro, profesora emérita de la UNAM, al ser homenajeada por la Academia Mexicana de la Lengua (AML) con motivo del nonagésimo aniversario de su nacimiento.

Luego de escuchar a sus amigos, colegas e integrantes de la prestigiada agrupación –donde fue elegida para ocupar la silla XXXV, el 26 de octubre de 1995–, dijo sentirse muy conmovida. “Con esta actitud contradictoria de toda mi vida, no quería homenajes, pero sí quería. Cuando el día de las madres mis hijas no me felicitan, me enojo, pero odio ese día; cuando me hiperbolizan, me enojo, pero lo adoro. Lo lamento mucho”.

Después de lo que han dicho sobre ella, abundó, “me siento la reina de Roma o de Coyoacán; han dicho que soy maravillosa y casi me lo estoy creyendo”, agregó la ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el ámbito de Lingüística y Literatura (2004).

“Al pedir que me hicieran un homenaje, no queriendo que lo hicieran, pero queriéndolo, estaba planteando, quizás, este miedo a la muerte que toda persona que cumple nueve décadas, como yo, tiene”, añadió Margo Glantz (Ciudad de México, 28 de enero de 1930).

Todo lo que han dicho, sostuvo, “me conmueve y me posesiona de mi misma. Me hace sentir que tengo, sobre todo, grandísimos y maravillosos amigos, y que esta polivalencia que me caracteriza vale la pena”.

Conversatorio virtual

En el conversatorio virtual, Rosa Beltrán, escritora, directora de la Casa Universitaria del Libro y miembro de número de la AML, expuso que Glantz es una escritora incansable prácticamente en todos los géneros, que no sólo ha publicado más de 25 libros de ensayo y narrativa, sino que es una tuitera famosa.

Se trata de una académica que se ha convertido en una institución en la Universidad Nacional. Es también una investigadora singular que ha abarcado temas que van de la Conquista y la Malinche, a Sor Juana y la literatura contemporánea, con obras que tienen que ver con literatura y la música, la pintura y las distintas artes.

Felipe Garrido, también miembro de número de la academia y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, recordó que Glantz fue su profesora en la licenciatura. “A partir de entonces hemos sido compañeros de trabajo en algunas ocasiones, pero siempre ha sido mi maestra”.

Fernando Serrano Migallón, académico de número de la AML y exdirector de la Facultad de Derecho, destacó que la emérita pertenece al grupo de los universitarios de tiempo completo. Ella es una transmisora del conocimiento ejemplar y una promotora cultural en el más amplio sentido de la palabra; se ha dedicado a propiciar que la cultura penetre en los más amplios y profundos niveles de la sociedad mexicana.

Sara Poot Herrera, miembro correspondiente de la academia, comentó que la destacada universitaria ha sabido esparcir su sabiduría entre las generaciones más jóvenes, y agregó: “Soy hiperbólica, pero cuando leo tu sinécdoque, tus metonimias, tus metáforas, siento que mi hipérbole se queda chiquita a tu lado”.

En su turno, el académico de la AML, poeta y ensayista, Adolfo Castañón, recalcó que Margo Glantz es, sobre todo, una viajera, una etnóloga, que ve al mundo con la mirada del antropólogo, pero también del crítico literario. En la exploradora, el tema del naufragio recorre como hilo conductor su propia escritura.

La novelista Silvia Molina, académica de número, mencionó el sentido del humor extraordinario de su maestra. “Nos inculcó la tenacidad; llegaba llena de energía a contarnos lo que había descubierto la noche anterior. No seguíamos un programa en específico, sino que nos metía de lleno en sus anhelos, sus ilusiones, en lo que estaba investigando”.

Liliana Weinberg Marchevsky, miembro electo de la AML e investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, apuntó que Margo Glantz enseña a vivir la escritura y a escribir la vida, mediante fragmentos que combina y recombina a través de tramas que son tejidos, que son textos.

Finalmente, Rodrigo Martínez Baracs, también miembro de número de la agrupación, resaltó que la obra de Glantz es peculiar, porque es narradora, ensayista, y porque “en primer lugar fuiste una historiadora, una trabajadora de la cultura, y pronto prendió en ti ese espíritu, ese demonio literario que está siempre presente y que le da un toque especial a tus aproximaciones a la literatura antigua”.

También podría gustarte