Motivaciones e incertidumbres de dos escritoras de nuevo cuño

Abril Castillo y Alaíde Ventura dialogan sobre los vasos comunicantes entre sus obras

La Cátedra Extraordinaria Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana inauguró su Ciclo de Diálogos Temáticos entre Escritor@s Noveles con la charla La Familia como Río y como Patria: Narraciones de Hermandad, Enfermedad y Memoria, a través de las novelas Tarantela, de Abril Castillo, y Entre los rotos, de Alaíde Ventura.

Alaíde Ventura obtuvo en 2018 el Premio Gran Angular por su novela Como caracol, la cual trata sobre las relaciones familiares y el alzhéimer. En 2019 recibió el Premio Mauricio Achar de Novela por Entre los rotos, una historia inspirada por el hallazgo de una fotografía familiar. La autora narra rupturas que desembocan en diversos tipos de violencia doméstica. A través de su mirada de antropóloga, se interesa por decir a sus lectores “cómo naturalizamos la violencia, a tal grado que ya ni la vemos hasta que sucede algo radical”.

Abril Castillo es dibujante, tiene un podcast y el blog #CuotaDeGénero. Tres son sus libros de dibujo publicados: Las mujeres de mi vida, Chet y Sobremesa. Tarantela es su primera novela, la cual gira en torno al misterio doloroso de la muerte de un familiar. Su intención fue hacer visible el silencio.

Alaíde Ventura. Foto: Cátedra Carlos Fuentes.

Amistad

Ambas autoras cultivan entre sí una amistad. Acompañadas por Anel Pérez, titular de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura, y de Alexandra Saavedra, coordinadora de la Cátedra Carlos Fuentes, conversaron de manera desenfadada y coloquial acerca de sus motivaciones, incertidumbres y procesos para escribir.

Alaíde resaltó que no sólo existen puentes entre sus respectivas obras literarias, sino que estos vasos comunicantes se construyeron en otros ámbitos en los que han coincidido con proyectos diversos. “Vidas enlazadas, novelas conectadas”, a decir de ella misma, quien también consideró que sus “novelas se mueven en la línea difusa entre la ficción, la evocación y la especulación para rellenar vacíos que tal vez ignoraban en el mundo real”. Las dos tienen un trabajo de escritura común desde el archivo inventado o no.

Abril se planteó necesario hacer la diferencia entre escribir y publicar. Confesó su “pánico escénico”, ya que para ella una cosa es escribir y otra generar un artificio y que alguien más lo lea. Asumió que sus detonadores para hacer una novela tienen que ver mucho con la reconstrucción de la memoria. “Uno cree que no tiene nada que decir, y de pronto encuentra los elementos para hacerlo. Los archivos, las fotos y los diarios personales son herramientas muy útiles para darle cuerpo a nuestras historias”, apuntó.

Alaíde refirió que procede de un lugar, Xalapa, Veracruz, y de una familia en que la tradición oral está muy presente y, por ende, las historias son conectores absorbentes y envolventes. “Provengo del ruido, donde hay demasiadas versiones de los mismos hechos… En Veracruz la gente tiene mecanismos narrativos muy complejos”. Aceptó que de niña y adolescente no sabía contar y nunca fue extrovertida. Empezó por escribir su diario personal “para dar un orden a las cosas y tener un lugar donde estructurar”, hasta convertir la escritura en un hábito y hacer del relato una adicción. “Decir todo lo que se vive, observa y se piensa”.

Abril desde los siete u ocho años de edad quería ser escritora. No entendía el camino a seguir para hacer un libro y luego publicarlo. Fue el dibujo lo que la llevó de la mano. En el camino se dio cuenta que todos tenemos historias que contar y que el lenguaje ayuda a configurarlas y a tener un lugar en el mundo. Es a partir de un gran cúmulo de preguntas entretejidas que fue creando su escritura, como una respuesta al silencio que rodeaba su entorno familiar.

Las jóvenes continuaron la charla con más anécdotas relacionadas con su proceso creativo, su gusto por las mitologías, los memes, los tuits cargados de ironía y su adicción a los likes, en el caso de Alaíde, y de Abril su manía por poner todo en duda, que es lo que dijo, mueve y anima a su escritura. A una y a otra le interesa conectar con sus lectores, acompañarlos un poco, mirar el mundo desde un nuevo encuadre, ayudarse de la belleza para seguirse de largo y encontrar en cada historia que cuentan el cabo de una madeja a desenredar.
El Ciclo de Diálogos Temáticos entre Escritor@s Noveles continuará todos los miércoles últimos de mes y puede verse en la página de Facebook de la Cátedra Carlos Fuentes.

Abril Castillo.
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