Premio a egresado de Ciencias Políticas

Lo otorga la Academia Mexicana de Ciencias; Omar de la Cruz estudió los derechos políticos de la mujer en América Latina

Foto: cortesía Coordinación General de Estudios de Posgrado.

En una década, México pasó de ser un país promedio en el número de legisladoras en la Cámara de Diputados, a integrar la lista de los 10 con mayor representación femenina debido a las cuotas de género que establece la ley, afirmó Omar de la Cruz Carrillo, ganador del Premio a la Mejor Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2021, otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias.

Sin embargo, no debería haber esta obligatoriedad sino que ellas tengan las mismas condiciones para acceder a puestos de representación política; como no existen esas circunstancias y tampoco ocurrirán pronto, será necesario mantener la norma, enfatizó.

El órgano legislativo materializó la paridad de género en su conformación y funcionamiento, ya que “en la actual LXIV Legislatura son 241 mujeres las que han impulsado diversas causas en favor de este sector de la población”, señaló con base en información de esa instancia.

El ganador del premio con el trabajo “Judicialización electoral en América Latina: el desempeño de las cortes en la promoción de los derechos políticos de la mujer 1993-2018”, se refirió a la importancia de mantener la fortaleza de las instituciones defensoras de las garantías, porque aun cuando se considere que son costosas, es más caro que se violenten los derechos políticos.

El egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales aseguró que, además, la paridad en la integración del Congreso ocurre en el ámbito nacional y también subnacional.

Destacó que el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJ) surgen porque es la única forma de garantizar que haya elecciones democráticas, “y no creo que alguno deba desparecer”.

Una vez lograda la paridad de género, hay nuevas cuotas para las minorías y los indígenas. “Este año aparecieron para la comunidad LGBTTTIQ+, afromexicanos, discapacitados, y las que creo que vienen en 2024 son para migrantes mexicanos en el extranjero y jóvenes menores de 29 años”.

Dilemas y preguntas

A partir de sus estudios de licenciatura y maestría, Omar de la Cruz se interesó en el tema electoral. En el doctorado se concentró en el papel de los tribunales en la materia y su judicialización, es decir, en su cada vez mayor protagonismo e impacto. “Me pregunté si pasa lo mismo en Latinoamérica y me di cuenta de que ocurre en algunos países como Brasil, Argentina, Costa Rica y México”.

Se encontró con el dilema de si es bueno o no que las cortes participen tanto en los asuntos políticos, y concluyó que es positivo, entre otros aspectos porque son un escudo para la defensa de las minorías, en este caso para los derechos de ellas.

En América Latina las naciones tienen cuotas de género, menos Guatemala. Pero ¿cómo han ayudado las cortes a que más mujeres puedan ocupar una curul en la Cámara de Diputados, como sucedió en nuestro país en 2018 y en 2021, y alcanzar la paridad de género?

Los tribunales más fuertes en la región son los que también tienen mayor difusión de lo que hacen; es el caso de Argentina, Colombia, Brasil, Costa Rica y México, pero es de llamar la atención que en países como Uruguay y Chile, considerados entre las democracias más estables, no hay información disponible por Internet; incluso, están a la par de Nicaragua y Venezuela, cuyas democracias son cuestionadas desde hace años.

El joven científico social observó que los tribunales no siempre fallan a favor de los derechos de las minorías. En Brasil, por ejemplo, no han podido superar 30 por ciento de representación femenina en la Cámara de Diputados.

Omar de la Cruz identificó dos tipos de comportamiento de las cortes. En México y en Argentina “son más reaccionarias y sancionan a los partidos políticos que violentan la ley; en Costa Rica ha sido progresiva desde el principio y los jueces crean jurisprudencia, una interpretación de la ley con la cual pueden fortalecer esa cuota. Incluso, las gráficas muestran una tendencia ascendente para el caso costarricense, y en México y Argentina es oscilatoria”.

La tesis –cuya tutora fue Jacqueline Peschard Mariscal– abarca desde el surgimiento de la primera cuota de género en América Latina (1991), en Argentina, la cual se aplicó en 1993, hasta 2018 cuando numerosos países de la región tuvieron elecciones.

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