Primer Reciclatrón del año

Se realizó los días 26 y 27 de enero en el estacionamiento de la Tienda UNAM

Foto: Juan Antonio López.

Uno de los problemas ambientales más graves que enfrenta en años recientes la sociedad y que afecta al planeta es el e-waste o chatarra electrónica, cuyo manejo cobró relevancia a partir de la firma de los convenios internacionales de Basilea y Estocolmo, debido a la presencia de compuestos peligrosos y contaminantes de los que están elaborados estos aparatos.

Si esos materiales desechados tras su vida útil no reciben un manejo adecuado, los materiales tóxicos pueden ser liberados al ambiente y contaminar suelo y cuerpos de agua. Es por ello que nunca deben mezclarse con los residuos de origen doméstico convencional.

Ante ello, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de Ciudad de México, con el apoyo de la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO), efectuaron el primer Reciclatrón del año, jornada de acopio de residuos electrónicos y eléctricos realizada los días 26 y 27 de enero en el estacionamiento de la Tienda UNAM.

Durante las dos jornadas, de ocho horas cada una, se logró el acopio de un promedio de entre 35 y 36 toneladas del denominado e-waste, que fueron trasladados en tráileres por la empresa recicladora Recupera para su almacenamiento temporal, separación por tipo de residuos. Se desarman y envían a diversas empresas para su reciclaje.

Adrián Jiménez Carro, de la DGACO, entidad universitaria que dio auxilio y orientó a la comunidad universitaria y población en general que participó en este ejercicio ambiental, detalló que captaron monitores, CPU, teclados, pantallas, televisores analógicos, hornos de microondas, ventiladores, radios, teléfonos y escáneres, entre otros elementos eléctricos y electrónicos.

Este proceso permite, a través de manos expertas, recuperar materiales y reinsertarlos al sistema productivo”

Destacó que este proceso permite, a través de manos expertas, recuperar materiales y reinsertarlos al sistema productivo, además de contribuir a la reducción del impacto ambiental que produce desechar de manera inadecuada residuos contaminantes y tóxicos.

Al centro de acopio, miembros de la comunidad universitaria, sociedad en general, empresas y escuelas llevaron todos aquellos aparatos que ya no les eran de utilidad. “Recupera se lleva estos residuos a un sitio donde se confinan para rescatar aquellos materiales que pueden ser de utilidad en otras cadenas productivas, como plata, oro, plásticos y cobre, por ejemplo. Lo que no es útil se desecha de manera responsable”.

Los participantes en el Reciclatrón recibieron a cambio libros, separadores y playeras por parte de la DGACO, mientras que la Sedema les entregó un certificado de participación y una bolsa de composta.

Entre los objetos que no se reciben en estos ejercicios están los focos ahorradores, por el mercurio que contienen y que requiere un manejo especializado, así como tampoco cableado público ni módems.

La afluencia al Reciclatrón fue copiosa, arribaron habitantes del norte, centro y sur de la Ciudad de México. Se invitó a la sociedad a acudir a las siguientes jornadas de acopio que organiza la Sedema a lo largo del año en instituciones educativas, parques y alcaldías de Ciudad de México, o bien al siguiente que se organizará en la UNAM, los días 18 y 19 de mayo en la Zona Cultural.

Luis Miguel Arévalo, de la Dirección de Cultura Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, dijo que se trata de un programa educativo cuyo interés primordial es modificar hábitos con relación a la separación de residuos y sensibilizar a la sociedad sobre el daño que generan los electrónicos cuando se liberan al ambiente o se mezclan con otros desperdicios.

El también coordinador del Reciclatrón recordó que, desde hace una década, el último fin de semana de cada mes, se realiza esta actividad en diferentes puntos de la ciudad, “de manera que podamos estar cerca de las diferentes alcaldías y colonias; una vez que establecemos nuestro calendario a fines de año, se hace difusión para que la gente sepa dónde andaremos recolectando estos materiales”.

Mencionó que uno de los mayores acopios realizados en la UNAM fue en 2018 con poco más de 59 toneladas. “Los mismos estudiantes hacen acopio de pilas, mientras que los institutos de investigación nos traen todo aquello que a lo largo del año dan de baja de sus inventarios; existe un procedimiento para ello y la garantía de reciclar”.

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