Radiografía de la llegada del huracán a Acapulco

Una de las características del Instituto de Geofísica de la UNAM es la fuerte presencia que tiene en la República, principalmente gracias a las diversas redes de monitoreo en las cuales participa. De entre ellas, una de las más importantes es la del Servicio Mareográfico Nacional, la cual monitorea el nivel del mar en las costas de todo el país, e informa a la sociedad de los diversos fenómenos que lo alteran.

De entre estos eventos, uno sumamente relevante por su peligrosidad es el que se conoce como “marea de tormenta”, es decir, la inundación que es causada por el agua del mar que el viento del huracán empuja hacia la costa. En el Servicio Mareográfico Nacional se mantiene una vigilancia continua del efecto de la marea de tormenta en México.

Actualmente, el Servicio Mareográfico Nacional posee una red de 27 estaciones de monitoreo a lo ancho de las costas del Caribe, Golfo y Pacífico. Dos de éstas se encuentran ubicadas en la ciudad de Acapulco, una en la zona del Club de Yates, y otra en las instalaciones de la Administración del Sistema Portuario Nacional. Estas estaciones poseen equipos de monitoreo de nivel del mar y meteorología, transmisión de datos vía internet y satélite, y receptores GPS.

Desafortunadamente, debido a la gran magnitud del fenómeno, y a lo cerca que pasó de la ubicación de las estaciones mareográficas (Figura 1), éstas se perdieron; no obstante, la información que lograron transmitir es sumamente interesante, es una radiografía de lo que se vivió al interior de la bahía de Acapulco a medida que el huracán se aproximaba la noche del 24 de octubre de 2023.

En la Figura 2 se puede observar que poco antes de las 4:00 UTC del día 25 de octubre de 2023 (22:00 del 24 de octubre en hora local) la rapidez del viento comienza a aumentar de modo acelerado, pasando de 10 a 40 metros por segundo en tan sólo dos horas. Igualmente, podemos observar cómo entre las 4:00 y las 5:00 UTC (22:00 y 23:00 en hora local) la dirección del viento se mantiene prácticamente constante, la temperatura desciende de 28° a 23°, la presión atmosférica tiene una caída súbita de 1005.8 hPa a 976 hPa, y la humedad, que antes de la llegada del huracán andaba en un 60 %, sube con rapidez a más de 90 %. Desafortunadamente, a las 6:22 UTC (00:22 hora local), la transmisión de datos se detuvo, y la señal de la estación desapareció por completo. Esta hora coincide con lo reportado por el Servicio Meteorológico Nacional como la hora en la cual el centro del huracán ingresa a la costa de Acapulco.

Otis es, hasta el momento, el huracán de mayor categoría registrado en estación alguna del Servicio Mareográfico Nacional, y pese a la gran catástrofe y tragedia que trajo a la región, también nos recordó que aún nos falta mucho por aprender de los huracanes, y que es sumamente importante mantener robustas a todas nuestras redes de monitoreo, como la del Servicio Mareográfico Nacional, para generar datos que nos permitan comprender mejor estos fenómenos, y estar más preparados en un futuro ante ellos.

También podría gustarte