Reconocen aportes al derecho de Sergio García Ramírez

“Soy el beneficiario, no el autor, de dichas aportaciones”, dijo el profesor emérito de la UNAM y expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Foto: Francisco Parra.

El Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), en colaboración con otras instituciones educativas, presentó la publicación Aportes de Sergio García Ramírez al derecho y al humanismo, obra en la que intervienen 47 autores que señalan y analizan las contribuciones que en dichos ámbitos ha realizado el profesor emérito de esta Universidad.

Al presidir el acto, Pedro Salazar Ugarte, director del IIJ, y cocoordinador de la publicación, aseguró que no se trata de una compilación de textos, “sino de cuatro volúmenes muy ponderados, con una baraja amplia de plumas expertas conocedoras de la obra de Sergio García Ramírez, con solidez y precisión”.

Se realizó, dijo, no sólo con rigor académico e intelectual, sino también con el aprecio, el afecto y la admiración al maestro jurista. Se trata, resaltó, de una figura pública nacional e internacional, orgullo universitario, un referente. “Contar con él es contar con la experiencia, la probidad y la solidaridad”.

En el Aula Guillermo Floris Margadant del IIJ, Sergio García Ramírez, investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, dejó en claro que él no es el protagonista de los aportes señalados, sino un testigo o un operario menor, y resaltó: “No pretendo ser modesto, sino justo”.

Recibió “aportes de las víctimas, de sus derechos y sus libertades; de eso me beneficié, y luego me convertí en cronista de ello. Ustedes son también los aportadores, con su infinita generosidad crearon un personaje que bautizaron con mi nombre. Les agradezco desde la hondura de mi corazón, y desde mi pensamiento”, dijo.

El también exconsejero del otrora Instituto Federal Electoral manifestó que los textos alusivos a una persona pueden ser un espejo para otros. “Yo no me reconozco, pero ustedes pueden reencontrarse en este testimonio de benevolencia, y tengo claro que la modestia excesiva es coquetería”.

Sus ideas son referentes

Magdalena Cervantes Alcayde, coordinadora del Observatorio del Sistema Interamericano de Derechos Humanos del IIJ, apuntó que para quienes se encuentran en los ámbitos del derecho humano, penal, laboral, agrario o del humanismo en general, leer a García Ramírez se vuelve obligado, porque “sus ideas son referentes y sustento de las reflexiones actuales”.

En tanto, Roberto Arias de la Mora, presidente de El Colegio de Jalisco, dijo que la labor del mencionado jurista “impone y abruma”, dada su honra a la palabra, la política y el derecho, ya que afianzó como servidor público su pensamiento tanto humanista como académico”.

Las coordenadas, agregó, que lo llevaron a realizar el texto que le correspondió se las brindaron sus propias palabras: “La política es abogacía, porque solicita, ataca, defiende, inquiere, requiere y argumenta. En juicio el abogado se dirige al juez para persuadirlo; el político se dirige al pueblo con el mismo designio: uno y otro esperan sentencia”.

Laurence Burgorgue-Larsen, de la Universidad de La Sorbona, indicó vía remota que las tres palabras que vienen a su mente en cuanto piensa en el doctor García Ramírez son elocuencia, sabiduría y compromiso. “El lenguaje que emplea al hablar Sergio está literalmente inspirado, ha marcado y lo sigue haciendo en la literatura académica”.

Rogelio Flores Pantoja, director del Instituto de Investigaciones Constitucionales del Estado de Querétaro, le rindió reconocimiento y gratitud por ser el jurista universitario “modelo y ejemplo”, de quien destacó la humildad permanente de acompañar y ayudar.

Guillermo Raúl Zepeda Lecuona, también de El Colegio de Jalisco, entidad natal de García Ramírez, manifestó que la República debe celebrar a su Catón y Cicerón en su persona, porque su obra –como dijo Carlos Fuentes sobre Alfonso Reyes– “es un monumento al trabajo”. Aún recuerda que en algún momento don Sergio aconsejó que hay que leer entre seis y siete horas diarias.

María Elisa Franco Martín del Campo, del IIJ –cocoordinadora de las publicaciones, junto a Pedro Salazar Ugarte y Guillermo Zepeda–, informó que todos los artículos fueron sometidos a un proceso de dictamen.

“Fue un espacio académico muy riguroso y además un acto de justicia del IIJ dar cuenta del reconocimiento intelectual y del respeto hacia uno de los juristas más destacados de Iberoamérica; servidor público intachable, íntegro; académico brillante, profesor inolvidable, que ha trascendido a su época”, concluyó.

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