Infecciones resistentes al uso de antibióticos, una epidemia

Siempre será mejor prevenir, de ahí que los programas de vacunación tienen que ser atendidos por la población: Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del PUIREE

En México, cada año se extienden por lo menos 50 millones de recetas para tratar infecciones de vías respiratorias con antibióticos, y de ellas el 95 % son innecesarias. El impacto es enorme, no sólo por la resistencia a esos fármacos que se genera en las bacterias, sino por el costo económico. Ante ello, se requiere una intervención asertiva por parte de la autoridad, afirmó Samuel Ponce de León Rosales.

En conferencia de prensa para hablar de la gravedad de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) en México y el mundo, el coordinador del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) y de la Red PUCRA (Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana), de la UNAM, calificó a este problema como una epidemia diferente, pero cuyas repercusiones no son menos graves que otras. Se trata de un “tsunami silencioso” que plantea un escenario complejo.

La Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial y otras instancias internacionales calculan que en 2050, dentro de 27 años, ocurrirán 50 millones de fallecimientos a consecuencia de infecciones resistentes al uso de antibióticos, alertó.

En nuestro país, precisó, tenemos un problema grave en virtud del perfil de resistencias que tenemos en los hospitales, aspecto que la Universidad mide desde hace casi 10 años. El escenario que estos estudios permiten ver es de gravedad extrema en casos como el de la bacteria Escherichia coli, una de las principales asociadas a mortalidad en el mundo.

El experto dijo que se requieren acciones urgentes del Estado (que parece no tomar plena cuenta de la gravedad del problema y las intervenciones que debe realizar), de los profesionales de la salud en su práctica clínica, en hospitales y consulta externa, y de la población que debe tener una atención adecuada en lo que respecta al uso indiscriminado de antibióticos.

Ponce de León reiteró que en infecciones respiratorias agudas o diarreas agudas con poca frecuencia es necesario el uso de antibióticos.

El universitario resaltó que siempre será mejor evitar las infecciones respiratorias, así que los programas de vacunación deben ser atendidos por la población; ahora está en marcha el de influenza y la Covid para ciertos sectores de la población.

Para disminuir su impacto

En tanto, Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor en la Facultad de Medicina, mencionó que en 2018, en la UNAM y con un grupo de especialistas de varias instituciones del país, “integramos el PUCRA, en el que participamos un grupo de expertos con los objetivos claros de disminuir el impacto de esa resistencia, establecer vínculos de colaboración interinstitucionales para hacer investigación y poner en la agenda el tema, así como promover el uso adecuado de los antibióticos en la medicina humana, limitar su utilización en la agroindustria, y promover la vacunación y las medidas para evitar las enfermedades infecciosas”.

Se trata de 56 instancias ubicadas en muchas entidades de la nación, entre ellas, hospitales de segundo y tercer nivel, institutos nacionales, unidades de alta especialidad, etcétera. Entre la información con la que ya se cuenta están 260 mil aislamientos clínicos de las bacterias más importantes.

Un hallazgo relevante ha sido en torno a los patrones de prescripción en los consultorios adyacentes a las farmacias, donde en siete de cada 10 casos de faringitis les daban antibiótico, lo mismo que en ocho de cada 10 casos de diarreas, y prácticamente en todas las infecciones de vías urinarias, reiteró.

Guadalupe Miranda Novales, coordinadora de Actividades del PUCRA, explicó que durante la emergencia sanitaria por la Covid la resistencia microbiana aumentó, de acuerdo con estimaciones, entre un 20 y 30 %.

El uso de antibióticos, sobre todo al inicio de la pandemia y ante el desconocimiento de la enfermedad, estuvo presente en 80 o 90 % de los pacientes muy graves y en estado crítico; se incrementó mucho su utilización y la consecuencia fue la selección y permanencia de cepas bacterianas más resistentes, algunas de las cuales ya se conocían, y de otras que eran menos resistentes pero incrementaron su porcentaje de resistencia.

Por último, recalcó que si las personas se lavan las manos de forma constante, si cuando padecen algún mal respiratorio tratan de no estar en contacto con otras personas, si cumplen con las inmunizaciones disponibles, evitan las infecciones, el uso de antibióticos y el aumento de la resistencia a los antimicrobianos. “La mejor medida de prevención y la más barata es el lavado de manos”.

Finalmente, Yolanda López Vidal, profesora y jefa de laboratorio en la Facultad de Medicina, recordó que en la historia de la humanidad, las guerras y las pandemias han contribuido de manera importante a la resistencia antimicrobiana.

La prescripción y disposición de los antibióticos durante esos eventos no son las óptimas, lo cual ocasiona problemas significativos en el sector salud, así como en el agropecuario y el veterinario, finalizó.

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