Rigor científico y respuesta inmediata del Sismológico

Cuenta con 32 estaciones en el Valle de México; colabora con otras instituciones para recibir datos de 174 estaciones, algunas de Guatemala, Estados Unidos y Costa Rica

El rigor científico, la detección precisa de datos en múltiples rincones del país y la capacidad de respuesta inmediata han hecho del Servicio Sismológico Nacional (SSN) un protagonista fundamental cada vez que tiembla nuestro suelo.

Adscrito al Instituto de Geofísica (IGf), opera actualmente 63 observatorios sismológicos distribuidos en toda la nación y 32 estaciones en el Valle de México. Además, colabora con otras instituciones para recibir datos de 174 estaciones, entre ellas algunas de Guatemala, Estados Unidos (Texas y California) y Costa Rica, afirmó Xyoli Pérez Campos, jefa del SSN.

Desde hace un año se trabaja para fortalecer la Red Sísmica Mexicana con 54 observatorios nuevos, que aumentarán la cobertura actual y generarán datos para regiones en donde actualmente hay pocas estaciones, como el centro-noroeste del país, detalló la investigadora, acompañada de algunos de sus colaboradores.

“Sin embargo, con 174 estaciones estamos aún lejos de Tokio, pues la capital de Japón, con una extensión territorial mucho menor, suma más de 900 estaciones sísmicas”, comentó el director del IGf, Hugo Delgado Granados.

En conferencia de medios realizada en el Centro de Monitoreo del SSN, en un edificio construido en 2015 junto al IGf, dentro de Ciudad Universitaria, Pérez Campos señaló que el Sismológico tiene 108 años de operación (desde 1829 está adscrito a la Universidad Nacional), en los cuales ha acumulado un registro de más de 147 mil sismos con epicentros en México, cuatro de ellos mayores a 8.0.

El primero fue el 3 de junio de 1932, en las costas de Jalisco y Colima; y el más reciente, el del 7 de septiembre de 2017, en el Golfo de Tehuantepec. Ambos de 8.2.

Foto: Juan Antonio López.
Foto: Juan Antonio López.

Sismos de septiembre de 2017

Los sismos de septiembre del año pasado dejaron lecciones para los científicos mexicanos. Por ejemplo, el del día 7 significó un hito en la sismología de la nación al ser el más grande registrado y con mayor número de datos.

“Esto dió un gran acervo de insumos para la investigación, que contribuirán a entender mejor estos fenómenos, sobre todo para la región sureste del país, ante las más de 27 mil réplicas que ha presentado”, señaló Pérez Campos.

Del sismo del 19 de septiembre de 2017, reiteró que fue una coincidencia que ocurriera el mismo día que el de 1985. “Aunque fue de una magnitud menor, sucedió muy cerca de Ciudad de México (CdMx), especialmente afectada por el de 32 años antes”.

Delgado Granados adelantó también que este año se pondrá la primera piedra del Centro Alterno de Monitoreo del SSN en Pachuca, Hidalgo. Se trata de un “espejo” del actual Centro de Monitoreo (que opera en la capital del país), que servirá en caso de daños en la CdMx, además de que contará con personal e infraestructura para robustecer los análisis. “Entre más amplios y profundos sean los datos de lo ocurrido, mejor conoceremos el fenómeno”.

Finalmente, Pérez Campos aclaró que aunque se incrementa la cobertura y la detección de sismos con una mejor red de estaciones, no se pueden predecir los temblores, “así que siempre tenemos que estar preparados”.

Con la participación de más de 150 mil universitarios, se realizó el simulacro de sismo en 175 dependencias y entidades de la UNAM, tanto en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México como en todos los campus ubicados en el país.

El objetivo fue que la comunidad universitaria identificara zonas de menor riesgo, mejorara su capacidad de respuesta, se replegara y desalojara los inmuebles mediante estrategias de prevención y autoprotección.

El rector Enrique Graue hizo un recorrido en vehículo por escuelas, facultades, centros e institutos de investigación de Ciudad Universitaria, en donde observó la colaboración de la comunidad, elementos de protección civil, bomberos y los binomios caninos.

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