Sin contrapeso el consumo de alimentos ultraprocesados

“Se deben establecer políticas de regulación de estos productos para revertir la alta prevalencia de obesidad y enfermedades crónico degenerativas no transmisibles”, señala Agustín Rojas Martínez

Foto: Octavio Olvera / Coordinación de Humanidades.
La expansión de la oferta de productos ultraprocesados y su elevado consumo han sido posibles por los eslabonamientos de la industria de alimentos y bebidas con otras ramas de actividad económica, así como su tránsito e integración al sector servicios mediante el control corporativo del abasto y distribución de alimentos.

Por ejemplo, el consumo en México de productos ultraprocesados pasó, de 39.5 por ciento en el año 2000, a 46.6 por ciento en el 2020.

Así lo expone una investigación de Agustín Rojas Martínez, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, quien aseguró que a partir del año 2000 se han transformado los espacios donde se venden los productos alimenticios.

“En México, el número de establecimientos de venta de alimentos y bebidas en canales tradicionales y corporativos son: en el periodo 2010-2020, los mercados públicos que pasaron de un millón 716,838 a un millón 132,297, es decir, 34 por ciento menos; los supermercados de 3,123 a 6,480, 107.5 por ciento más”, informó.

Minisúper, alto crecimiento

Los establecimientos que han presentado el más alto crecimiento, dijo, son los minisúper que fueron de 20,672 a 55,517, es decir, 168.6 por ciento más; en cuanto a establecimientos de comida rápida con servicio de preparación de alimentos y bebidas, se tenían registrados 387,184, y han llegado a un millón 28,484, lo que representa un incremento de 165.6 por ciento en el periodo referido.

Al dictar la conferencia De la comida a la salud: retos alimentarios de la familia mexicana, en el marco de la Exposición 10 en Humanidades, el académico adscrito a las unidades de investigación de Economía Urbana y Regional, y de Economía del Sector Agroalimentario del IIEc, puntualizó: “Se registra una excesiva oferta y elevado consumo de alimentos y bebidas hipercalóricos, como son los productos ultraprocesados y la comida rápida, con altos niveles de azucares, grasas trans y sal. Estos productos tienen poco aporte nutrimental y su consumo excesivo está asociado con el desarrollo de epidemias como la obesidad y las enfermedades crónico-degenerativas”.

Ante esto, planteó que el Estado mexicano debe implementar políticas orientadas a recuperar la autosuficiencia alimentaria en bienes estratégicos a través de la producción local-regional y facilitar el acceso a estos alimentos en todo el territorio nacional.

“Se deben establecer políticas de regulación de la oferta de alimentos industrializados para revertir la alta prevalencia de obesidad y enfermedades crónico degenerativas no transmisibles, a partir de una alimentación sana y nutritiva integrada por alimentos frescos y de producción local o regional.”

En la Sala Miguel Ángel Herrera Andrade de la Casita de las Ciencias de la Dirección General de Divulgación de las Ciencias, Rojas Martínez consideró que no debe culparse a los consumidores de tal situación porque las mismas empresas de productos procesados controlan o “cercan” los espacios de compra y la prueba está en la multiplicación de las tiendas de conveniencia.

“Se ha condicionado al individuo al consumo de estos productos, que en otros términos resultan hasta adictivos por sus componentes, una de las posibles estrategias para combatir esta situación sería aprender a cocinar nuestros propios platillos, y no argumentar que no se tiene el conocimiento y el tiempo para hacerlo”, opinó.

Y es que en el periodo 2000-2020, de acuerdo con lo hallado en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Inegi, afirmó, se ha reducido el gasto destinado a la compra de alimentos crudos o mínimamente procesados. En contraste, el gasto destinado a “otros alimentos diversos”, es decir, alimentos altamente procesados, se incrementó de manera significativa.

El académico, segundo lugar del Premio Anual Dr. Ernest Feder 2017, manifestó que ante el panorama de que los alimentos procesados y los productos ultraprocesados son los que tienen mayor peso en la estructura del consumo, se estima según datos de la World Obesity Federation (WOF) que la prevalencia de la obesidad seguirá en aumento y para el año 2050, el 88 % de la población mexicana tendrá algún grado de sobrepeso u obesidad.

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