Libro gráfico de Juan Antonio López

Treinta años de historia universitaria en 280 imágenes

Maratonista emocional de inquebrantable vocación comunicativa

Foto: Erik Hubbard.

Es un maratonista emocional de irrenunciable vocación comunicativa, forjado en la tradición oral. Juan Antonio López Olguín parece ajeno a la cada vez más presurosa vida universitaria, porque su charla es ininterrumpible, por ello caza como excelente escrutador a su interlocutor, que invertirá algunos minutos para enterarse de alguna anécdota irrepetible. Sus redes sociales presumen 995 amigos, pero en 56 años con 60 días de vida la cifra real es tan mayúscula como sus fotos que ha logrado implosionar en un libro 30 años de fotografiar la UNAM y México.

La publicación tuvo su génesis como un homenaje en vida de Raymundo Orta, editor gráfico de Unión, órgano informativo del STUNAM, que en cien páginas de papel couché logró la representatividad del perfil fotográfico con 280 imágenes de Juan Cámara, o “el de estampa quijotesca”, como lo definió Fernando Guzmán en un epílogo de la obra.

En las diferentes secciones: La UNAM y su belleza, Ciencia y Tecnología; Artes en la UNAM; Deporte Universitario; Algunas Personalidades; Vida Universitaria; México y su Grandeza; Océanos, Lagunas, Ríos, Cascadas; Flora y Fauna; Rasgos de México y Retratos de Nuestra Cultura se evidencia la destreza no sólo del dedo índice, sino también del paisajista social que puede esperar por horas sobre la piedra volcánica o establecer un diálogo en voz alta frente a una libélula.

El cielo de CU

De auténtica raíz auriazul, López Olguín relató que su madre es oriunda del sitio donde hoy está ubicado el Estadio Olímpico Universitario. Su vida transcurrió en la colonia Copilco El Alto, recibió la educación básica en Cerro del Agua, su padre fue trabajador de esta Universidad, de niño miró los tanques del Ejército en la ocupación de Ciudad Universitaria, conoció el paradero de camiones en el sitio donde justo hoy está su oficina, además integró la primera generación de cerillitos (empacadores) en la Tienda UNAM 1, hoy instalaciones del STUNAM, donde presentó su publicación compilatoria.

Realizó su examen de admisión junto a 70 mil aspirantes en agosto de 1981 en las bancas de piedra del Estadio Azteca, ingresó al CCH Sur y la vida lo llevó a fajarse como intendente en la Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios, para años después tomar su definitorio curso de fotografía en San Ildefonso, y competir por la plaza de fotógrafo en concurso universal en la antigua Dirección General de Información. Ahí, años después concluiría su trabajo recepcional como licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la mano de Arturo Guillemaud.

“Mi relación con la foto empezó porque desde los 19 años me gustó correr y tomaba fotos a mis amigos. El comienzo formal fue en 1989, con el rector José Sarukhán. Tuve la fortuna de que todos mis compañeros fueran mis maestros, en especial Ignacio Romo. Mi primera gran misión fue ir a Mazatlán, al buque El Puma. Mis fotos favoritas son las del cielo en Ciudad Universitaria, quizá las de 2007, cuando fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco”, dijo.

Presentación

En la sede de las Comisiones Mixtas del sindicato universitario, la presentación de la publicación fue un homenaje a la trayectoria de López Olguín, de parte de autoridades, agremiados e integrantes de la comunidad universitaria.

Arturo Guillemaud, académico de Ciencias Políticas, lo recordó como alumno. Lo adjetivó como alegre, entusiasta, fiel a sus principios. “Se puede y se requiere hacer un análisis de su obra, porque ha hecho escuela como fotógrafo”, indicó.

Ante Raymundo Orta, editor del libro, Alberto Pulido Aranda, secretario de Prensa y Propaganda del STUNAM, y sus amigos periodistas Gonzalo Álvarez del Villar y Jesús Ávila, Juan Antonio López destacó la paciencia como característica paradigmática para la ejecución de su trabajo, y reiteró su ilimitado amor por la Universidad.

Agustín Rodríguez, secretario general del STUNAM, expresó que este libro tiene la particularidad de que está realizado con altísima calidad por un integrante de dicha organización. “En cada rincón de la Universidad donde voy lo encuentro, la primera foto es suya, aunque llueva, truene, haga frío o calor ahí está él”.

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