En la UNAM, riqueza de voces y sonidos

El repositorio, instrumento de investigación para preservar materiales históricos; está en la ENES Morelia

Canciones, leyendas, mitos, cuentos, sonidos de rituales y paisajes sonoros de diversas regiones del país forman parte de los más de mil archivos que contiene el Repositorio Nacional de Materiales Orales (https://lanmo.unam.mx/repositorionacional/) a cargo de la UNAM y que busca preservar voces y sonidos de diversas regiones de nuestro territorio.

El repositorio es una herramienta de investigación desarrollada y resguardada por el Laboratorio Nacional de Materiales Orales (LANMO), de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Morelia, cuyo objetivo es examinar toda esta información que ayuda a fotografiar a una comunidad o sociedad en un momento específico, explicó uno de sus coordinadores, Berenice Araceli Granados Vázquez.

“Cada uno de los materiales es único e irrepetible, es una fotografía de ese tiempo específico y en el futuro nos va a permitir regresar a él para ver cómo eran las cosas, cuánto han cambiado. La cultura es dinámica y estos recursos ayudan a entender cómo se piensa en un momento determinado, por qué se actúa de esa manera”, ahondó.

En el laboratorio se trabaja en la reunión, procesamiento y análisis de los discursos orales, poniendo énfasis en los soportes de éstos: la voz, el cuerpo de la persona y la memoria.

“Hemos generado distintas metodologías para documentar y procesar los materiales que sirven a diferentes disciplinas como la literatura, la antropología, la psicología, la sociología, la lingüística, así como generar diversos productos que den salida al trabajo en campo”, dijo.

Ejemplo de ello son la revista y los sellos editorial, videográfico y discográfico que el LANMO tiene (https://lanmo.unam.mx/publicaciones.php). Ha producido cuatro corpus de relatos de diferentes sitios de la nación, una colección de libros infantiles y 12 álbumes de música tradicional generados en el estudio de grabación con que cuenta el laboratorio, así como en el móvil montado en una camioneta y con el que van a las comunidades.

“En 2017 hicimos una ruta por La Huasteca donde reunimos música tradicional y de allí se han producido tres álbumes. También hemos generado documentales, el año pasado salió Paricutín, al otro lado”, expuso la académica.

Se recopilan las memorias de las comunidades que vivieron la erupción del volcán Paricutín junto a los descubrimientos y aportes de vulcanólogos que han trabajado en la zona en años recientes. Mediante relatos orales y científicos se narra uno de los acontecimientos más importantes para la geología moderna, que cambió la vida de las poblaciones de la meseta purépecha que vieron la formación de un volcán entre 1943 y 1952.

Colaboración interinstitucional

Berenice Granados mencionó que el laboratorio es un espacio interinstitucional en el que participan más de 20 investigadores de la UNAM, de El Colegio de San Luis, de la Universidad Autónoma de Querétaro, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán, entre otras. Aunque mucha de su labor está centrada en el estado de Michoacán, se ha hecho documentación en la Huasteca Veracruzana, Quintana Roo, Veracruz, Puebla, Oaxaca, entre otros lugares.

“Hay relatos de tradición oral, lo que se considera literatura oral –leyendas, mitos, cuentos, chistes, historias de vida–, porque mucha de la metodología se basa en sondeos abiertos que implican hablar de las historias de las personas: quiénes son, dónde viven, qué han hecho y van fluyendo otro tipo de materiales orales.

“Tenemos muchas canciones, rituales, fiestas. Hay compañeros de la Universidad Autónoma de Querétaro que han documentado léxico en Oaxaca; también paisaje sonoro, ruidos que se producen en un lugar determinado y contextualizan la forma en que escuchamos: el mugido de las vacas por la noche, los grillos, el sonido del aire”, añadió la universitaria.

Subrayó que se mantiene abierta la invitación a investigadores de diversas disciplinas para que integren al repositorio nacional los materiales orales que registran en su trabajo de campo, a fin de que estén disponibles para todo público.

Además, enfatizó Granados Vázquez, se impulsa la Red Iberoamericana de Estudios sobre Materiales Orales para generar espacios de intercambio académico y que promueven la estandarización de protocolos de procesamiento y análisis de estos recursos. En la red intervienen 12 grupos que reúnen a poco más de 70 investigadores.

Fotos: Benjamín Chaires y cortesía de Berenice Granados.

Certificación internacional

En noviembre de 2020 el LANMO fue el primer laboratorio del área de Humanidades en obtener la certificación internacional ISO 9001-2015. Este aval se obtuvo para tres procedimientos técnicos que se ofrecen como servicios: integración de muestras al Repositorio Nacional de Materiales Orales, documentación de materiales orales en trabajo de campo y de materiales orales en ambientes acústicos controlados (estudio de grabación).

Este laboratorio, fundado en 2015 por Santiago Cortés y por Berenice Granados, fue también el primero en ser aprobado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en el área de Humanidades. “Se trata de una propuesta novedosa, de investigación de frontera, multidisciplinaria. Nuestra forma de seguir avanzando es a partir de la colaboración, la discusión, el diálogo”, resumió la investigadora.

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