Cumple la sede UNAM-España una década productiva y de vibrante actividad cultural

El Rector entregó al Instituto Cervantes el legado de los maestros del exilio republicano de la Universidad Nacional para su resguardo en la Caja de las Letras

Jorge Volpi, Emilio Cassinello, Margarita de la Villa, Rosa Beltrán, Luis García Montero, Juan Fernández Trigo, Enrique Graue y Francisco Trigo. Fotos: Instituto Cervantes.
Madrid, España.– En el marco del décimo aniversario de la sede UNAM-España (Centro de Estudios Mexicanos), esta casa de estudios depositó en la bóveda de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes una muestra del enorme legado de obras de autores del exilio republicano español en México, particularmente de la Universidad Nacional.

“Es un homenaje a las y los intelectuales del exilio republicano español, queridos y respetados profesores e investigadores de la UNAM, quienes llenan de orgullo a esta casa de estudios por todo lo que ellas y ellos significaron para su desarrollo”, consideró el rector Enrique Graue Wiechers.

“Quienes tengan en el futuro (en 2039) la oportunidad de abrirla, podrán apreciar, comprender y aquilatar la riqueza de su legado y la importancia que tuvo en el pasado, que aún tiene en el presente y que influirá, necesariamente, en el porvenir”, comentó ante académicos y representantes de ambas instituciones reunidos en el Instituto Cervantes.

Recordó el concepto de transtierro, acuñado por José Gaos, que define la tierra que dejaron atrás para trasplantarse a otra que los acogió y que disfrutó de su existencia y enseñanzas, por lo que cada uno de los exiliados fueron un trasplante de España a México y se integraron en cuerpo y espíritu al corazón mexicano.

El Rector subrayó que la ceremonia también celebra los 10 años de la sede UNAM-España, cuya apertura ha dado grandes logros tanto en movilidad académica y estudiantil, en programas de doble titulación, en cátedras conjuntas y, por supuesto, en la construcción del examen y del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española.

Igualmente, Graue Wiechers resaltó que la UNAM tiene ya 133 convenios vigentes con instituciones de educación superior españolas, que han beneficiado en estos últimos 10 años a más de 7, 200 estudiantes y académicos de ambos países. Además de que la sede ha tenido también una vibrante actividad cultural que ha llevado a cabo más de 400 actividades, con un público que ha superado a las 35,000 personas.

En la caja 1,407 en el Instituto Cervantes se depositaron obras de Max Aub, Pedro Garfias, Tomás Segovia, Luis Cernuda, Ramón Xirau, Adolfo Sánchez Vázquez, Luis Villoro, Wenceslao Roces, Eugenio Ímaz, Luis Buñuel, Concha Méndez, León Felipe, Angelina Muñiz Huberman, José Gaos, Néstor de Buen, Nuria Parés, José Moreno Villa, Luis Rius, María Zambrano y María Elisa Elío.

A los libros se suman algunas películas de culto, como Los olvidados de Luis Buñuel, Torero de Carlos Velo, En el balcón vacío de Jomi García Ascot, Viva Madrid que es mi pueblo de Fernando Delgado, y 12 emotivos documentales sobre la bienvenida a los niños españoles en Morelia; y se incluye un disco con cuentos de José de la Colina, entre muchas otras publicaciones.

La entrega de los materiales “es un acto de herencia y memoria para las generaciones futuras, pues se trata de legados del pasado sobre la cultura, el conocimiento, la ciencia y la técnica, que son la mayor riqueza de una sociedad”, aseguró Luis García Montero, director del Instituto Cervantes.

“La UNAM es un punto de referencia en todas las instituciones científicas, técnicas y culturales, y para nosotros es muy importante trabajar de la mano y compartir proyectos. El legado tiene también un significado de gratitud, porque en momentos difíciles de la historia México y la UNAM abrieron sus puertas de manera hospitalaria a muchos de los protagonistas más significativos de la cultura republicana española”, reflexionó el poeta y ensayista.

Recordó que para el Instituto Cervantes, hoy la UNAM es una institución hermana con la que han puesto en marcha proyectos como “Canoa”, la primera palabra de origen indígena que entró en el idioma, y que es una plataforma que sirve para internacionalizar la cultura hispanoamericana y reflexionar sobre la situación del español en el mundo.

“Nos gusta decir que enseñar un idioma es mucho más que enseñar un vocabulario, que en las palabras caben los valores y que los nuestros son los de la democracia, la conciencia crítica, la libertad y el conocimiento”, añadió García Montero.

En su momento, Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, recordó que en 1939 arribaron al puerto de Veracruz casi 40,000 refugiados españoles que huían de la Guerra Civil, y fueron favorecidos por la política de asilo del presidente Lázaro Cárdenas, quienes le darían una vuelta de timón a la producción del conocimiento en México y, en general, a la vida pública del país.

“Haber reunido estos materiales que la UNAM deposita hoy en la Caja de las Letras es significativo en más de un sentido. Es la oportunidad de unirnos a la conmemoración de los 10 años de la sede UNAM-España (Centro de Estudios Mexicanos) con algunos de los objetos que representan el aporte de quienes transformaron la historia de los dos países: México y España para siempre”, reflexionó la novelista.

El exilio español, dijo, contribuyó al desarrollo y avance de áreas como las ciencias sociales, las humanidades, las ciencias exactas, la genética, la botánica y, desde luego, la literatura. Alrededor de un 10 por ciento eran intelectuales en el más amplio y ecuménico sentido de la palabra, y una parte de ellos se sumó a la planta docente de la UNAM.

“Ninguno de los autores y autoras cuyas obras se entregan hoy a la Caja de las Letras habla de vidas intrascendentes o individuales. Cada título encarna de manera excepcional lo que es capaz de hacer el espíritu humano cuando se sobrepone, lucha y se encuentra en ese gran proyecto colectivo que llamamos arte”, finalizó Beltrán.

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