Estudioso de los avatares de la economía mexicana
Un proceso que el profesor emérito vivió en carne propia y contra el cual luchó fue la instauración del neoliberalismo: Leonardo Lomelí
En el Auditorio Narciso Bassols el académico agradeció el homenaje con motivo de sus seis décadas de trabajo en la FE. “Por eso digo que me siento en casa, han sido 60 años realmente agradables”, expresó.
También manifestó que los estudiantes, profesores y demás miembros de la Universidad han sido para él fuente de inspiración. “Su dedicación al conocimiento, su búsqueda incansable de la verdad y su compromiso con la educación superior son la razón por la cual he dedicado una parte importante de mi vida a la enseñanza y a la investigación”, agregó.
Además, convocó a los universitarios a actuar para cambiar el rumbo de desarrollo de la economía nacional y orientarlo hacia un esquema que combine la justicia social y el crecimiento económico. “Las dos juntas”, recalcó.
Asimismo, expuso que en los últimos 35 años nuestro país ha tenido uno de los menores crecimientos económicos, lo que ha ocasionado que muchos problemas no sólo persistan, sino que se agraven; por ejemplo, la injusta desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza.
En su oportunidad, el secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, expuso las contribuciones que Tello Macías ha hecho a la economía a partir de sus investigaciones y libros, entre ellos La tenencia de la tierra en México, La política económica en México 1970-1976, La nacionalización de la banca en México y La revolución de los ricos, este último en coautoría con Jorge Ibarra.
En esta obra, explicó el secretario, permite situar en perspectiva un proceso que Tello Macías vivió en carne propia y contra el cual luchó: la instauración del neoliberalismo.
Hoy en día, continuó, siguen predominando ideas elevadas a dogmas sobre el manejo de las finanzas públicas y de la política monetaria. Sólo entendiendo cómo se gestaron esos conceptos y los intereses políticos y económicos que hay detrás podremos trascender el neoliberalismo y construir una sociedad más justa, un país que se encuentre con un nuevo curso de desarrollo, mucho más igualitario y sostenible.
“Por ello, la obra de Carlos Tello Macías sigue siendo de la mayor vigencia, y el mejor homenaje que podemos hacerle es leerlo, releerlo y reeditarlo”, aseveró Lomelí Vanegas.
En tanto, el profesor emérito Rolando Cordera Campos se refirió a Tello Macías como un servidor público ejemplar, estudioso de los avatares de la economía mexicana, comprometido economista político, quien desde fuera y en el corazón mismo del Estado pugnó por abrir las puertas y construir un país más democrático y menos injusto.
Recordó que trabajó a su lado en los años 60, en la Secretaría de la Presidencia, donde propuso dar visión de largo plazo al ejercicio de planificación, al cual se había empeñado el gobierno mexicano y que concluiría en un programa de acción del sector público para 1965-1970.
También estuvo con él en 1977, cuando Tello Macías fue designado por José López Portillo como secretario de Programación y Presupuesto, responsable de llevar a cabo toda una reorganización del sector público para convertir la programación en forma de gobierno, y al Estado en actor principal de la modernización y desarrollo que el país reclamaba.
Estas tareas eran indispensables ante la incipiente riqueza mexicana generada por el descubrimiento de nuevos yacimientos petroleros. “El empeño fue desestimado por el propio presidente que lo había encargado, y Carlos presentó dignamente su renuncia”, relató.
Lección de moral pública
De igual forma, el economista y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Federico Novelo Urdanivia, hizo referencia a la renuncia presentada por Tello Macías, la cual es una “lección de moral pública” entre la lógica de la estabilidad y las finanzas sanas, a costa de una sociedad enferma.
Esta renuncia, insistió, fue una lección de honestidad y valentía frente a la preferencia por el “neoliberalismo en propedéutico” que se estaba gestando en el país. La dimisión, añadió, le resultó extraordinariamente costosa en términos económicos, laborales y políticos a su colega, porque entonces se perseguía a quienes disentían.
Previamente, el director de la FE, Eduardo Vega López también destacó la confrontación conceptual y política del homenajeado con los promotores del ascenso neoliberal en México, y de la cual dan testimonio sus obras: La disputa por la nación, que escribió junto con Rolando Cordera Campos; México: informe sobre la crisis (1982-1986); Estado y desarrollo: México 1920-2006; Sobre la desigualdad en México, y México: las finanzas públicas en los años neoliberales.
Aseveró que ni la Universidad Nacional ni la Facultad de Economía ni los economistas universitarios ni el profesor Carlos Tello han sido omisos o cómplices del neoliberalismo en México. “Por el contrario, de manera oportuna, razonada, categórica y documentada han expresado desde siempre sus críticas, propuestas y alternativas de política económica, en un ambiente de pluralidad ideológica, diversidad política y debate público comprometido con las mejores causas en favor del bienestar social y desarrollo sustentable”.
Daniela García Pureco, quien fue alumna del también doctor honoris causa por la UAM, resaltó su labor como profesor universitario, al haber enseñado a los estudiantes el verdadero significado de la política económica, compartirles sus experiencias en el gobierno, revelarles historias que los dejaban más intrigados que satisfechos. En sus clases, dijo, siempre había algo que los sorprendía, como sus vivencias sobre la nacionalización de la banca o el haber estado cerca de ser presidente.
“Nos enseñó a amar y a defender la profesión de economistas, nos motivó e inspiró”, remarcó. También los estimuló a tener sueños grandes, por lo que su legado va más allá de sus clases, está en sus trayectorias profesionales y de vida.
Finalmente, Lorena Rodríguez León, académica de la UNAM, indicó que Carlos Tello Macías es una de las grandes personalidades de nuestro tiempo, un hombre imprescindible para entender la economía, la política y la historia de nuestro país, y cuya obra está presente en la vida de la nación y la Facultad de Economía. “Es un maestro en el sentido pleno de la palabra”, sostuvo.