Jorge Fons concilió la ruptura con la tradición del cine mexicano

El cineasta, miembro de la primera generación del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y uno de los cineastas claves del Nuevo Cine Mexicano de los años 70, falleció a los 83 años

La Secretaría de Cultura y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas anunciaron por medio de un comunicado en redes sociales el fallecimiento del cineasta mexicano Jorge Fons a los 83 años de edad, acaecido durante la madrugada del 22 de septiembre.

Alejandra Frausto, titular de la dependencia gubernamental, comentó: “Se va un gran cineasta, de los que se atrevieron a mostrar un mundo que parecía invisible y poner en pantalla las realidades que permanecían silenciadas”.

Fons (23 de abril de 1939) formó parte de la primera generación de estudiantes del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, una experiencia que marcó la vida del cineasta, como lo recordó en la celebración de los 55 años de la institución universitaria, cuando narró que tuvo sus primeras clases en el auditorio de Radio UNAM:

“Ahí hicimos el primer año, éramos 18 alumnos; el único profesor que pertenecía al cine profesional era José Revueltas y nos daba la clase de guión; otros pertenecían al cine independiente y el resto eran, como los alumnos, cinéfilos más que cineastas. No teníamos nada, sólo compartíamos nuestro amor por el cine y discutíamos películas que veíamos. En aquel entonces había muchos cineclubes y nuestras clases consistían en platicar, porque no había profesionales que nos enseñaran técnicas cinematográficas”.

El realizador dirigió casi una treintena de trabajos audiovisuales, entre los que destacan las películas Los cachorros (1973), Los albañiles (1976), Rojo amanecer (1989), El callejón de los milagros (1995) y la telenovela El vuelo del águila (1994-1995), sobre la vida de Porfirio Díaz.. Su largometraje más reciente fue El atentado (2010).

Fue nominado 11 veces al Ariel –máximo reconocimiento entregado por la AMACC–, y obtuvo 6, incluyendo tres por Mejor Dirección –1972, 1989 y 1995–, uno a Mejor Película –por Rojo Amanecer– y el Ariel de Oro por sus contribuciones a la cinematografía mexicana en 2011. Además, Fons ganó un Oso de Plata de la Berlinale por Los albañiles y el Premio Especial del Jurado del Festival Internacional de Cine de San Sebastián por su trabajo llevando a la pantalla lo sucedido en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. También se le entregó la Medalla Cátedra Ingmar Bergman en el 2018.

Hugo Villa, director de Filmoteca UNAM, posteó en cuenta de Twitter : “Además de un gran cineasta, también era generoso con su conocimiento e inteligencia. Siempre estaba dispuesto a dar consejo, a ayudar a pensar el cine en la práctica y en la teoría y gestión”.

Un sentimiento que fue compartido por Abril Alzaga, directora ejecutiva de FICUNAM: “Las despedidas definitivas siempre son tristes. Sin embargo, decir adiós a Jorge Fons es particularmente doloroso. No solo fue uno de los más grandes cineastas de México, fue un ser humano extraordinario por su generosidad, respeto por el otro y sencillez en el trato”.

Su cine

Para Fernando Mino, investigador y crítico cinematográfico egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la filmografía de Fons se distingue entre sus compañeros de generación porque “fue el que mejor supo conciliar la época de ruptura en donde se inició como director con la larga larga tradición de un cine clásico y popular del que se intentaba, se intentaba salir y dar el brinco hacia un nuevo cine moderno.

“La estrategia de Fons fue, a mi gusto, la más interesante de su generación. Se montó en esa larga tradición del cine clásico para proponer una ruptura, una crítica y ahí es donde donde se encuentra la mayor riqueza de su obra, breve porque firmó pocas películas en comparación con con sus pares de la época como Arturo Ripstein o Felipe Cazals”, argumentó el autor de El gallo de oro: Reflejos críticos a la sombra de un palenque.

El especialista apuntó que en las imágenes creadas por Fons y su equipo es posible notar el perfeccionismo con el que el realizador construía cada una de ellas, su búsqueda por construir a detalle historias que “tienen fuertes nexos con las formas de narrar que propuso el cine clásico mexicano, ya sea para hacer homenaje en algunos momentos o establecer distancia, una visión crítica”.

“Eso hace más atractivo su cine, con películas como Tú, yo y nosotros o, incluso, Rojo amanecer, que sería impensable sin el diálogo con las películas de hiperviolencia de la década de los 80. En Rojo Amanecer tiene sentido toda la violencia que no vemos de forma explícita en la película, la podemos comparar con las películas de judiciales que estaban de moda en el cine popular de la época. Es un cine un cine notable el que nos legó Jorge Fons”, añadió.

Otro punto a destacar para Minio es la manera en que el director de Los albañiles “rescató” a diversas luminarias de los años de auge del cine mexicano para sus películas: “Nadie mejor que Fons para aprovechar el talento de viejas estrellas como Katy Jurado, Sara García, Julio Aldama, Estela Inda, Pancho Córdoba y, en su cine posterior, poner a dialogar a actores consagrados como Héctor Bonilla y María Rojo con jóvenes que estaban emergiendo como los Bichir. Incluso haciendo equipo y nutriéndose del cine popular con esa impensable producción de Rojo amanecer con Valentín Trujillo y Bonilla”.

“No quiere decir que sea el único cineasta de su generación que se nutrió o dialogó con el cine clásico, también lo hizo Arturo Ripstein, pero lo que distingue a Fons es esa crítica sosegada desde el respeto hacia esa tradición, no quiere destruirla o arrasarla, como a momentos parece, es muy respetuoso de lo que se hizo, de ese público popular del que se nutre para proponer nuevas fórmulas y desde ahí establecer un diálogo crítico con la realidad”, añadió.

Al ser cuestionado sobre el trabajo de Fons que destacaría, Mino duda pero terminó por elegir su segmento en Fe, esperanza y caridad (1974), en la que un cortometraje del cineasta compartió espacio con Alberto Bojórquez y Luis Alcoriza.

Así explicó el autor de La fatalidad urbana: el cine de Roberto Gavaldón su elección: “Caridad propone una deconstrucción inteligentísima del entorno popular construido desde lo cinematográfico. Es un relato moral en el que la caridad de una anciana –nada menos que Sara García– provoca una tragedia de proporciones griegas, en la que Katy Jurado hace gala de todo su potencial, de toda su energía y magia como actriz. Sintetiza muy bien lo que considero el mayor logro de la obra de Fons: su capacidad para hacer dialogar al pasado y al presente proponiendo nuevas lecturas de nuestra realidad”.

Filmografía

  • El quelite (1970)
  • Tú, yo, nosotros, segmento Nosotros (1972)
  • Jory (1973)
  • Los cachorros (1973)
  • Fe, esperanza y caridad, segmento Caridad (1974)
  • Cinco mil dólares de recompensa (1974)
  • La ETA (1974)
  • Escuela tecnológica agropecuária (1974)
  • Los albañiles (1976)
  • El hombre mono (1978)
  • Así es Vietnam (1979)
  • Rojo amanecer (1989)
  • El callejón de los milagros (1995)
  • El atentado (2010)
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