Museo Experimental el Eco busca convertirse en un referente para México y América Latina

Pablo Landa, su nuevo director, adelantó que se generarán conversaciones críticas sobre arquitectura, arte y diseño

Dibujo ideográfico del Museo Experimental el Eco, 1952, Mathias Goeritz.

El Museo Experimental el Eco fue diseñado por Mathias Goeritz en 1953 como un espacio para fusionar arte y arquitectura. Desde 2005, cuando la UNAM lo reinauguró, el recinto cobró nuevo impulso para continuar con ese perfil al abrir otras relaciones con el entorno social, artistas contemporáneos, investigadores y todas las expresiones creativas actuales.

Pablo Landa asumió recientemente la dirección del Eco. Bajo su administración, además de continuar con su tradición museística, “trabajaremos con el apoyo de la Dirección General de Artes Visuales de la UNAM para crear un acervo dedicado a la recopilación del diseño como parte fundamental de su discurso. Se trata de una labor de acopio e investigación prácticamente inédita en el país.”

Adelantó que el Eco busca convertirse en un referente para México y América Latina a través de la activación de conversaciones críticas sobre el pasado, presente y futuro de la arquitectura, el arte y el diseño.

El programa de actividades se desarrolla a partir de ejes de investigación ligados a los archivos y colecciones de la Dirección General de Artes Visuales, la Facultad de Arquitectura y el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial, entre otras entidades de la UNAM.

Se encuentra en proceso, como parte de sus proyectos estratégicos, la creación del Fondo Documental el Eco, el cual consiste en la implementación de un amplio programa pedagógico, la vinculación con los alrededores del museo y el relanzamiento de la Cátedra Extraordinaria Mathias Goeritz de Arte y Arquitectura.

“Parte de esta nueva etapa del museo se debe a que desde la Coordinación de Difusión Cultural se tiene la intención de contar con un espacio que ofrezca una programación que combine trabajos de diseño provenientes de la arquitectura y del diseño. El Eco es el espacio ideal para ello, pues Mathias Goeritz lo concibió como una escultura habitable.”

Destacó que se ha empezado a construir una colección de diseño pionera en México, cuyo acervo será presentado en el museo a través de una programación que incluya tanto exposiciones como otras actividades.

Las piezas serán resguardadas por el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). “En ese sentido, el Eco es su hermano menor, aunque seamos más viejos. Al no tener colecciones propias, se estará trabajando de cerca con las de otros recintos, como la Facultad de Arquitectura, que posee los archivos más importantes de dicha disciplina en el país y en América Latina. Otra línea de desarrollo se relaciona con las investigaciones que se realizan en la UNAM, para generar estrategias de difusión de su trabajo”.

Pablo Landa detalló que ése será el proceso que definirá los temas y el contenido de cada exposición que se presente en el Eco, al tiempo de conservar el perfil con que fue creado originalmente: ser un espacio para la experimentación artística, pues fue uno de los primeros recintos dedicados al arte moderno y contemporáneo en América Latina.

“Desde su apertura ha sido un espacio muy dinámico, cuya historia nos permite generar reflexiones contemporáneas, en particular acerca del papel social de los museos. Lo que estamos haciendo es reunir documentos de todas las épocas del recinto para construir un fondo documental que dé testimonio del papel tan importante que ha tenido en la historia de la cultura en México.”

Otro aspecto destacado es la propia ubicación del Eco, entre el Monumento a la Madre, Insurgentes y Reforma, lo cual permite entrar en contacto con los movimientos sociales, culturales y políticos de la actualidad para vincularlos con proyectos artísticos generados por autores interesados en esas expresiones.

Un ejemplo de ello es la exposición de Gerda Gruber, titulada Das nest, una intervención creada como un proyecto in situ, utilizando tejidos efímeros y esculpiendo “al aire”. Inspirada por el diálogo artístico sutil y memorable que tuvo con Mathias Goeritz, la autora construyó un refugio temporal dentro del museo.

“En los próximos meses se realizará el taller Nuevo Norte, que estará dirigido a artistas, arquitectos y diseñadores. Consiste en una investigación de campo con migrantes en albergues y espacios públicos, cuyos resultados permitirán el desarrollo de proyectos con y para ellos desde distintas disciplinas. Se desarrollará en el marco de la Cátedra Mathias Goeritz.”

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