No hay un centro, sólo dar la vuelta, muestra de Villavicencio

Se trata de obras creadas por el artista visual para el recinto universitario; ofrecerá una charla en la que compartirá su experiencia

El autor en su estudio. Foto: Museo el Eco.
El nuevo proyecto de Alan Villavicencio se titula No hay un centro, sólo dar la vuelta, y se presenta a manera de acoplamiento con la arquitectura del Museo Experimental el Eco de la UNAM, donde podrá ser apreciada a partir de hoy 8 de febrero. El autor ofrecerá también una charla en la que compartirá su experiencia como instalador de la muestra.

David Miranda curador del Museo el Eco comentó que de esta forma el espectador tendrá una experiencia distinta a lo usual, que es ver un cuadro colgado, a manera de ventana, o bien, como un objeto colocado decorativamente.

“La exposición establece un diálogo con la arquitectura fugada del recinto, proyecto impulsado por Mathias Goeritz en los años 50 del siglo pasado, para desarrollar un análisis de la sala y conseguir así otros efectos en conjunto con lo que el pintor trabajó en su estudio”, expresa.

“Le da otra categoría al pintor, en este caso como instalador, quien propone una visión amplia para comprender el gesto pictórico, al ir más allá de la mera transformación del lugar, y realmente pensar en cómo la pintura puede crear otro tipo de efectos en quien la observa. Alan Villavicencio lleva un buen rato jugando con las esquinas, con los vanos y los accesos de los recintos donde presenta su trabajo, lo cual es evidente en esta ocasión.”

Contemporáneo y experimental

Allan Villavicencio nació en Querétaro, en 1987. Forma parte de la nueva generación de artistas visuales con una propuesta pictórica que se inserta en lo contemporáneo y lo experimental, al plantear diversos cuestionamientos, los cuales analizan desde las imágenes mediatizadas hasta el concepto de otredad.

David Miranda señaló que, en esta muestra en particular, se trata de ahondar en la idea de la pintura como una abstracción para establecer un diálogo con el legado de Goeritz, quien invitó a Germán Cueto, artista de vanguardia en México, a inaugurar el Museo, y utilizó parte de sus espacios para presentar de manera singular su trabajo. Gesto no exento de coincidencia interesante porque también se estrena en El Eco una exposición sobre Germán Cueto el 9 de febrero.

“Las pinturas de Cueto se caracterizan por la sobreposición de capas y poner en crisis la lógica de exposición de un salón de pintura convencional, lo cual inspiró a Alan Villavicencio a reflexionar sobre su quehacer artístico, pues lleva mucho tiempo trabajando a partir de jugar con algunos de los grandes temas de la pintura como son el paisaje, la luminiscencia y la cromática.”

Es así como Villavicencio desarrolla una paleta de colores con elementos como la oxidación de los metales expuestos a la intemperie, dañados por la contaminación, la iluminación artificial de las luces de los anuncios. Esta afectación no natural le permite crear una propuesta cromática propia.

El artista produjo piezas pensando en el espacio expositivo de El Eco. Una manera de poner en evidencia su constante reflexión con respecto a las posibilidades de lo histórico: “va oxigenando los cuadros a partir de cómo descubre su quehacer artístico”.

Otro aspecto señalado por David Miranda es la propia composición de los cuadros expuestos en esta ocasión, imágenes evocativas de distintas capas de colores, que crean un efecto de planos distintos, dando profundidad y dimensionalidad al lienzo.

“Trabaja muchísimo fracturando el plano. Algunas veces con collage y otras con capas pictóricas para romper con la lógica de cómo se puede percibir el orden del material. Por ejemplo, en estos cuadros uno puede ver cómo a partir de sobreponer capas y tapar otras, el orden de la secuencia de los barridos de la pintura se contrapone para formar parte de un lenguaje que le permite crear efectos de percepción en la profundidad de las obras.”

“De manera digital podría ser más sencillo, pero hacerlo manualmente implica una serie de valores y comprensiones del medio más sofisticadas. Convocó a lo digital para hablar de por qué sigue siendo importante la investigación en la creación de una pieza. Para Alan Villavicencio es más como un pensamiento que le permite oxigenar su práctica pictórica; por eso habla del vórtice como un modo de percibir la pintura de forma presencial.”

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