Rabia e indignación frente al aumento de las violencias

La transformación más importante en materia de género debe ser cultural y educativa, afirmó Isaura Castelao-Huerta del CIEG

Las jóvenes tienen a su favor el poder de la lucha colectiva.

México requiere de una transformación cultural y educativa de fondo para romper con las estructuras machistas y patriarcales que prevalecen en la sociedad, mismas que propician todo tipo de violencias contra las mujeres de manera cotidiana, aseguró Isaura Castelao-Huerta, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

Señaló que para este 25N en nuestro país hay un sentimiento de rabia, indignación y preocupación debido a un aumento sostenido de las cifras relacionadas con las violencias más brutales como feminicidios, violaciones y secuestros; pero también están a la alza las agresiones físicas, sexuales y las violencias sutiles, también conocidas como microviolencias: bromas sexistas, burlas machistas y el menosprecio por los logros alcanzados de las mujeres. Todo esto dentro de una cultura misógina, en la que se siguen reproduciendo estereotipos de género.

De acuerdo con el más reciente informe sobre violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y octubre de este año se han registrado 775 feminicidios, y tan sólo en el décimo mes se contabilizaron 80 nuevos casos, siendo el Estado de México el que se mantiene en primer lugar, con 101 feminicidios; seguido de Nuevo León, con 79 casos; Veracruz con 55; y Ciudad de México con 52. En tanto que los municipios que contabilizan más feminicidios son Ciudad Juárez, Chihuahua (13); Juárez, Nuevo León (13); Guadalupe, Nuevo León (11); Morelia, Michoacán (10), y Manzanillo, Colima (9).

En cuanto a las cifras de homicidios dolosos cometidos contra las mujeres los datos son aún más preocupantes: en los primeros nueve meses de este año se registraron dos mil 136 casos, lo que significa que cada día ocho mujeres son ejecutadas en el país, siendo los estados más violentos en este punto Guanajuato (300), Baja California (214), Michoacán (214), Estado de México (197), Chihuahua (151) y Jalisco (130).

En el acumulado de los datos oficiales del SESNSP, sumando todos los delitos (feminicidios, homicidios dolosos y culposos, secuestro, extorsión, lesiones, trata de personas etc.), este año la cifra rebasó los 91 mil casos relacionados con agresiones y violencias contra las mujeres.

La especialista indicó que, ante estas dolorosas cifras, resulta fundamental impulsar cambios de fondo en todos sentidos; pero, sin duda, la transformación más importante en materia de género debe ser cultural y educativa, y aún cuando no es tarea fácil, se debe trabajar permanentemente para modificar los patrones de pensamiento y todo tipo de prácticas violentas, insistiendo en que la violencia contra las mujeres no es algo normal, ni natural, y que su lugar en la sociedad no es una posición de subordinación.

Además, resaltó, de la reproducción de estereotipos machistas, también hay una tendencia cultural a la dependencia y la sujeción, a una autoestima baja, y a creer que las mujeres no pueden realizar ciertas actividades, por lo que se debe mantener una lucha colectiva en diferentes frentes que permitan cambiar estas viejas estructuras que han hecho que las mujeres sigan sometidas y expuestas a relaciones violentas, que van desde el novio golpeador, el familiar o el conocido que las viola, el jefe o el maestro que las acosa, hasta los comentarios discriminatorios de amigos y profesores.

Castelao-Huerta apuntó que las campañas de prevención y los protocolos de atención son necesarios en un primer momento para la sensibilización, pero tal y como están diseñados actualmente resultan insuficientes para propiciar los cambios imprescindibles, considerando que los agentes socializadores de género son muchos y van desde la escuela, la familia, la religión, los medios, el trabajo, etcétera.

“Me parece que hay que ir más allá, por eso es importante que en las escuelas y universidades existan cursos obligatorios para todes, todas y todos los estudiantes de licenciatura como una introducción a la perspectiva de género”.

No obstante, insistió, el aparato y el problema es demasiado grande para cambiarlo solamente con campañas y mensajes de inclusión e igualdad. “Por eso desde el CIEG estamos tratando de develar y entender todas esas formas en las que se reproduce el orden de género, porque muchas veces no nos estamos dando cuenta, y entonces se debe impulsar un arduo trabajo de información orientado hacia una transformación cultural permanente y cotidiana”.

Finalmente, la investigadora universitaria afirmó que las jóvenes tienen a su favor el poder de la lucha colectiva para presionar, empujar y hacer posible un cambio en las políticas públicas. Poseen toda la energía, creatividad e imaginación para hacer que las cosas sean distintas.

También podría gustarte