Tecnologías digitales contribuyen a la democratización de la lectura

El uso social del libro o el acceso a la cultura escrita se ha ampliado ya que existen reservorios de archivos o textos de ingreso abierto: Socorro Venegas

Foto: Francisco Parra.
En 2022 la UNAM publicó más libros electrónicos que impresos, por lo que éste se constituyó como el primer año en que se superó la producción de materiales en ese formato, lo cual indica mayor conciencia sobre sus posibilidades de protección al medioambiente, señala Socorro Venegas, directora general de Publicaciones y Fomento Editorial de esta casa de estudios.

De los 1,742 títulos publicados, 722 fueron impresos y 1,020 electrónicos, los cuales cumplen con los requisitos para también ser considerados un libro. Tienen un ISBN (International Standard Book Number o Código Internacional Normalizado para Libros), que es un número estándar internacional, con el que se registra una nueva edición, comenta en ocasión del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, que se celebró ayer 23 de abril.

La editora y escritora destaca que es interesante cómo el ámbito editorial se ha trasladado hacia esta posibilidad en la que se reducen o eliminan gastos de almacenaje físico, costos de distribución o de comercialización, usuales en el libro en papel.

La reflexión antes de publicar un libro tiene que ver con entender que hay textos que por su contenido pueden existir o salir al mercado en formato electrónico, por ejemplo La historia clínica para medicoblastos tomos 1 y 2, coordinado por Irene Montiel; o Patología general veterinaria, de Francisco Trigo Tavera (coordinador), y habrá otros que será importante que se editen en ambos formatos.

“Las cifras son interesantísimas porque hablan, al mismo tiempo, del potente trabajo editorial de la UNAM, que es una de las editoriales en nuestro idioma que más publica, y que está generando permanentemente conocimiento y estrategias de divulgación. Publicar es una de las labores más nobles de la Universidad: socializar el conocimiento, así como la producción del trabajo intelectual, académico y creativo de los universitarios”, añade la autora de Vestido de novia.

El uso social del libro o el acercamiento a la cultura escrita, agrega, se ha ampliado gracias a que hoy existen reservorios de archivos o textos en acceso abierto. Por ejemplo, la Universidad tiene distintos depósitos donde se ha cuidado y garantizado el derecho de autor, que es otra de las conmemoraciones importantes del 23 de abril. “Con absoluto respeto al derecho de autor, la UNAM ha puesto a disposición varios textos, audiolibros, artículos. Puedo recomendar, por ejemplo, el portal http://www.librosoa.unam.mx/; las iniciales OA significan open access, que es acceso abierto. Es importante recordar que se ha democratizado la lectura gracias a estas nuevas posibilidades que la tecnología nos ofrece hoy”, explica la también autora del libro Ceniza roja.

La UNESCO impulsa, a partir de 1995, el 23 de abril para recordar el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. Busca que sea una fecha significativa relacionada con grandes mentes de la literatura universal; de ahí que se decidió tomar la coincidencia de la fecha de fallecimiento de William Shakespeare, Garcilaso de la Vega y Miguel de Cervantes Saavedra.

La universitaria dijo que el libro es una invención perfecta que ha logrado retener, resguardar y preservar la memoria humana para muchas generaciones a través del tiempo. ¿Cómo poder conversar con los públicos más jóvenes sobre el día del libro sin que se vuelva a retomar una fecha que no significa nada para ellos?

Venegas estima que esta efeméride no debe considerarse como una ocasión para resolver una tarea escolar, sino con el fin de tener presentes aquellos textos que nos han cambiado la vida.

“Cuando hablamos del libro es necesario señalar que los hay en distintos formatos y puede, además, existir en distintas plataformas. No sólo pensemos en el soporte en papel; un libro nos puede estar desafiando o llamando desde el formato electrónico, y no por eso deja de tener su naturaleza como el mejor dispositivo para preservar la memoria de la humanidad”, enfatiza.

La lectura permite mantenernos alerta en un mundo que reclama cada vez más compromiso para cuidar de cuestiones medioambientales, de las democracias, la integridad ética y también para disfrutar de la literatura, asombrarse con la divulgación científica, las revistas, etcétera, finaliza Venegas.

También podría gustarte