Presentan obra póstuma de Maite Ezcurdia

El libro muestra por qué tiene sentido seguir haciendo filosofía del lenguaje en 2023 y cómo debe hacerse

El libro Complejidad y ambigüedad es un sentido homenaje a Maite Ezcurdia (Ciudad de México, 7 de agosto de 1966–7 de diciembre de 2018), quien fue una destacada especialista del Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs) e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM.

Juan Antonio Cruz Parcero, director del IIFs, explicó que la obra es resultado del trabajo de los amigos de la fallecida académica, quienes ayudaron a terminarla. El libro, “que Maite dejó casi hecho, requirió un trabajo de revisión y de esmero de especialistas; algunos fueron sus alumnos, y cuidaron que la edición de este volumen saliera como merecía”.

Con el fin de presentar la obra, editada por el propio Instituto, se reunieron colegas y alumnos muy cercanos a la autora durante su trayectoria de muchos años en esa entidad y donde dejó “una huella que se nota estando todos nosotros aquí reunidos para honrar su memoria y recordar su amistad”, añadió.

En el acto, el también investigador del IIFs y encargado de la edición póstuma del volumen, Axel Barceló Aspeitia, explicó que la autora “fue muy clara acerca del punto principal del libro: pensar el lenguaje en términos de cuál es su función”. Muestra por qué tiene sentido seguir haciendo filosofía del lenguaje en 2023 y cómo debe hacerse.

A Ezcurdia no le da miedo hacer cuestionamientos ambiciosos: ¿por qué existe el lenguaje?, ¿por qué lo usamos?, ¿cuál es su función?, y liga esas preguntas generales, abstractas, con problemas y ejemplos particulares, detalló. “En qué sentido esto es filosofía y no lingüística fue una de las preguntas que más preocupaban a Maite, especialmente al final de su carrera”.

Ella pensaba que la filosofía del lenguaje debe ser descriptiva, pero el libro no lo es, sino que tiene una visión filosófica de lo que es el lenguaje. “Lo que Maite quiere resaltar es que este último es un medio para relacionarnos con nosotros y el mundo”.

Lo presenta como un fenómeno natural, o un rasgo biológico de los seres humanos, y al mismo tiempo como una herramienta. La autora trata de buscar una nueva manera de pensarlo: el naturalismo. “Comienza con la idea de que nos es natural usar el lenguaje, y concluye que la semántica debe hacerse con biología evolutiva, lo cual suena extraño porque no solemos hacerlo así. Llega a pensar que prácticamente todos los aspectos del lenguaje tienen que explicarse en términos de cómo contribuyen a la adquisición del rasgo biológico”. Se trata de un cambio metodológico, concluyó Barceló.

Mario Gómez-Torrente, también investigador y encargado de la edición póstuma del libro, añadió que la autora tenía la idea de que los distintos usos de las palabras, como los nombres, generalmente corresponden a acepciones o significados diferentes. Usamos un nombre para referirnos a ciertas personas, pero también en otros contextos.

Ezcurdia “quería sostener la tesis de la ambigüedad y que había una acepción principal, la que da la función a la palabra y permite que sobreviva por mucho tiempo en el lenguaje”, abundó.

Parte de la contribución principal del libro, opinó, es incidir en el debate acerca de si esas palabras son ambiguas o más restringidas en cuanto a su significado y si los distintos usos que tienen se pueden explicar pragmáticamente.

Es cierto que “este libro es resultado de un proceso de construcción de una comunidad de discusión de temas de filosofía del lenguaje, y la culminación de muchos años de esfuerzos de mucha gente”.

Recordó que el manuscrito del libro estaba “prácticamente terminado; y podríamos haber optado por publicarlo como estaba y añadir una serie de notas o comentarios; pero decidimos hacerlo un poco nuestro, leerlo cuidadosamente, y donde pensamos que podía hacer falta una corrección, un añadido, agregarlo”.

Eso hizo un poco largo el proceso de edición. “Nos metimos a fondo en el trabajo de Maite y fue una experiencia muy enriquecedora; la vemos como una obra nuestra también y nos dio mucho gusto ver publicado el libro”.

Por último, Ricardo Mena Gallardo, también investigador del IIFs, mencionó que “el libro me gustó y me enseñó mucho. La autora contribuye con diversas ideas a la filosofía del lenguaje, y la más importante es de tipo metodológico”.

Ezcurdia piensa que para decidir cuál es el significado de una locución, de un nombre, hay una cuestión muy importante que usualmente no tomamos en cuenta: la función que esa expresión lingüística desempeña en el lenguaje.

Esa función, para la autora, es aquello que explica por qué esa misma locución se continúa replicando. Por ejemplo, un nombre propio es un tipo de expresión lingüística que se repite, que se ha usado durante miles de años.

La filósofa toma dicha noción de función de la biología y la filosofía de la biología. “El punto principal de Maite es que cuando llega la hora de decidir acerca del significado de ciertas expresiones, también es indispensable ver qué tipo de función desempeñan y por qué se siguen replicando. Varias teorías en filosofía del lenguaje han ignorado esto”.

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