México experimenta escasez de agua y falta de equidad en su distribución

De seguir explotando el acuífero del Valle de México como hasta ahora, en 40 años habrá problemas para abastecer a la población de agua; es preciso hacer una gestión sustentable de los recursos hídricos

México experimenta escasez de agua
y falta de equidad en su distribución

De seguir explotando el acuífero del Valle de México como hasta ahora, en 40 años habrá problemas para abastecer a la población de agua; es preciso hacer una gestión sustentable de los recursos hídricos

Por Rafael López

Aunque el 71 por ciento de superficie del planeta es agua, y el 29 por ciento restante es tierra, el volumen del líquido es relativamente pequeño, comparado con el de la tierra, planteó Fernando González Villarreal, director del Programa de manejo, uso y reúso del agua en la UNAM (PUMAGUA).

Al hacer un balance sobre la condición del recurso hídrico en el Día Mundial del agua 2021, el investigador añadió que su volumen es de alrededor de 850 millones de km3, cantidad difícil de dimensionar, pero si es posible imaginar una capa alrededor de la esfera terrestre, ésta tendría una profundidad aproximada de entre 1.5 y 2 km, ya que su radio mide alrededor de 6.378 km.

“La cantidad de agua sería una pequeña costra de 1.5 a 2 km. Como lo sugiere la siguiente analogía: si tomo una naranja y la sumerjo en una cubeta con agua, la superficie humedecida es algo similar al volumen que se cuenta en la tierra. Esa cantidad es todo lo que hay; no vamos a tener más. Aún más: sólo 0.3 por ciento, menos del 1 por ciento del agua que, de alguna manera, está almacenada en el planeta es la que podemos usar como agua dulce”.

En el recuento debe apuntarse la interacción del agua de la tierra con la atmósfera. Asunto fundamental, consideró González Villarreal. “La zona donde ocurre el intercambio atmosférico puede calcularse en 10 km. De modo que si se suman los 10 km de esa zona de la atmósfera, más 2 km de la pequeña costra es el lugar donde se desarrollan los procesos más importantes de la vida”.

Debe añadirse que el 96.5 por ciento del volumen de agua en la tierra (850 millones de km3) es agua de los océanos donde también se desarrolla la vida, aunque los seres humanos y la mayor parte de los animales no la pueden aprovechar. “De tal manera que se dispone de poca agua dulce para regar cultivos o para atender otros satisfactores humanos, después de descontar el agua profunda (humedad del suelo), capas de hielos y de permafrost (capa de suelo eternamente congelado).

El pequeño volumen de agua aprovechable por el género humano tampoco se distribuye uniformemente a lo largo del planeta. “Hay regiones, donde la precipitación pluvial es escasa, como los desiertos del Sahara, en el norte de África, o Atacama en el hemisferio sur. En México ocurre esto ocurre en algunas zonas del norte y noroeste de México, en concreto en los desiertos de Altar o Mapimí.

Por otra parte, en otras zonas se presentan precipitaciones abundantes, en especial alrededor de una franja del Ecuador y en el régimen templado más al norte de México. “Esto se debe a fenómenos generales de circulación atmosférica, pero también a que no es igual ni en todos los meses ni en todos los años. De ahí que los fenómenos de precipitación no se distribuyen uniformemente”.

Gran parte de las precipitaciones están relacionadas con los intercambios de calor entre el mar y la atmósfera y, a su vez, con un proceso que el planeta está experimentando hoy en día: el calentamiento global. El globo terráqueo se está calentando de diferentes maneras y en diversas regiones lo que afecta regionalmente la temperatura y la precipitación.

El cambio climático está haciendo la diferencia en este aspecto, señaló el académico. “En los últimos 70 años hemos analizado la temperatura de diversas regiones de México (el Valle del Fuerte, el Río Colorado, por ejemplo) la cual se ha incrementado en el orden de dos grados y si no hay una buena recuperación de lluvias, habrá un problema severo para la producción agrícola. Si se sigue incrementando la temperatura podría cambiar de manera sustancial el régimen hidrológico”, advirtió.

Un paso adelante

De acuerdo con González Villarreal, para dar solución a uno de los problemas que se presentan en torno a la disposición del agua “es preciso hacer una gestión de los recursos hídricos. De manera que podamos suministrar las demandas de la agricultura, de la industria, del agua potable y del ambiente; es decir, adaptar la disposición de agua a las demandas y necesidades específicas del desarrollo de la población”.

Con frecuencia la disposición y demanda del agua no coinciden, como sucede en el mayor desarrollo, poblacional y económico del país, es decir, el Valle de México. “La creciente demanda ha acabado con las corrientes superficiales y ahora va sobre el acuífero. “Se ha sobreexplotando lo que se depositó ahí durante 30 mil años. Nos lo estamos acabando en 50, lo que configura un fenómeno denominado estrés hídrico. El concepto es sajón pero evidencia las tensiones que genera la falta de coincidencia entre la disposición de agua y el desarrollo económico.

Estrés hídrico y la Zona Metropolitana del Valle de México

Actualmente, la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) presenta un estrés hídrico severo a causa de la presencia de poco más de 20 millones de habitantes; está situada a 2 mil 400 m por arriba del nivel del mar y para abastecer a esa población y a los requerimientos de la industrialización creciente se tiene que bombear agua de los ríos que bajan del altiplano.

Se dice que el estrés es extremadamente alto cuando la demanda supera el 80 por ciento de esa disponibilidad natural, informó el investigador. “Esto ya sucede en 17 países que registran aproximadamente el 25 por ciento de la población mundial ¿cuáles son?

“Otros 44 (los más destacados) que representan la tercera parte de la población reportan un estrés alto porque están consumiendo más de 40 por ciento de su disponibilidad natural. De no actuar de manera inteligente, en el mundo y en México, se incrementará el estrés hídrico”, previó el experto. Además, aseguró, la población se vuelve más vulnerable a fenómenos de sequía, al incremento de la temperatura y del cambio climático y también a la deforestación de las cuencas.

En el caso de México, hubo un tiempo en que se propuso cambiar la capital a otro lugar; sin embargo, por cuestiones operativas y financieras ha permanecido en su sitio original, aunque se siguen construyendo obras para adaptarla al régimen natural de lluvias al régimen de demandas en cada región. “No sólo en cantidad y calidad, lo cual nos lleva un concepto relativamente nuevo: a partir 2001 ha renacido la llamada seguridad hídrica, valor que se estudia y analiza y a partir de ahí se hacen propuestas en el Centro Regional de Seguridad Hídrica para América Latina y el Caribe que alientan los institutos de Ingeniería de la UNAM y el Mexicano de Tecnología del Agua.

Alto contraste

Más de la mitad del territorio nacional se encuentra en una situación de muy alto estrés, mayormente en el noroeste. En contraste, en otras regiones hay agua en abundancia. Es el caso de Tabasco, alrededor de la mitad de cuyo territorio, es un humedal compuesto por suelos inundables en formación.

“Eso significa diseñar y operar un manejo diferente; o sea: se requiere reasignar el agua, transferir los usos de menor a los de mayor beneficio social, ya que para cualquier demanda adicional de agua se tiene que recurrir a transferir el agua de otros usuarios al suministro del nuevo usuario.

Para solventar ese tipo de dificultades, en el PUMAGUA se promueve la “economía circular”, aseguró González Villarreal, es decir, reutilizar el agua. ´”Después de utilizarla una vez, se trata y se vuelve a usar o se recarguen los acuíferos. Ese es un reúso indirecto; el líquido que alguien desechó, se trata y se vuelve a usar en forma directa”.

Asimismo, se incorpora el uso de nuevas tecnologías con el propósito de arribar a un concepto denominado “ciudades hidrointeligentes”. “De tal manera que la solución de los problemas del agua requiere de la participación no solo una disciplina sino de distintos conocimientos; es decir de la participación interdisciplinaria que ha alentado la UNAM mediante su Programa de manejo, uso y reúso del agua”.

Seguridad hídrica

La seguridad hídrica consta de cuatro componentes, detalló el director de PUMAGUA: 1) asegurar contar con agua en cantidad suficiente y en calidad adecuada para abastecer a la población. 2), abastecer las actividades económicas necesarias para el desarrollo de las actividades humanas, higiénicas, agrícolas, industriales, etcétera. 3) asegurar agua para el buen desarrollo del medio ambiente y de la ecodiversidad. 4) garantizar agua suficiente y de buena calidad aun enfrentando fenómenos meteorológicos extremos tanto de escases como de exceso.

Hoy en día la comunidad científica e internacional está empeñada en desarrollar la seguridad hídrica, en primer lugar para mitigar el calentamiento global y limitarlo. “Este propósito tiene que ver con todas las actividades humanas, especialmente la agricultura, el transporte y la generación de energía. Si no se transforma esta forma de trabajar en el mundo, se seguirá calentando el ambiente y acarreará más problemas como la pandemia que hoy vive la humanidad, cuyo origen quizá se encuentre en el cambio climático.

“Entre el origen del cambio climático se encuentra el incremento a la temperatura del mar y a la atmósfera con lo que se pueden desencadenar fenómenos extremos más frecuentes y más intensos. Eso es lo que se ha observado en algunas regiones del planeta.

Por otra parte, la comunidad internacional también se está organizando en torno a los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), adelantó el investigador. “Entre ellos pueden mencionarse el abastecimiento de agua a las poblaciones y el propósito fundamental: “que nadie se quede atrás”, debido a que en cada región o en cada ciudad del mundo hay áreas que cuentan con un buen servicio mientras otras carecen de buena calidad del líquido así como el abastecimiento en tiempo y forma. En consecuencia, lo que se debe conseguir es equidad en la prestación del suministro de agua, un servicio vital”.

De acuerdo con datos de Rafael Carmona, coordinador general del Sistema de Aguas de la Ciudad de México el 26 por ciento de la población de la ciudad no recibe la cantidad suficiente del líquido para satisfacer sus necesidades cotidianas; el 15 por ciento no cuenta con agua en su domicilio todos los días y 18 por ciento recibe agua sólo por tandeo. “Las cifran son un acicate para dedicar más recursos a la seguridad hídrica”, consideró González Villarreal.

Hora cero en disponibilidad del agua

Desde hace varias décadas, la comunidad científica internacional ha llamado la atención sobre la escases de agua en el mundo de manera progresiva, asunto que podría concluir en el agotamiento del recurso en algunos puntos de la geografía mundial.

En la perspectiva del director de PUMAGUA, este fenómeno, denominado “Hora cero” se ha presentado en algunas ciudades como Yemen, cuya población se han venido abasteciendo de un acuífero de escasa recarga. “De modo que a medida que pasan los años se va extrayendo agua más profunda, de sitios donde ha estado almacenada durante largo tiempo, de menor calidad por lo que ciudades como la citada ciudad africana se van quedando sin agua.

“Hemos calculado que si se sigue explotando el acuífero del Valle de México como hasta ahora, probablemente tendremos alrededor de 40 años más para hacer extracciones económicamente factibles y así abastecer a la población de agua”, advirtió el investigador.

En términos individualistas, continuó, una persona adulta no tendría esa preocupación porque quizá no viva en 40 años, pero se tiene que pensar a largo plazo. La apertura democrática ha hecho que el mundo, en general piense en acciones individuales y a corto plazo.

“Es necesario recobrar el pensamiento de Estado, de tal manera que se puedan resolver los problemas con una acción inmediata pero con una visión hacia el futuro, hacia el largo plazo. Una buen número de las grandes concentraciones urbanas de México está experimentando escases de agua y de falta de equidad en la distribución; en buena medida porque los recursos dedicados a resolver los problemas del agua y la seguridad hídrica no son suficientes”, concluyó.